Capítulo 18. Gatillo.
─¿Por qué? ─preguntó escéptico.
─¿Recuerdas que te hable del futuro? No podemos utilizar nuestras habilidades porque, esa es la manera de localizarnos.
─Si, ¿Qué tiene que ver?
─Ellos son los responsables, Alex.
Como si le hubieran dejado caer una tonelada sobre sí mismo, así se sintió. ¿Por qué sus padres harían algo así?
─Es hora de que vayan ─dijo Fev señalando el lugar─. te están esperando. Pero necesitan tiempo, así que debo de detenerlo ¿Alex, sabes qué hacer?
─Si ─dijo al instante. Mapeó y tomó a sus padres. Fev detuvo el tiempo y los cinco estaban aislados de todo lo que pasaba.
Mapearon de nuevo a la habitación para que pudieran hablar a gusto, todos con excepción de Fev. Supuso que su yo del pasado estaría pausado entrando a la casa en aquellos momentos.
Sus padres se acercaron a él.
─No has cambiado nada desde la última vez que te vimos ─dijo su padre.
Su madre le toco el rostro y lo abrazó.
─Sabemos por qué están aquí. Lo hemos sabido desde que naciste.
─¿Es cierto lo que me dijo mi amigo? ─su madre cambió su expresión. Estaba apenada─, ¿Ustedes crearon ese rastreador?
─Si, hijo. Nosotros lo hicimos, pero...
─¿Pero qué?
─Lo destruimos ─añadió su padre.
─¿Por qué lo hicieron?
─No sabíamos la gravedad de su creación. Lo fabricamos incluso antes de que nacieras.
─Lo destruimos al saber sobre lo que causaría ─lo interrumpió su madre.
─¿Cómo?
─Alguien del futuro.
─Patrick ─dijo Leo.
─Sí, creo que así se llamaba.
─Leo, no entiendo. Si dicen que lo destruyeron ¿qué hacemos?
─Ya no te diré mentiras, te hablaré con la verdad ─todos se le quedaron viendo─, todavía hay posibilidades de que te conviertas en el asesino. Sólo hay una manera de detenerlo y es que tus padres no existan, pues, aunque el rastreador no exista, tienen los conocimientos para volverlo a construir. Para tu yo del futuro ya no hay esperanza, pero para ti sí. Lo entendiste mal, no hacemos esto para que Alex ─del futuro─ no consiga el rastreador. Él ya lo tiene. En todas las líneas existentes, ellos no existen. Por el momento nos da una ventaja, ya que para deshacer una línea Alex tiene que deshacer el elemento clave, o como ya lo ha hecho. Eliminar a todos los que tienen estas habilidades.
─Pero, él ya estuvo aquí. Tiene la ventaja.
─No, aquel que viste vino del futuro. ¿Sabes quién te salvó?
No había nada que razonar pues, sólo un ciego no podría captarlo, aunque lo soltó.
─¿Yo? ─dijo incrédulo.
─Exacto, no tu yo paralelo, sino tú mismo. Tu eres el Alfa, viejo.
─¿A qué te refieres?
─Eres el único que puede acabar con todo esto.
Alex miró a sus padres, y lágrimas brotaron de él.
─Tú no los vas a matar ─dijo sorprendido─ ¿Yo lo tengo que hacer, cierto?
─Es tu decisión. Si lo haces, podrás detener al asesino, pero si no lo haces, te convertirás en él. De eso estoy seguro
─¿Ustedes lo sabían? ─les preguntó a sus ancianos padres. Quienes articularon su respuesta con mucho trabajo, pues estaban bañados de lágrimas.
─Si... no...sotros lo sabía...mos.
─¿Por qué no me lo dijeron antes?
─Porque ya lo escuchaste, es tu decisión, no la de nosotros. Te enseñamos que el tiempo es frágil y cualquier cambio lleva muchas consecuencias. Así que piensa muy bien lo que piensas hacer. Nosotros hemos aceptado ya nuestro destino.
Su padre se fue hacia uno de sus roperos y abrió un cajón. Sacó el arma y se lo entregó a su hijo. Alex titubeó al agarrar el arma, pues nunca las usaba. El frio metal le ardía y le pesaba, era como estar sosteniendo a varias almas. Una lágrima resbaló mojando la culata del arma. Sus padres se sentaron en la cama listos para su sueño eterno. Si es que Alex así lo decidía.
─¿Ya decidiste?
─No tengo nada que decidir, aunque me duela hacerlo. Hago lo correcto
─Estamos orgullosos Alex, no recuerdo habértelo dicho. Pero es la verdad ─su padre se quitó las gafas y las puso a un lado.
─Desde que naciste supimos que harías lo correcto.
─Los quiero ─dijo Alex. Cargó el arma y se acercó a ellos.
─Te amamos, siempre lo hemos hecho. Sentimos que tu vida no fuera normal, pero ya vez que pasaría si la tenías.
Alex los abrazó y recibió un beso de ambos. Después sus padres se acostaron. Aunque ninguno lo sintió, Fev estaba exhausta por lo que el tiempo avanzó a su ritmo normal.
Leo se acercó a Alex y lo tomó del hombro. Brindándole su apoyo.
─Ellos están en lo correcto, te has convertido en alguien de la cual deberían estar orgullosos.
Ambos taparon sus ojos y entrelazaron sus manos.
Alex apuntó con el cañón y haló el gatillo dos veces. Dos tiros certeros, no habían sentido dolor. El único que lo había hecho era el tirador. Alex cargaba con un dolor insostenible. Una persona normal ya se habría suicidado desde hace años, con todas las mentiras y el dolor que se había alojado en él.
Tapó a sus padres y les dio un último beso.
─Tu yo pasado está aquí ─dijo Leo─ Necesitamos irnos─ añadió.
Ambos escucharon los gritos del Alex del pasado, quien estaba por encontrar a sus padres muertos. No había tiempo para quedarse, de nuevo sintió que el tiempo que pasaba con sus padres no eran los suficientes.
─Hay que ir por Fev.
Ambos caminaron a la salida, pero seguidamente notaron que Fev estaba junto a ellos.
─¿Detuviste el tiempo?
─Si, y tarde en llegar hasta aquí. Necesito un largo descanso.
Alex abrió la puerta y se vio a sí mismo. Sintió lastima, pues lo que le esperaba a su yo del pasado no era nada comparado con lo que sentiría después. Como ahora, el darles fin a sus progenitores.
─Tienes que escribirle algo, Leo ─dijo. Leo lo hizo sin demorarse tanto.
Alex, tenía el arma en sus manos, no era partidario así que la dejó.Tomó a Leo y a Fev y mapearon lejos. Sabía que tanto José como Marco estaban muertos y eran del bando contrario por lo que no se detuvo.
ESTÁS LEYENDO
Guardianes del Tiempo: Desastre Temporal.
Science Fiction****Aviso de posibles spoilers*** Para leer esta novela es necesario que hayas leído la primera parte de la novela. Segunda parte de Guardianes del tiempo. Alex ha regresado al presente. Han pasado cinco años. Mapear era sólo el primer paso, ahora t...