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El Torneo de las Cinco Princesas



everyone's perspective



Volvieron a Desembarco del Rey antes de lo anticipado debido a la intención del rey Viserys para celebrar un torneo en honor a su aniversario de bodas con la reina consorte Alicent Hightower, la segunda esposa del rey. A ninguno de ellos le importaban este tipo de eventos, y dudaban que a sus hermanos o incluso su madre también, pero ella siempre decía que debíamos de mantener las apariencias a los ojos de la Corte Real. Que esta era una de las pruebas de amor de su padre hacia ella. "Si esto es una prueba de amor, no lo quiero" pensó la princesa Helen cuando su madre le hablaba antes de que se fueran al lugar del Torneo, que fue el mismo lugar que el Torneo de Poza de Doncella hace muchísimo tiempo.

—No deseo ir madre, no creo que debamos de celebrar el aniversario de boda de nuestros reyes de una manera tan sangrienta. Lo vi.—le dijo la princesa Helen a su madre antes de salir de la habitación de la reina.—Va a haber mucha sangre.

—Hablas como tu hermana.—comentó la reina Alicent.—A veces no le podemos encontrar explicación a la necesidad de los hombres de celebrar las cosas de esta manera, a ellos les gusta este tipo de eventos. Y nosotras solo aguantamos todo esto.

—¿Por qué mamá?

—Solos mujeres, ellos son hombres.

Fue la única respuesta que le dio la madre a su primogénita antes de que ambas se marcharan juntas hacia donde el Torneo sería celebrado. La hija menor, la princesa Helaena, ya estaba en el carruaje junto a sus hijos. Los príncipes Jahaerys y Maelor, además de la princesa Jahaera. Que aunque solo tuvieran tres días del nombre, enamoraban a toda la Corte con sus sonrisas inocentes.

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Cuando la Princesa Helen entró al Palco Real, todos los ojos se giraron para admirar al Sol del Reino como la nombró el rey por su belleza radiante y sonrisa cálida. Ella heredó los rasgos que debería de tener una princesa de ancestros valyria: tex suave y pálida; cabello largo y platino; ojos púrpuras; complexión delgada; pómulos naturalmente rosados. Además de que no solo poseía belleza, sino inteligencia y astucia por igual. Por lo que muchos señores del Reino intentaron pedir su mano para sus primogénitos o ellos mismo incluso. Aunque toda esperanza fue destruida cuando se casó con su mellizo, el príncipe Aegon Targaryen. A pesar de no ser un compromiso de amor, la princesa se veía complacida y suficientemente contenta con esto.

A un lado de toda esta admiración, los rumores de su infertilidad seguían corriendo sin descanso por la Fortaleza Roja y entre la Corte Real. Ya que en tres años de matrimonio, no dio a luz a ningún vástago para el príncipe. Al contrario de su madre que quedó encinta al año de su matrimonio con el Rey Viserys; o la princesa Helaena, que en tres años ya tenía dos príncipes y una princesa. Ese era el único 'defecto' que le tenían al Sol del Reino.

Y ella misma lo sintió entre las miradas juzgadoras de los señores en el Palco Real, pero no le importaba lo que unos simples señores pensasen. Ella era la hija del rey y jinete de un dragón formidable, ¿quién se creían ellos?
La princesa Helen tomó asiento al lado de su esposo, quien nunca le gustó participar o siquiera ver torneos. Así que ella asumió que su madre lo obligó a venir.

—Luces hermosa hoy Helen.—susurró Aegon.

—Siempre lo hago.—contestó sin siquiera mirarlo, seguía molesta con él debido a los sucesos en Dorne y las repetidas peleas que tuvieron debido a sus escapadas nocturnas.—No te atrevas a mirar en mi dirección, si prefieres a unas putas antes que tu esposa. Prometiste cambio, y no cumpliste. Ahora no esperes que sea tan compasiva.

𝐇𝐄𝐋𝐄𝐍 𝐎𝐅 𝐓𝐑𝐎𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora