15.

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Claudia Sheinbaum.
La miré con confusión y totalmente desconcertada.

Me mantenía en una postura neutra, a qué se debía su deseo? Se sabía perfectamente que nuestros hijos habían tomado su rumbo para caminos distintos, el hijo de Gálvez estaba en graves problemas por una fiesta, los medios se referían a ella cómo un prostíbulo.

-Cielo- suspiré- estás segura de lo que me estás diciendo?
-Lo estoy completamente Claudia. Jamás había estado tan decidida.
-Xo, a qué sé debe?

Me solté mi cabello, necesitaba analizar completamente la situación.

-La soledad nos está matando Claudia. No puedo estar tranquila cuando perfectamente nuestros hijos están en otros lados dándonos todo tipo de conflictos. No hablamos siempre, los momentos dónde estábamos juntas han desaparecido.- dijo al borde de las lágrimas.

Pude notar cómo se cristalizaban sus ojos, tornandose bella y débil al mismo tiempo.

-Los momentos a tu lado son únicos, Claudia- continuó- sin embargo ya son muy pocos, te amo más que a nada y tengo culpa porque lamentablemente no hicimos nuestra vida juntas cuando éramos aún más jóvenes. Y para serte franca, las ganas que tú seas la progenitora de un hijo mío me está consumiendo y matando a la vez.- explicó.

Mi cabeza estaba a nada de estallar, tenía razón, me había distanciado por la presidencia, todo se había vuelto complicado desde que la mantuve en anónimato. Ambas éramos unas desconocidas para nuestros actuales hijos, pero ¿Qué opinarían sobre ésta nueva decisión?

-Xochitl, estoy deacuerdo contigo, pero qué va a pensar la sociedad? Estamos en un dilema dónde elegir con sabiduría es lo único que nos queda, que dirán nuestros hijos?

Podía sentir como mi tono de voz se hacía cada vez más fuerte al punto de alterarme y señalar a mi contraria con mi dedo anular.

-El qué dirán no es tema ahora, Pardo- ella estaba molesta.- Odio eso de ti, que te preocupas más por los demás que por mi, tu esposa. Si es que aún lo soy.
-Lo eres Gálvez, pero te recuerdo que estoy a cargo de una nación entera, acaso no esperabas esto?
-Lo esperé tanto, lo anhelé porque te apoyé y lo sigo haciendo incluso cuando tienes un carácter de mierda, cuando me golpeas y te disculpas queriendo coger.
-Ahora soy yo la del carácter estúpido? Vaya, no sabía que me había vuelto una hija de puta contigo, sólo por no concederte el deseo de tu bastardo.- grité para acto seguido aventarle el escritorio.

Me dirigí a la puerta de la oficina dejándola atrás con el dolor en su pecho.

Xochitl Gálvez.

"No puedo hacer que cambie,
No puedo hacer nada respecto a su extraño carácter..."

Me quedé solitaria en la oficina, llorando.

Lloraba como una pequeña niña cuando no le dan lo que quiere y justo así me sentía. Me sentía inútil, sin realizar.
Tal vez nunca debí seguir los pasos de Claudia, perdí a mis hijos, mi carrera politica y ahora probablemente el tiempo para procrear un hijo.

Claudia jamás me había colocado un dedo encima en nuestro tiempo de noviazgo, siempre fue alguien respetuosa y llena de valores para compartir. Todo cambió al ingresar a la presidencia, es cómo si todo aquello la hubiese corrompido a convertirse en un mounstro.
Clara era linda, una mujer impecable y lista para absolutamente cualquier cargo que le asignaran, estaba tan celosa de ella, comenzaba a odiarla

Tomé las fuerzas y salí de la oficina, no estaba dispuesta a pasar un día más así, dónde sabes perfectamente que te hace daño, pero te aferras a el porque consideras que es único lugar para quedarte.

Claudia se encontraba en la sala, sentada, mirando un punto fijo sin decir nada, totalmente en silencio.
Entré a nuestra habitación.

La cama matrimonial se encontraba en medio de ella, con cuadros de nosotras colgados por la habitación, en nuestro día de bodas, pequeñas cosas que hacían la casa, un hogar, nuestro hogar.
Observaba detenidamente cada una de nuestras cosas, totalmente diferentes.
Intentaba analizar, convencerme que podía soportar un poco más la situación.
Recordaba todas aquellas veces dónde fui suya.

El llanto no cesaba y con el venía la desesperación, la ansiedad y el miedo a dejarla o que ella lo hiciese primeramente.
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Claudia Sheinbaum.

Escuchaba los llantos a través de la puerta de nuestra habitación, desconocía si entrar daría un buen resultado o sería todo lo contrario.

Cada vez que intentaba comunicarme algo resultaba una situación desagradable y al mismo tiempo violenta.
Era la tercera vez que la agredía físicamente solamente porque no estaba deacuerdo con sus ideales.

Entré sigilosamente y solamente pude tomarla entre mis brazos, llevándola devuelta a el círculo vicioso que habíamos creado en menos de un año.

Tomé su mentón y alcé su mirada, conectando inmediatamente con la mía, el deseo de tenerla era irreparable, porque así era mi manera de disculparme.

-Te daré lo que me pides, y si quieres que seamos madres, lo seremos.

Su mirada se tornó brillosa, dándome un fuerte y cálido abrazo devuelta.
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Xochitl Gálvez.

-Si se lo estoy pidiendo es por algo, doctor. Ya le informé que no me interesa el costo, haga lo que tenga que realizar para que mi mujer tenga un embarazo.- decía mi esposa con prepotencia.

Claudia estaba entrando en debate con un doctor especialista en éste tipo de métodos.

-Accederé solamente porque usted es la presidenta de nuestro país o de lo contrario estaría rotundamente negado.
-No me importa en lo absoluto lo que piense de mi, doc, necesito este proceso con urgencia.

El poder que tenía Claudia no sé comparaba al mío, ella tenía todas las posibilidades de mover cualquier pieza que deseara y a su antojo. Con el pueblo era alguien gentil y honesta, con los internos no era así.

El doctor comenzó a explicarnos, acerca de una inyección diaria, Claudia estaba concentrada en cada una de sus explicaciones.

-El procedimiento puede resultar o puede dar todo lo contrario, es cuestión de resultados.

Mis animos habían disminuido considerablemente, mi mujer sólo me tomaba de la mano.

-Le agradezco su atención, estaremos informándole acerca de los resultados y el proceso.
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Claudia Sheinbaum

Salimos del doctor y nos dirigimos a casa de nuevo, ninguna habló durante el camino, es cómo si estuviésemos en algún tipo de shock o analizando la situación.

Llegamos y dejé mis pertenencias en el sillón.

-Crees que logremos ser madres?- cuestionó Gálvez.
-Tengo fe en que así será.
-En qué tienes fé?
-En la ciencia.- dije sin dar más.
-Tengo miedo que no sea lo correcto.
-Va a funcionar cielo, estoy segura. Y si fuera lo contrario, me tienes a mi, no estarás en soledad.
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Hola! Un gusto saludarles, probablemente me ausente algunos días debido a que estoy muy cansada y me desvelo escribiendo, sin embargo seguiré ideando cosas nuevas.

Díganme que les está pareciendo. Los quiero ❤️‍🩹

El amar y el querer- Clauchitl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora