Capítulo 5 — Culpas y oportunidades.
La primera bomba en Londres cayó en agosto de 1940. Alex se encontraba en el lugar cuando ocurrió.
— ¡Emma! ¡Emma! — gritó desesperado, tratando de encontrarla. Todo el recinto tembló. Recorrió varios pasillos hasta que por fin la pudo encontrar.
— ¿Estás bien?
—Sí, eso creo ¿tú lo estás? —trató de tranquilizarlo pero ella lucía aterrada.
—Sí —respondió de inmediato—, necesitamos irnos de aquí.
—No, no puedo. Mi deber es cuidar a los heridos. — otra bomba cayó lejos de donde estaban, aún así la sacudida que sintieron les decía que pronto llegaría una hasta ese lugar.
—¿!Como los podrás cuidar si no estás a salvo!?
—Alex ¿Dónde piensas ir? Toda la ciudad va ser bombardeada, no habrá lugar para esconderse es mejor que siga haciendo mi trabajo.
Emma tenía razón, pero sabía que tenía que hacer mapear a otro país. Uno más seguro. Ella lo había cuidado y salvado de la muerte. Se lo debía.
No se podía escuchar bien, ahora había gritos de civiles afuera asustados por lo que pasaba.
— No creo que bombardeen estos lugares —dijo Emma tratando de rectificar sus palabras.
—¿Cómo estas segura? no sabes cómo piensan. Querrán la mayor numero de bajas que puedan y, aquí hay demasiadas personas reunidas —se acercó a ella y la miró a los ojos—. ¡Emma escucharme! ¡Lo quieras o no, te sacare de aquí!
La tomó del brazo sin esperar alguna respuesta y corrió fuera del complejo. Ahora estaban en las calles. Sentía temor y el corazón le palpitaba a mil por hora. Levantó la vista hacia el cielo para ver qué pasaba. Todo estaba de color gris, a lo lejos se escuchaban los motores de los cazas que al parecer llegaban al rescate. Eran La Real Fuerza Británica dispuesta a luchar y a contrarrestar los ataques.
Emma se desprendió de Alex y miró a su alrededor. Todo Londres iba a caer. Vio como algunos cazas ingleses explotaban en los cielos.
— Emma —dijo, pero ella estaba tan absorta en lo que veía que no le prestó atención—. ¡Emma! —ella volteó y su rostro había cambiado drásticamente. Tenía los ojos tan abiertos que parecían salirse, estaba pálida y su mano izquierda parecía tener vida propia—. No te preocupes los alemanes no tomaron Londres —dijo Alex tratando de calmarla.
—¿De qué hablas? y ¿esto qué es?
Alex trató de recordar todo lo anterior respecto a la segunda guerra mundial aislada en su memoria.
— ¡No tomarán Londres! —Exclamó —, fue solo un tipo de aviso o algún error haber bombardeado esta ciudad.
— Alex, desde Junio empezaron los bombardeos a diferentes ciudades, es obvio que llegaran aquí. Esto es malo... muy malo.
Emma corrió de regreso hacia donde su deber le dictaba estar. Ayudando. Alex vio como justo por encima de ellos otro caza ingles caía directamente hacia su ubicación. Notó como el humo del avión coloreaba aún más el cielo. Cerró los ojos y mapeó hasta donde estaba Emma —tardó unos segundos no había utilizado su habilidad en un buen tiempo— la tomó del brazo muy seguro y ella volteó a verlo, entrecerró los ojos en señal de confusión.
— No hay tiempo para explicaciones —dijo muy seguro de sí mismo—, todo esto arderá en unos segundos —señaló su alrededor.
Alex cerró los ojos dispuesto a mapear lejos de ahí pero no pudo. Ralentizó el tiempo, eso no era lo que quería. Notó como Emma estaba viendo lo mismo que él. Al final de la gran sala el techo se empezaba a caer. Tuvo que concentrarse aún más para tratar de salir de ahí. El techo colapsaba, los gritos se escuchaban aunque muy lento y por encima de ellos. Pequeños trozos de concreto caían anunciando solo una cosa.
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Guardianes del Tiempo: Desastre Temporal.
Ciencia Ficción****Aviso de posibles spoilers*** Para leer esta novela es necesario que hayas leído la primera parte de la novela. Segunda parte de Guardianes del tiempo. Alex ha regresado al presente. Han pasado cinco años. Mapear era sólo el primer paso, ahora t...