Capítulo 4

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Los días siguientes, Jungkook solo salía de la habitación para solicitar cosas al personal de la casa.

Cada mañana amanecía abrazado a la cintura de Jimin, estaba tan empalagoso que no podía dejarlo un momento solo, era como un adicto al sexo, al principio Jungkook sintió que vivía la vida de ensueño, pero luego del tercer día, se sentía drenado completamente, tal vez por el exceso de sexo y la falta de nutrientes en su cerebro. Olvidó que ya habían pasado los días del efecto de la droga, tres desde que Jimin llegó a su casa, entonces en cualquier momento se despertaría el joven maestro de baile y empezaría a preguntar dónde se encontraba.

Esa mañana estaba más cansado de lo normal, sentía el cuerpo pegado a la cama y dificultad para abrir los ojos, pensaba escapar antes que despertara el pequeño hombre come polla.

Abrió con lentitud sus ojos y se encontró a un chico sentado en la cama, desorientado, envuelto en una sábana, cubriendo su desnudes. —¿Quien eres tú? Dijo con molestia —¿Y porque estoy desnudo en tu cama?

Jungkook se levantó de la cama y cogió del piso su pantalón de pijama y se lo puso sin ropa interior.

—Buenos días cariño, esas no son formas de saludar a quien has estado usando como dildo humano.

—¿Dildo? ¿de que rayos estás hablando? No sé quién eres ni que hago aquí. Jimin bajo con dificultad de la cama cayendo al piso y quedando de rodillas, inmediatamente algo bajo de entre sus nalgas y escurrió por sus piernas.

—¡Mierda! ¿Que significa esto? No me digas que me has roto el culo, te juro que no sales vivo de esta, o por Dios, me duele todo el maldito cuerpo, puta madre, no puedo levantarme.

—Oye, ayer estabas normal, gritando que la metiera de una vez muchas veces, a cada rato, no es mi culpa.

—¿No es tu culpa? ¿Cómo mierda es que siquiera pare en tu habitación? Yo nunca me he acostado con ningún hombre, yo no recuerdo tu cara para nada. Lo último que recuerdo es ir a una fiesta con mis amigos.

—Bingo, solo fuiste un sacrificio que tu querido amigo Teyu o como se llame dió a cambio de salvar su pellejo.

—¿Taehyung? No recuerdo nada más que llegar a una gran casa, yo no sé de qué estás hablando.

—Estoy diciéndote que si quieres responsabilizar a alguien por sus decisiones es a tu amigo Taehyu, no a mí. Yo llegue a mi habitación y un bello regalo estaba en mi cama, con todo y moño de juguete nuevo. No te preocupes fui cuidadoso con ese culo la primera vez y todos estos días, y tú, vaya que eres un hambriento, creo que he bajado unos 5 kilos desde que llegaste.

—Eres un tremendo hijo de puta, ayúdame a levantarme, me tiemblan las piernas, y luego que este de pie pienso matarte con mis propias manos, eres un imbécil, como puedes aprovecharte de alguien inconsciente. A todo esto, no recuerdo haberme emborrachado, ¿Cómo es que llegue a tu cama?

—Al parecer te pusieron una droga en la bebida, y de nuevo yo no tengo nada que ver, he cometido muchas atrocidades, pero déjame decirte que traerte a mi habitación no es una de ellas, bueno, ¿tienes hambre?
Pediré el desayuno, ¿se te antoja algo en especial?

Jimin continuaba en el piso viendo cómo el hombre frente suyo se pavoneaba sin camisa en la habitación con un celular al oído, pidiendo un desayuno gourmet.
Cuando Jungkook dió la vuelta y miro su espalda quedó boquiabierto, mierda si que estaba en graves problemas, había reconocido el gran tatuaje que cubría su piel.

—Oye chico desconocido, dónde está mi ropa, voy a darme un baño, y luego ya podremos despedirnos adecuadamente, te acepto el desayuno, luego puedes pedirme un taxi, quiero llegar a mi casa y disfrutar mi sábado durmiendo.

Love MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora