Crown Jenlisa Gip

CAPITULO 30.

Siglo Antiguo

Norte de Igor

Lisa  POV

Mire por la ventana que estaba sobre el lavatrastes. Desde esta posición lograba ver muy bien el lago con pequeñas corrientes de agua de un lado a otro.

—Para no ser cocinera experimentada, no lo hiciste mal.

Escuché la voz de Jennie justo detrás de mí. Sonreí, estaba lavando los trastes y no podía girarme sin secar mis manos antes. Había decidido que este día era dedicado para ella. No dejaría que hiciera nada y dejé libres a las mujeres que debían venir por la noche.

—Podríamos pasar por una vida normal, sin problema alguno.

Le seguí el juego sin dejar de sonreír. Con ella no lo podía dejar de hacer, ¿lo habían notado?

De pronto, sentí sus labios impactar contra mi mejilla. Dejé los trastes de lado y concentré mi mirada en ella. No había vista mejor que ella. Quería besarla, pero prefería pedir permiso o que ella lo hiciera primero. No quería, para nada, invadir su espacio.

—Eres muy bonita. Tu perfil es perfecto.

Murmuró con una sonrisa tímida. No pude evitar sonreír aún más por su pequeña confusión. Pocas veces la escuchaba decirme cosas de este tipo, aunque sabía que era especial para ella.

—Nunca me habías dicho algo tan profundo, princesa.

Me acerqué a ella, sonrió sonrojándose. Me extendió una toalla para secar mis manos y no mojarnos. Sonreí y la tomé, me sequé las manos rápidamente y la dejé en cualquier superficie. Solo quería estar cerca de ella.

—Eso es porque aún no estábamos casadas.

Respondió astutamente. Mostré sorpresa.

—Cierto, ahora somos esposas. ¿No te parece perfecto? Reinas Lisa y Jennie de Evigheden. Suena tan poderoso.

Quedamos a centímetros de distancia. Su respiración lenta y acompasada chocaba contra mi mentón. Su rostro ligeramente elevado para mirar mis ojos.

Ella rió, asintiendo a mi pregunta.

Con un poco de valentía, sujeté su cintura. Ella se sorprendió, pero no me alejó. Me incliné un poco y conecté nuestros labios en un beso lento. Sus manos se enredaron en mi cabello. Sentí las mariposas revolotear en mi estómago y no pensé alejarme de mi esposa. No ahora.

—Lisa...

Dejó salir en un suspiro, alejándose un poco. Apoyé mi frente contra la suya. Mi respiración estaba un poco acelerada. Me había puesto nerviosa de una manera jamás antes vista.

Dio un paso atrás, yo di el mismo paso acercándome más a ella. Capturé nuevamente sus labios y esta vez impacté nuestros cuerpos. Un suspiro tembloroso salió de sus labios. Mis manos subieron un poco por su vestido y encontré el cierre, pasé de aquello y acaricié su cabello con cuidado.

—Jennie, te deseo tanto. Deseo poder llevarte a nuestra nueva habitación matrimonial...

Confesé para mirarla a los ojos y supiera que hablaba muy en serio.

Esta vez, fue ella la que impactó nuestros labios con hambre como jamás había hecho y como jamás pensé que lo haría. Le respondí de la misma manera y no tardamos nada en marcar un ritmo lento, pero profundo. Nuestras lenguas encontrándose en algún punto y danzando juntas como si toda la vida se hubieran conocido. Su aliento fundiéndose con el mío. Sus manos enredándose con la mía para empujarme hasta la primera pared que encontramos.