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Días pasaron, y concluyeron en que se pasaba a ese mundo a partir de las doce de la media noche, que pasaban allí siete horas y que por mucho que allí movieran cosas, en el mundo real no se movían, pero en este mundo las cosas sí tenían movimiento para los dos mundos. Las heridas causadas allí no existían en este mundo, sino que era más bien un dolor que era tan intenso en medida a la profundidad de la herida. Los fantasmas habían mostrado ser sensibles al agua, pero tristemente en ese mundo no parecía llover.

Al regresar a casa después de la excursión, mágicamente sus cuerpos aparecieron cada uno en su dormitorio, pero concordaron que se verían en el cementerio de autobuses cercano a la casa de la pelirroja porque aparte de ser un lugar protegido por murallas, podían estar refugiados en los autobuses y situar esa zona como base.

Algunos días salían, ya sea para hablar, despejarse, o planear algún golpe que dar por la noche, y este había sido uno de esos días. Habían quedado para estar en la base, dado que el resto de días de la semana lo único que habían hecho había sido idear planes y experimentos que llevar a cabo.

—“¿No te olvidas de algo?” —Preguntó el rubio, sentándose a su lado, pero ante su rostro confundido por lo poco que tenía que ver la pregunta en su tema de conversación anterior, decidió especificar. —"Me dijiste que me presentarías a tus hermanos."

—“Ah, ya. Bueno, he cambiado de opinión.” —Iba a seguir hablando por notas con Ben, pero parecía que él no tenía los mismos planes al sacudirla. —“Hablan ruso, y no se me da lo suficientemente bien el inglés como para poder traducir. Aparte de que mientras no tengamos claro qué son los fantasmas, os quiero a todos alejados de mi casa.” —Y ahora sin más interrupciones, siguió hablando con el rapado, y de paso con la castaña que se había unido.

Según ella, él había entendido las razones del porqué no podía, ni quería que fuera a su casa. Se giró a verlo, encontrándose que estaba con el móvil en la mano, estando realmente concentrado en algo, así que para que no se quedara solo, lo añadió a la conversación de forma efectiva.

Pasadas unas horas, cogió un autobús que la llevó cerca de donde estaba su hogar, pero al ser entrada la noche decidió sujetar con su mano la navaja que llevaba escondida en el pantalón. Persona precavida cale por dos.

Entró sonriente, esperando encontrarse con algún desastre que arreglar al haber sido llamada por el único teléfono en la casa cuando ella se iba, que era un teléfono fijo antiguo, diciendo que debía volver cuanto antes posible. Quiso abalanzarse a golpear al sujeto enfrente de ella, al darse cuenta de quién era.

—“¡¿Qué haces aquí?!” —Susurró a gritos, dándole la vuelta.

—“Tranquila.” —Sonriendo, empezó a hablar normal. —“Vinimos a cenar porque mis padres querían volver a hablar con los tuyos y preguntarles de su salud.

Ahora se encontraba dolida, dándose cuenta de que mientras ella hacía el esfuerzo de no dejarlo solo estando con el móvil, él solo estaba buscando información para tener una excusa por la que ir a su casa aun cuando le había explicado que no quería. Peor era el asunto al saber que la excusa era el deplorable estado de salud de las personas que la habían criado y educado.

Él hizo el intento de tocarle el brazo para llevarla a un sitio, pero brusca, se separó para marcharse, y antes de que él pudiera decir nada.

Извините за беспокойство, джентльмены. Прежде чем вы продолжите, я отведу детей в свою комнату и присмотрю за ними. Добрый день.” —Fina y segura, conociendo que los señores Clark conocían bien el idioma, cumplió su palabra y se fue, sin dejar tampoco a sus padres replicar nada.

𝐀𝐑𝐌𝐘 𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌𝐄𝐑𝐒; 𝘈𝘪𝘥𝘦𝘯 ⎯⎯ School Bus GraveyardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora