CAPITULO 45.

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SIGLO ANTIGUO
PALACIO REAL DE EVIGHEDEN
LISA POV

La noche había pasado más rápido de lo que habría previsto. Los documentos frente a mí me tenían ajetreada y los últimos sucesos de igual manera. Estar fuera de mi reino me había dejado tareas a montón. Solo quería encontrarle un fin a este conflicto sin razón contra Irene y el Reino del Sur.

Me giré sobre mi silla y miré la ventana detrás de mí. El sol del amanecer estaba precioso, los rayos apenas mostrándose. Era sin duda alguna, una vista que jamás me cansaría de ver.

La puerta de mi despacho se abrió. Zúrich asomó su cabeza y sonrió con pena. Le dejé pasar.

—Ha llegado una última noticia sorprendente, Su Majestad. Tal vez, sea un alivio para nosotros.

Esperé atentamente mientras abría el sobre y tendía sobre mí una invitación de boda.

—¿Qué...?

Revisé varias veces que mis ojos no me estuvieran engañando. El rey Taehyung y la reina Irene me estaban invitando a su boda en el Reino del Sur. Parecía tan irreal. Tomé la invitación en mis manos y seguí en mi momento de sorpresa. Maldición, ¿no sería una mala broma?

—¿Quién la ha traído?

Zúrich sonrió, eso me respondía.

—El consejero real del rey Taehyung.

—Entonces, es cierto.

Asintió y se cruzó de brazos.

—No asistiré, lo harás tú.

No tenía que pensarlo dos veces para no pisar ese reino nunca jamás si en mis manos estaba la decisión.

—¿Yo?

Su mirada me expresó terror. Reí y dejé la invitación sobre la mesa.

—Irás bien acompañado. Eres el consejero de Jennie, estarás bien.

Realizó una inclinación y asintió.

—Así será, Su Majestad.

—Puedes retirarte.

Señalé la puerta de la oficina. Él comprendió de inmediato.

—Oh, antes de irme. Su Alteza Real ha solicitado una caminata esta mañana.

Su comentario acerca de mi esposa me tomó desprevenida y me espabiló de cualquier sueño del que antes me estaba quejando. Sin duda alguna, aceptaría caminar con ella y pasar tiempo juntas, aunque sea un poco.

—¿A qué hora?

Cuestioné y miré el reloj colgado en la pared.

—En cuanto estuviera disponible, Su Majestad.

Asentí. Miré la pila de documentos por leer y firmar. Suspiré y decidí que era un momento de tomar un descanso y darle un poco de mi tiempo a mi esposa.

—Iré enseguida, notifícale.

Salió de la oficina. Revisé mi vestimenta y la ajusté. Justo antes de salir, el general de la mesa mostró su rostro.

—Su Majestad.

Me giré para verme en el espejo y maldije en silencio. Había pasado un mes de su castigo y pronto volvería a reintegrarse hasta que apareciera otra persona competente para destronarlo.

—No tengo tiempo para ti.

Mi cortesía y mi amabilidad con él se había ido a la mierda desde el momento que Jennie me notificó de las cosas que hizo mientras no estaba.

Crown Jenlisa Gip Donde viven las historias. Descúbrelo ahora