CAPITULO 31.

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Siglo Antiguo

Norte de Igor

Jennie POV

Me removí, sintiendo algunos rayos de sol entrar en la habitación. Un brazo fuerte me tenía sujetada por mi cintura. Sonreí al recordar de quién era, al mismo tiempo recordé lo que habíamos hecho y me sonrojé. Lentamente, me estiré desperezándome. Sentí mi cuerpo un poco adolorido, pero nada que me dejara inmóvil. El cuerpo a mi lado se removió un poco.

Me giré, quedando cara a cara. Ella dormía tranquilamente, sonreí aún más. Parecía sacada de algún retrato de una dama durmiendo plácidamente. Se veía hermosa así. Levanté mi mano y aparté los pocos cabellos que caían sobre su rostro.

—¿Ves algo que te gusta?

Susurró, su voz siendo más ronca de lo normal. Sonreí al notar que me había atrapado.

—Muchas cosas que me gustan.

Afirmé, ella sonríe sin abrir sus ojos. Sus brazos me atraen más a su cuerpo haciendo que estemos más cerca una de la otra.

—¿Quieres desayunar abajo o prefieres que lo traigan acá?

Cambió de tema abriendo sus ojos. Sonrío al ver sus bonitos ojos puestos en mí.

—Debemos ducharnos, Lisa.

Le recordé. Ella me mira sin mucho interés en mi último comentario. Suspira y asiente sin ánimo. Suelta mi cintura del agarre de su brazo y se estira. Se sienta sobre la cama, mirando hacia la puerta. Acaricio su espalda notando algunos lunares allí que no había notado ayer.

—Iré primero, ¿sí?

Asiento de acuerdo a su comentario. Luego, me mira sobre su hombro con una sonrisa coqueta.

—¿O prefieres que vayamos juntas?

Sus palabras salen con un tono muy sugerente. Río y me cubro con la sábana.

—¡Lisa!

Reclamo, ella ríe poniéndose de pie. Su desnudez resplandeciente frente a mí sin pena alguna. Mi mirada no tarda en recorrerla entera. Tenía un cuerpo hermoso. Cada parte era hecha a la medida. Sus padres la debieron haber hecho con mucha pasión y amor para que haya salido de aquella manera.

Cuando gira hacia la puerta, su cuerpo queda de perfil para mí y logro notar su miembro totalmente erecto. Mis mejillas se encienden al recodar la noche anterior muy claramente.

—¡Jennie, ¿vienes?!

Sonrío, negando por su insistencia. Me pongo de pie, totalmente desnuda, al igual que ella. Entro topándome con ella equilibrando la temperatura del agua.

—Primero que nada, debo disculparme por hacerte salir de la cama...—dice, mientras no me mira—. Segundo, lamento que seas testigo de mi, muy normal, entusiasmo matutino...—se gira y se atasca con las palabras, abre la boca varias veces. Su mirada recorriéndome—. Bueno,... ya no es un "normal entusiasmo matutino".

Río, acercándome a ella. Beso sus labios con suavidad.

—Santos reinos, Jen, eres hermosa—susurra, acercándome más a ella—. No sé cómo puedo tenerte para mí solita.

Comenta abrazándome por la cintura. Sonrío y acaricio su cuello con mis dedos. Note algunas marcas allí hechas por mí.

—Tampoco sé eso.

Bromeo, ella ríe, besándome con más antojo. Sus manos recorren mi cuerpo, llegando a mi espalda baja y segundos después a mi trasero. Jadeo cuando siento sus manos allí, estrujando a su parecer.

Crown Jenlisa Gip Donde viven las historias. Descúbrelo ahora