CAPITULO 46.

1.2K 109 3
                                    

15 DE JULIO DE 1912

PALACIO REAL DE EVIGHEDEN

POV DE LISA.

La mesa principal discutía un tema acerca de la nueva distribución de soldados y de su alimento.

¿Yo? Yo estaba contando los minutos para que se callaran y poder ir hacia Jennie.

—La decisión es suya, Su Majestad.

La atención fue puesta en mí. Suspiré y me acomodé correctamente sobre mi trono. Seguramente, Jennie estaba esperando por mí fuera de estas puertas.

—Necesito ideas más claras y más realistas, caballeros.

Me puse de pie, ellos lo hicieron por respeto.

—Cuando las tengan, hablamos.

Caminé entre las tribunas sin esperar a los siguientes temas. Todo lo que habían dicho me parecía absurdo. Jennie tenía mejores ideas que veinte hombres juntos, incluyéndome. Ella me daba las mejores ideas y yo las ejecutaba, sin quitarle sus créditos.

Caminé directamente hacia la habitación. Ella podría encontrarse allí o no, pero debía cambiarme para la cena. Para mi suerte, estaba allí con algunas doncellas a su alrededor.

Sonreí al verla mirarme a través del espejo. Ella intentó moverse, pero la detuvieron con una mirada furtiva. Reí por lo bajo y esperé que sacaran mi vestimenta.

Madre comería con nosotras esta noche. Volvería después de haber sido enviada lejos del peligro aquí, muy en su contra.

Mis doncellas se acercaron para quitarme el blazer y desabrochar mi camisa y pantalón. Mi vista no se podía despegar de Jennie y lo hermosa que se veía de azul pastel. Jugaba con un girasol entre sus dedos que le había entregado en la mañana.

Una doncella se colocó justo en mi campo de visión, haciendo que la perdiera de vista. Hice mala cara.

—Debe ducharse, Su Majestad.

Me pidieron al tenerme casi desvestida. Ellas sabían que no me gustaba que me vieran desnuda, pero a veces no me quejaba de que me hicieran el trabajo más fácil al desabrochar y abrochar todos los botones.

Entré a la ducha y me duché con cuidado y rapidez a la vez. Mi cabello hace poco lo habían cortado, por lo cual, era mucho más rápido lavarlo. Ahora, estaba por encima de mis hombros. También, era muy rápido de secarlo y peinarlo, aunque esto último lo hacía muy poco.

Al salir, coloqué mi ropa interior y luego puse mis pantalones y mi camisa negra de manga larga. Abroché todo y luego salí para que colocaran sobre mí un chaleco negro con diseños que le hacían resaltar. Me veía bien, debía admitirlo. Una de las jóvenes se encargó de poner mis zapatos en su lugar. Otra, se encargó de secar mi cabello con rapidez.

Jennie, para este momento, caminaba de un lado para el otro con aburrimiento. Sonreí al verla cuando compartía palabras sin sentido a alguna doncella. Luego, se quejaba de lo pesado que era cargar un ser humano dentro de sí y luego decía que no se arrepentía de nada. Repitió eso dos veces a la doncella y la tercera en mi dirección.

Cuando terminaron de acomodar mi cabello y de perfeccionar mi vestimenta, todas se marcharon, dejándonos a solas. Jennie no tardó en acercarse y besar mis labios, yo permanecí sentada.

—Luces preciosa, Mi vida.

Sonrió y luego me inspeccionó, como si no lo hubiera hecho antes.

—Tú luces impresionante. Ese chaleco me gusta mucho.

Lo tocó, sintiendo la tela y las diferencias entre los diseños.

—¿Es nuevo?

Asentí. Jamás lo había utilizado, podía suponer que era nuevo.

Crown Jenlisa Gip Donde viven las historias. Descúbrelo ahora