CAPITULO 4.

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SIGLO ANTIGUO

ESTACIÓN INVERNAL

PALACIO REAL DE SUECIA

LISA POV

—La Duquesa de Escocia y sus hijas —anunció el vocero con su potente voz.

Las personas de grandes títulos entraban y me saludaban, felicitándome y luego presentándome a sus hijas para que las cortejara. Les sonreía y las invitaba a pasar una linda velada, pero ninguna lograba captar mi atención.

—¿Ninguna aún, hija? —preguntó mi padre. Mi madre lo miró mal y yo reí, negando con la cabeza.

—No, padre. Cuando la vea, lo sabrás.

—El Rey y la Reina Kim y sus hijas, la Princesa Irene y la Princesa Jennie.

Ambos reyes fueron los primeros en saludar, seguidos por sus hijas. Mi mirada se dirigió a la mayor, quien me saludó con una sonrisa coqueta. Le devolví la sonrisa amablemente, pero luego mi atención se centró en la menor. Mi respiración se detuvo al ver sus ojos verdes esmeralda, su piel blanca como la porcelana, sus cejas perfectamente arqueadas y sus pestañas densas que cubrían sus hermosos ojos cuando se inclinó frente a mí. Santa Madre, era la perfección hecha persona. Su estatura era ideal, y toda ella me pareció indescriptible.

Su vestido no se quedaba atrás; era una obra maestra. Se debió invertir una gran cantidad de dinero para cada pequeño detalle de las diferentes capas de encaje. El color realzaba aún más sus ojos y la palidez de su piel. Se ajustaba a cada curva de su torso. Debía aplaudir a la persona que había creado semejante obra de arte. Se veía más como una reina que como una simple princesa. Ella merecía el trono más poderoso, no menos.

Mi padre se acercó para saludarla, pero me adelanté. Su mirada mostró sorpresa al ver que me adelanté a mi padre, pero luego sonrió tímidamente. Mi padre se hizo a un lado. Ella inclinó la cabeza en señal de respeto. Tomé su mano cuando la extendió e incliné mi cuerpo para besarla. Un sonrojo se extendió por su pálido rostro. Era hermosa. Demasiado para mí.

—Espero disfrute la celebración, Princesa Jennie —jamás olvidaría su nombre.

Escuché algunos murmuros detrás de mí, pero los ignoré. Solo me importaba la mujer frente a mí. Solo deseaba que mi padre pudiera hacer algo para tenerla a mi lado el resto de mi vida.

—Gracias, Princesa...

—Lisa, mi nombre es Lisa —respondí rápidamente. Ella sonrió, esta vez con más confianza.

Un suspiro dejó mis pulmones cuando la vi pasar a mi lado, dejando un rastro de perfume. Mi mirada la siguió hasta que la vi conversando con otras personas. Escuché al vocero mencionar otros reyes, pero mis pensamientos estaban puestos en aquella chica llamada Jennie.

—Padre... —murmuré, pero pude ver la sonrisa en su rostro. Sabía lo que estaba pensando.

—Haré lo posible, hija —asintió, antes de recibir a las demás personas.

Sentí que pasó una eternidad saludando a los demás reyes y princesas. Solo quería poder ir y ver a la chica que había acaparado totalmente mi atención. Necesitaba saber más de ella. Deseaba invitarla a bailar. Sería el primer paso para conocerla mejor.

—¿No decías que no pasaría nada del otro mundo? —cuestionó mi madre cuando nos sentamos en el lugar reservado solo para nosotros.

Aquí podían venir los demás a hablar con nosotros. Mi mirada recorrió la sala completa en búsqueda de la misma chica. Quería volver a ver sus hermosos ojos verdes.

Crown Jenlisa Gip Donde viven las historias. Descúbrelo ahora