CAPITULO 47.

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SIGLO ANTIGUO

PALACIO REAL DE EVIGHEDEN

LISA POV

Las cosas habían estado misteriosamente tranquilas durante un largo período. Demasiada paz para una monarca de un pueblo tan poderoso y a la vez codiciada por otros.

Un suave toque en la puerta me hizo levantar la cabeza de los planos del
nuevo proyecto de mi hermosa esposa.

-Adelante.

La puerta se abrió y la susodicha apareció con su preciosa y tranquila aura.

Cerró la puerta detrás de ella con algo más de fuerza de lo acostumbrado,
pero no le diría nada.

Sonreí al verla acercarse con algo de apuro y inquieta. Fruncí el ceño un
poco.

-No debes tocar la puerta para entrar, cariño.

Le recordé tranquila, aún que esta emoción estaba apunto de desaparecer si ella no decía que le ocurría.

-La costumbre.

Murmuro acercándose hasta mí. Me puse de pie para recibirla de la mejor manera, como se lo merecía. Acomodé su cabello detrás de la oreja y acaricié su rostro sin poder evitar su inquietud.

-¿Deseas decirme algo, Jen?

Sonrío algo nerviosa y sujeto mi mano sobre su mejilla para alejarla de allí
y colocarla entre nuestros cuerpos. Vi su rostro sonrojarse y realmente no
sabía qué pensar de ello.

-¿Qué has hecho?

Cuestione deteniendo mi risa. Se veía como una niña que había hecho
alguna travesura.

-He ido al doctor que me has asignado por cualquier emergencia o
inquietud que tuviera.

Asentí recordando a nuestro doctor real. Jennie era la primera persona fuera del linaje real que atendía.

-Yo he empezado a sentir algo extraño en mi cuerpo...

Su voz era tan baja que podría catalogarse como susurros. Me acerqué un poco más mi rostro al suyo buscando alguna forma de escucharla de manera más clara y esperar que ninguna palabra suya pasara por alto.

-¿Extraño? ¿Cómo qué?

Mi preocupación iba a aumentar si no concluía con rapidez. Mi mente
empezaba a idear los peores escenarios.

-Es como una calor que empieza desde mi estómago y se extiende por todo
mi cuerpo.

Fruncí el ceño.

¿De qué hablaba? ¿Qué calor?

-Tendrás que explicarte un poco más, cariño.

Suspiro audiblemente y me miró con sus mejillas sonrojadas como un
tomate.

-Tengo ganas de estar contigo... íntimamente.

De pronto sus palabras hicieron mucha razón a las últimas noches y sus comportamientos. No sólo lo hacía despierta, al dormir su cuerpo se
acercaba al mío de manera poco común en ella. Era como si buscará algo de mí que no obtenía y no sabía qué era. Hasta ahora.

Sonreí y sujete su cintura para acercarla más a mí.

-¿Síntomas del embarazo, mi princesa?

Sus manos descansaron sobre mi pecho y asintió varias veces. Bese su
frente y sonreí entendiendo todo aún mejor.
-No quería molestarte durante el día porque sé que es ajetreado para ti, pero en serio te necesito ahora.

La miré fijamente y no pude evitar sentir un tirón en mi zona sur al solo
escucharla hablar así.

-Prometí cuidar de ti en cualquier momento, mi princesa. El papeleo puede esperar si mi esposa me necesita.

Ella sonrío y de manera sorpresiva para mí me empujó dejándome caer
sobre mi silla. La miré sorprendida sin ocultar mi emoción.

-Pensé que querrías ir a la habitación...

Negó y alzó su vestido para lograr sentarse sobre mí. Tragué grueso al tener esta imagen en vida real. Ya no era sólo parte de mis sueños.

Maldición.

-No hay tiempo.

Asegura sujetando mi camisa y empezando a desabrochar los botones.

- Cariño, la puerta.

Miré hacia allá, pero ella regreso mi mirada a la suya con su mano sobre mi mentón.

-Zúrich no dejará entrar a nadie.

Asentí tontamente mientras ella seguía en su trabajo de tenerme como quisiera. Para este momento mi miembro ya estaba despertando muy
animadamente.

Termino de abrir mi camisa y paso sus uñas sobre mi abdomen sin apartar la mirada de allí. Me erguí y sujete su vestido para empezar a deslizar el cierre. Ella aprovecho mi posición para empezar a besar mi cuello de manera lenta y tortuosa.

Jadee al sentir que estaba siendo más ruda de lo normal.

-Te daré todo lo que quieras en la noche, pero debemos darnos algo de
prisa, Jen. Tengo una reunión en treinta minutos.

Se alejó para mirarme de mala manera. Bese sus labios y termine de bajar el cierre, pero ella me detuvo.

-Entonces, detente y seamos rápidas.

La miré confusa, pero ella tenía en claro qué hacer.

De alguna manera u otra, hoy lucia un traje de color rosa pastel sin muchas
capas de tela siendo bastante ligero. Lo uso a su favor para la ocasión y se
hizo espacio entre ambas para empezar a desabrochar la pretina de mi pantalón.

Mordí mi labio inferior mientras la veía desesperada por obtener lo que
quería. Jamás pensé verla así, debía agradecerle a mi heredero por esta
situación.

Cuando logro su cometido bajo mi ropa interior y saco mi miembro erecto y dispuesto. Sonreí al verla mirarme con apetito. Sus ojos claros se habían oscurecidos desde hace un momento atrás.

Sujete su cintura y no la deje acariciarme. Metí mi mano entre ambas y tantee su zona notando que estaba lo suficiente húmeda para recibirme.

Sonreí y vi sus mejillas sonrojarse al doble.

-Entraré lento de igual manera, ¿sí?

Asintió y ella misma se acomodó sobre mí. Apartó mi mano y tomó mi pene para hacerlo por sí misma.

Crown Jenlisa Gip Donde viven las historias. Descúbrelo ahora