Capítulo 5

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Jungkook camino con el cinturón en la mano, aflojó su corbata y jalo de ella, para subir a la cama enfrentándose a los golpes y patadas que arrojaba el rubio, lo giro hasta dejarlo boca abajo y junto sus manos para atarlas con la corbata.

La persona bajo su dominio se oponía, moviéndose de un lado al otro, Jungkook estaba sentado sobre las piernas de Jimin, mientras terminaba el nudo, hasta que lo dejo atado con las manos en la espalda. Haciendo que Jimin tuviera limitados sus movimientos.

Jalo de sus piernas hasta dejarlo con las nalgas en alto y el pecho en la cama y bajo sus pantalones de pijama. No había más tela que le impidiera verlo desnudo, Jungkook tomó su cinturón y dejo un golpe en ambas nalgas.

—¡Mierda! Grito Jimin con dolor, ¿quieres morir? Deja de hacer estupideces, suéltame.

Otro golpe sono en la habitación, Jimin volvió a gritar, Jungkook miraba ambas nalgas marcadas por dos gruesas líneas, producto de su cinturón. Estaba duro, al ver lo que había provocado.

Tomo las caderas de Jimin frotando suavemente, y luego abrió ambas nalgas hasta dejar expuesto el agujero del rubio. Jimin se movía intentando quitarse las manos de encima, era humillante la posición en la que se encontraba.

Jimin tenía la cara en las sábanas, cerrando los ojos por vergüenza, cuando sintió algo húmedo recorrer toda la línea de su trasero, trato de mover su cara para ver bien lo que hacía el enfermo de su secuestrador.

Volvió a sentir una sensación de humedad que recorría su parte trasera, una y otra vez, provocando sensaciones que lo hacían querer gemir. Movía sus caderas para evitar tener el contacto con esa sensación, pero solo hacia que Jungkook se abriera paso más y más profundo.

Jimin mordía su labio para evitar soltar algún sonido, mientras era abusado con una lengua.

Jungkook lamía con determinación el culo frente suyo, mientras llevaba un dedo a la entrada ya húmeda, introduciéndose poco a poco, luego metiendo otro más.

—Te dije que no te prepararía, pero no puede evitar querer comerme este culo entero, me gusta ver como se come mis dedos, eres un chico hambriento.

—Por favor, ya déjame ir. No lo hagas.

Jungkook seguía metidendo los dedos y chupando. Sentía su miembro palpitar en sus pantalones, no aguantaba más. Ignoraba las súplicas de su víctima, y continuo metiendo ahora tres dedos.

El celular en su bolsa sonó, una y otra vez. Llevo su mano libre hasta el aparato que no dejaba de sonar y contesto de mala gana.

—¿Que paso?, si ya se, dame 20 minutos, mierda, entonces dame 10 minutos, estoy en algo, en un asunto personal, si, si estaba por coger, voy en un momento, te odio.

Jungkook saco los dedos de dentro de Jimin y desató sus manos.

—Te salvaste. Mi hermano insiste en verme en su despacho, saldremos, asi que no se a qué hora volveré, pero mañana no te salvas. Así que prepárate mental y analmente.

Jimin no contesto, quedó con la cara en la sabana, había saliva escurriendo de su boca por gemir contra la tela, tenía el pene duro y goteando, sentía un vacío en su parte trasera. Cuando escucho la puerta cerrarse llevo su mano a su necesitada entrada e intodujo dos dedos intentando llegar al lugar donde había tocado el loco.

Se frustró después de intentarlo solo un poco más. Giro quedando boca arriba y recurrió a la manera convencional, tenía la necesidad de terminar, sentía la sensación cerca cada vez más cerca de eyacular. Movió con esmero su mano hasta que líneas blanquecinas mancharon su piel.

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