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Había estado aferrada a una almohada durante minutos, en los que trataban de sonsacarle una respuesta del porqué esa conclusión o una explicación de lo que había visto. Se cerraba en banda a siquiera tratar de hacer funcionar sus cuerdas vocales, negando cada vez que le dirigían la palabra.

Decidieron que en lo que quedaba de día, se turnarían para cuidarla, aparte de dormir todos juntos.

En esa precisa hora, era el turno de Aiden de cuidarla, así que simplemente estuvo con el teléfono móvil sin prestar mucha atención al dar por hecho que ella no diría nada, aunque de vez en cuando se giraba para observar sus extrañas reacciones y su extraño desconcierto de la realidad.

—“Aiden, no quiero volver a la cárcel.” —Lloró entre murmurios, temblando.

Él se levantó y lentamente se acercó a ella, sentándose a su lado.

—“¿De qué hablas?” —Trató de buscar su mirada, pero estaba extrañamente perdida.

—“Sé lo que vi, algo va a pasar. Alguien va a morir.” —Las lágrimas caían por sus pálidos pómulos, aunque poco se inmutaba al estar más centrada en recordarlo. —“Alguien va a morir.” —Repitió, apretando las manos.

Con la premisa en el aire, un extraño ruido se escuchó, y aunque por un segundo sí llegaron a contemplar un monstruo, desapareció al instante. El rubio se levantó, sorprendido por el reciente cambio. Trató de llevarse a su amiga, pero nada pudo hacer al verla dormir, y entonces otra vez el cambio instantáneo sucedió. Ella estaba atrapada allí, necesitaba con urgencia sacarla antes de que se enfrentara sola contra esas criaturas.

Se pasó algunos minutos sacudiéndola, echándole agua y llegando hasta golpearla, pero cuando toda fe estaba siendo ahuyentada, sus ojos azules, como el día más despejado, fueron abiertos y llegó a observar como la esclerótica pasaba de un rojo intenso hasta un blanco conocido. Trataba de recordar sin éxito lo que estaba sucediéndole hacía unos minutos atrás, pero solo sabía que no había sido algo agradable.

—“No vamos a morir...” —La tranquilizó mientras la abrazaba de hombros, quitándolo al ver su reacción tan rancia. —“No sé por qué solo te pasa a ti, pero no significa nada.” —Tras remover su cabello, sacó el móvil y envió un mensaje al grupo, informando de su estado. —“Ya encontraremos qué sucede, pero quiero que sepas que somos fuertes, no moriremos.

Pasados unos minutos, las otras personas del grupo llegaron, agitados al no entender lo que sucedía. Sus ojos revolotearon por la sala hasta por fin llegar a la sudorosa rubia que miraba de forma anormal a la esquina de la habitación. Al verlos llegar, de golpe, se levantó.

—“Debemos hacer un plan, urgentemente, no podemos seguir arriesgándonos así.” —Con determinación, tiró todos los botes de medicamentos de un escritorio y con determinados objetos que se encontraban desordenados empezó a explicar sus intenciones. —“Si este es la zona segura, pues lo que haremos será reforzarla, para que sea un lugar seguro, confiable. Tyler, Ben y Ashlyn son los más fuertes, así que ellos podrían salir a buscar material sanitario. Aiden y Taylor buscarían puntos débiles dentro del basurero y Logan y yo vigilaríamos que fuera esté todo bien.” —Justo después de terminar su explicación moviendo hábilmente diferentes pastillas, las tiró al suelo y volvió a ordenar cada bote en su sitio, respirando por lo rápido que había hablado. —“¿Qué opináis?” —Giró sus piernas para con una sonrisa afrontar las diversas preguntas que tal vez recibiría.

Ninguna cuestión ni respuesta llegó a sus orejas, solo caras curiosas que no entendían su repentino humor.

—“¡Oh, venga! ¡Os falta sangre en las venas!” —Hizo un movimiento en la mano y se dirigió a la puerta. —“A español debemos llegar, así que moved el culo.” —Estando satisfecha con su plan, no quiso darle más vueltas al asunto del mundo fantasma y optó por no obsesionarse, simplemente tomar las cosas con calma.

𝐀𝐑𝐌𝐘 𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌𝐄𝐑𝐒; 𝘈𝘪𝘥𝘦𝘯 ⎯⎯ School Bus GraveyardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora