El amar y el querer- Clauchitl.

2.

Xóchitl Gálvez.

Las agresiones continuaban en mi casa, el estrés y el cansancio escolar me estaba agotando poco a poco también. Claudia siempre estaba ahí para animarme. Salíamos tomadas de la mano en el instituto, éramos más unidas.

Podría explicar a base de mis palabras que la adoraba, ella se había convertido en mi familia, en una motivación y ejemplo.

-Estoy tan feliz- dijo saltando de la emoción.
-Por qué Clau?- dije interesada, me encantaba ser parte de sus momentos felices.
-Jesus, el chico del otro salón.- dijo con total ilusión y felicidad.

Sentí como mis (esperanzas?) se iban, no era envidia, era desilución, por alguna razón me sentía desplazada, o presentía que sucedería algo así.
No me alegraba, ese tipo me estaba quitando a mi amiga, me contuve y me limite a darle una sonrisa falsa.

-Qué sucede? No te alegra Xo?
-No para nada, al contrario me da una inmensa felicidad que hayas encontrado a tu otra mitad.- dije mientras aceleraba el paso, podía sentir como las lágrimas se asomaban por mis ojos.
-Ey, Gálvez, deja de caminar tan rápido- ordenó- Algo te sucede, dime ahora.

Así era siempre, quería todo al momento, como si de una dictadura se tratase.

-Llevo un poco de prisa Claudia.- dije sin mirar atrás, continuando con mi camino.
-Mientes, tu nunca quieres llegar a casa, deja de mentirme y habla Gálvez.

La ignoré y continué.

-BERTA!- gritó.
-Deja de llamarme así- amenacé
-Pues entonces responde mis preguntas, oh no...- movió su cabeza en tono de sorpresa y negación- Acaso también te gusta Jesús?!- cuestionó sorprendida

"También te gusta?" Era lo único que había escuchado, me sentí aún peor, le gustaba.

-Qué? Para nada, Jesús no es mi tipo, nisiquiera lo conozco ni me atrae.
-Entonces?- dijo con el ceño fruncido.
-Me preocupa que decidas alejarte de mi.
-Por dios! Xochitl Gálvez como puedes decirme eso, sabes que no te abandonaría, además eres mi mejor amiga.- se acercó- tranquila.
-Ya me lo han echo antes, a mamá por ejemplo le interesa más papá que yo, e incluso permite que me golpeé- dije cabizbaja.
-Nunca te abandonaría Xochitl.
-No me prometas cosas imposibles.
-Por qué sería imposible? Eres una mujer por la que daría todo para que estuviera en mi vida.
-Por qué no soy tu novia.- dije.

Carajo, creo que no debí decir eso. Nisiquiera sabía si ella me gustaba o me atraía, pero no me lo cuestionaría. Eran sentimientos y emociones nuevas, que debía aceptar y experimentar.

-Eres mucho más importante que un novio, Xochitl.- sonrió y me abrazó- No te cambiaría por nadie, y probablemente si fueras un hombre, serías el amor de mi vida.
-No necesito ser un hombre Claudia.- la alejé de mi
-Por qué me alejas?
-Porqué no está bien, entiendes? Agradezco que siempre estés para mí, que lo hagas, que me animes.
-Siempre lo estaré, pero no tolero tu idea dónde pienses que te dejaré pero tampoco pienso dejar mi vida a un lado, te puedo apoyar pero no limitarme, lo siento Xochitl, pero las cosas no funcionan así.- retrocedió enojada.

Yo sólo me quedé pasmada y shockeada, ella no se iba a detener, no lo haría, era Claudia Sheinbaum. Era una mujer fuerte, fría.

A ella le gustaba un hombre, lo ideal sería alejarme para siempre de su lado, ella necesitaba estar rodeada de personas pudientes e incluso el doble de inteligentes que yo.
Tenía bastantes problemas en mi casa, sabía que seguir a su lado haría que me la llevara entre las piernas, en un tornado sin fin.
.
.
Claudia sheinbaum.

Xóchitl y yo habíamos tenido a una pequeña discusión por Jesús.

Me fui sin decir nada, ella tampoco hizo algo. Me preocupaba el simple echo de no haberla visto en el colegio o que no me fuera a buscar al salón.