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Xochitl Gálvez.

Todo estaba listo para cuando Celia partiera de este mundo. Claudia había cancelado miles de reuniones para estar con su hija. Podía leer el arrepentimiento en su mirada y sus acciones.

Esto es algo irreparable, contigo estoy inestable.

Ambas nos encontrábamos en el hospital. Estaba devastada.

-Jamás debí dejarte ir, Xochitl.- se acercó.
-Fue por tu querer, tu sabías muy bien cómo te amé, fuiste mi vida entera.
-Déjame intentarlo de nuevo.
-Para ti es demasiado fácil Claudia. Mi hija va a morir. Siento que me iré yo también y me pides volver?- reclamé.
-Porque no lo hago con ese fin, claro que me duele. El arrepentimiento todo el tiempo me carcome, estoy tan jodida, no me interesa liderar si no te tengo a mi lado.

FLASHBACK.

-Una casita con jardín? No me digas que ese es tu sueño- preguntó Claudia.
-Si, desde pequeñita. Creo que todas mis carencias me han echo desear aquellas cosas.
-Lo sé cariño- rodeé su cintura de Xochitl.
-Te amo, Pardo- besó la comisura de sus labios
-Prometo hacerte tu casita con jardín. Un día estaremos viviendo en ella, en una colina, es lo que más anhelas, no?
-Cualquier lugar es mi hogar mientras estés tu.

FIN FLASHBACK.

-Me tuviste Claudia. Creí en ti, ya no puedo creer una vez más cuando me fuiste infiel con tu compañera de trabajo, creaste una inseguridad en mi que yo no tenía. No sé que pasará con Celia y eso tiene más importancia.
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Claudia Sheinbaum.

Xochitl se había vuelto a alejar. Habían dado de alta a Celia, del hospital.

Los horarios acordados habían sido los mismos, empezaba la cuenta regresiva de la vida de Celia. El llanto se Xochitl me rompía por completo.
Cómo pude ser tan ilusa?
Un desliz bastó para arruinar aquellos lindos momentos, un matrimonio dónde estábamos reconstruyendo todo.

Xochitl no dormía, toda la noche cuidaba de Celia, la asustaba su muerte y el vacío que dejaría en ella.

Su todo, nuestro todo.

Las fotos que decoraban minuciosamente cada parte de la habitación eran simplemente preciosas, los cuadros color beige, con las fotos de Celia; siempre tan linda, aquellos rizos me recordaban a mi niñez.
Sin en cambio, el cuerpo de Gálvez había tenido cambios, el embarazo le había dejado estrías, entre otras cosas, cosas que temió durante toda su vida.

-Algún día me amaste, Claudia?- interrumpió la comida.
-Por supuesto que lo hice, lo sigo haciendo.
-Entonces por qué me fuiste infiel? Acaso no era lo suficientemente bonita para estar contigo, o era porque no te daba buena imagen, tu siempre fuiste inteligente, pude haber echo de todo sólo para que me quisieras un poco de lo tanto que yo te amaba.- dijo sin mirarme.
-Siempre fuiste suficiente para mí, eras una mujer perfecta.
-Cada noche lloraba embarazada de Celia. Nadie estuvo en mi proceso, no sabes cómo dolía. Verte tan despreocupada mientras yo me encontraba en el hospital porque Celia se había puesto delicada de salud de nuevo.- comenzó a llorar.- Odio mi cuerpo, se deformó tanto que a veces me cuestionó si algún día seré amada otra vez.
-Mientras yo esté viva siempre será así y nadie podrá cambiarlo.
-Nunca cumpliste lo que prometiste.
- Lo lamento Xóchitl... no pude
cumplir mi promesa. Probablemente no
lo recuerdas, pero hablaba en serio sobre construir una preciosa casa con un gran jardín.
Una casa en una colina, donde pudieras ver el mar, con una cocina de diseñador y un estudio en el sótano. Y la última moda en tu closet. Así tú, cuyos novios siempre hacen Ilorar, podrías regresar tan seguido como quisieras y sonreír.

Xochitl Gálvez.

Nadie más me amaría más que Claudia, no es así? La manera en que hablaba, sus ojos, su voz tan dominante.

Tomé su mentón entre mi manos y la besé.
Juraba que sabía tan bien, la manera en mis mis manos buscaba con desesperación su cintura.

Me separé para tomar un poco de aire, conectando con sus ojos de nuevo.

-Eres bellísima Xochitl. Déjame volver a intentarlo.
-Hazlo bien, ésta última vez.
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Los días pasaban y con ello la incertidumbre.
Se cumplían los 6 días y Celia empeoraba.
Su respiración era lenta y en otras veces agitada. Cada vez que el doctor llegaba para el chequeo médico era peor. Nos había avisado que Celia estaba en lo último.
Claudia y yo estábamos totalmente desconcertadas, todos los días nos manteniamos unidas, esperando el momento dónde nuestra hija dejara de respirar, cads segundo en dónde ella seguía con vida era ganancia. Pero ver su cuerpo delgado, sin ganas de nada cómo los otros otros niños que juegan, hacen berrinches y comen cualquier golosina.

Celia no lo hacía.
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-Por favor despierta, mi vida!- gritaba mientras Claudia mantenía en sus brazos a Celia.- Hija por favor!- rogaba e imploraba de rodillas frente al cuerpo sin vida de la pequeña.
-Amor- intento calmarme Claudia.- su corazón paró.
-No! Revivela, no sé, ella está bien- dije ahogandome con mis propias lágrimas.
-Xo, déjala ir. Ella ya no siente dolor.

Con el amor en las manos lo acepté.

El amor de mi vida, mi compañía más grande se había ido de mi lado. Yo le hubiese dado todo de mi para ella viviera, y me parecía lamentable que no hubiese podido hacer algo para remediarlo más rápido.

Mi estrella, mi amor eterno, Celia.
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Perdón por la tardanza para el capitulo.

Últimamente no e podido escribir por mi bajón emocional, con decirles que no me e podido maquillar.

Agradeciendo a todos por sus apoyo y buenos deseos.

En mi vida pasó lo que esperaba, y si bien, no era bueno era lo mejor.

Los amo

Comenten, pronto tendré el capitulo final de todo.

🤍⭐

El amar y el querer- Clauchitl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora