Capítulo 2

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Llegaron al lugar los dos más importantes de la noche, el líder de la mafia, junto con el menor de los Jeon, el heredero de dicha casa era Jeon Yoongi, hijo mayor del Gran dragón del este, dueño de casi toda la capital.

Contaba con prostíbulos, tráfico de armas y drogas en más de la mitad del país, su mando estaba casi por sobre el otro clan, del norte y oeste, "la magnolia de sangre", el cuál tenía muy poco control en la capital, aún así no era de tomarse a la ligera.

Nunca coincidían y tenían muy marcado que rumbos eran de cada quien. Pero en este lugar, quienes mandaban, eran los Jeon, mejor conocidos como la mafia Dragón.

El joven Jeon, el hijo menor de la familia, era apodado el pequeño dragón, porque veían en él la determinación y malicia de su difunto padre, estaba cumpliendo apenas 25 años y por sus manos ya corrían muchas vidas, no le temblaba la mano cuando se trata de hacer tratos o castigar a quien lo merecía. Su aura era de temer. A diferencia de su hermano mayor, el cuál era de respetarse, pero siempre parecía más sereno ante la situación.

Jeon Yoongi era una persona sin expresión, que apuntaba un arma sin titubear, y limpiaba sobre su cara la sangre salpicada sin cambiar su mirada de aburrimiento, era calculador e inteligente y siempre que llegaba a un lugar dejaba a todos callados, porque imponía con su presencia.

Su rostro mostraba una marca que atravesaba el rostro, su mismo padre se la había dejado como regalo de mayoría de edad en medio de su entrenamiento, aparte de los muchos huesos que le rompió antes de tirarlo a la deriva en un país desconocido. Al volver a casa, su padre lo abrazo y beso sus manos, era bienvenido y con orgullo podría hacerse llamar heredero del dragón.

Yoongi nació para liderar, pero no había día que no se percatase, que a su lado crecía un monstruo que en algún momento se alzaría sobre todo para arrebatar con mano de sangre el legado que su padre les había dejado.

Cuando llegara el momento, Yoongi esperaba morir a manos de su joven hermano, sería un honor que luchase por el título de gran Dragón y lo tomase por si mismo de sus manos frías y muertas.

Al entrar en la mansión familiar, Yoongi vio reunidos a muchas personas conocidas, de los diferentes distritos, gente de su confianza y empleados en general.

Había una mesa con grandes regalos, botellas de los licores más lujosos, grandes cajas de marcas conocidas de ropa y zapatos.

Yoongi caminaba despacio y con elegancia su sola presencia era imponente, daba un aura de autoridad, se abrio paso entre la gente, todos lo volteaban a ver y le hacían una pequeña reverencia como gesto de respeto, él solo los miraba de reojo, a su lado iba la estrella de la noche y el festejado. —Recuerdame comprarte un regalo, dime qué es lo que quieres y pediré lo traigan para tí.

—No es necesario hermano, tu compañía y enseñanza es el mejor regalo. Dijo el joven cumpleañero.

—El pequeño dragón del este, la estrella más bella del firmamento, dijo alguien atrás suyo.

—Deja la ridiculez NamJoon, dijo el festejado.

—Veo que organizaste bien la fiesta de Jungkook, gracias, iré a mi despacho, me avisas de cualquier eventualidad, comento el líder Yoongi.

—Por cierto mi señor, en su despacho tengo algo para usted, si tiene la oportunidad, me gustaría hablar en privado de unos asuntos, Yoongi asintió y caminaron juntos hasta el despacho.

—Por cierto, Jungkook, tengo un regalo para tí, está en tu habitación listo para abrirse, literalmente, dijo NamJoon con un tono de burla y sarcasmo, sin voltear a ver a Jungkook que los seguía rumbo al despacho de su hermano.

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