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Espera lo inesperado

everyone's perspective

—Aemond, no esperaba tu visita.—comentó Helen tras dejar a su hermano menor entrar a sus aposentos.—Pensé que ocuparías tu tiempo con Helaena o los niños antes del torneo.

—¿Acaso no puedo venir a visitarte?

—Claro que puedes.

Sonrío cálidamente. Aemond era uno de sus hermanos preferidos, un hombre que trataba a su esposa como si fuera una diosa que caminaba sobre la Tierra y sabía que nunca se atrevería a dañarla de algún modo. O al revés, si alguien la dañaba, él se encargaría de hacerlo sufrir tanto que desearía no haber nacido por completo.
Aunque en su rostro tenía un recuerdo permanente del Incidente de Marcaderiva, en el cual en pocas palabras, él ganó un dragón y perdió un ojo. Desde entonces, todo cambió.

—Pretendía venir a hablarte sobre un asunto.—comenzó diciendo.—O alguien más en concreto como por ejemplo, Aegon.

—¿Aegon?—murmuró ella.—¿Por qué no me sorprende? Enserio, si ha hecho algo malo, te pido unas mil disculpas de su parte. Sabes cómo llega a ser el idiota de remate ese.

—No exactamente.—contestó.—He oído que habéis estado teniendo problemas matrimoniales, madre ha estado insistiendo mucho en ello y diciendo que quería nietos vuestros. Además de que vuestras frecuentes peleas, ya sea en Desembarco o Dorne, no son desconocimiento de ninguno de nosotros. Él quizás no sea perfecto de ningún modo, pero te ama más que a nada en este mundo.

—Ese amor no me sirve si no me lo demuestra, me ha fallado y decepcionado tantas veces que ya no sé por qué cuenta voy.

—Tiene miedo de perderte.

—No puede perderme, estoy atada a su lado por el resto de mi vida.—rió crudamente.—Estoy segura de que aunque Aegon fuera el mejor hombre del mundo, la naturaleza que posee nunca cambiaría. Ni por el amor que siente por mí. Tengo tantas memorias de él jurándome de rodillas y suplicándome que no me volvería a traicionar, ya no me volvería a mentir. Sin embargo, esas fueron cada una de las mentiras que guardé contra él hasta explotar ahora.—confesó Helen, sorprendiendo ligeramente a Aemond. Quién conocía a Aegon por ser un hombre orgulloso en todos los aspectos y especialmente en el amor, pero el hecho de que cayese en las mismas tendencias de siempre, era demasiado.—Así que si solo estás aquí para victimizarlo, sabes dónde está la salida. Este es un asunto entre Aegon y yo, por lo que es innecesario involucrar a nadie más. Ya que ante mis ojos, es el tipo de hombre que no cambiará nunca y yo tampoco me atrevería a dejarle.

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Los siguientes días fueron llenos de celebraciones y festividades sin parar, siendo alargadas debido al anuncio del compromiso entre el príncipe Jacaerys Velaryon y Lady Baela Targaryen. Algo que le brindó mucho alegría al viejo rey saber de su nieto favorito. Habiéndolo sentado al príncipe cuando era solo un infante en su regazo sobre el Trono de Hierro y diciéndole directamente que ese sitio sería suyo algún día. Desde entonces en la Corte Real, los rumores de la segura sucesión de la princesa Rhaenyra fueron evidentes. Nadie podría negar sin ser humillados que el rey no quisiera a su 'única' hija coronada como reina tras su fallecimiento, en cambio, el príncipe Aegon vivió bajo la sombra de su hermana mayor. Al parecer cuando el rey por fin tuvo al hijo por el que mató al amor de su vida y primera esposa, ya no lo quería tanto como proclamaba.

𝐇𝐄𝐋𝐄𝐍 𝐎𝐅 𝐓𝐑𝐎𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora