CAPITULO 43.

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SIGLO ANTIGUO

PALACIO REAL DE NYX

LISA POV

Mire al hombre frente a mí y sabía que mis palabras no eran suficientes para pagarle todo lo que había hecho por mi esposa y por mi reino, pero igualmente lo dije.

—Estoy sumamente agradecida con tu servicio y ayuda, Zúrich.

El consejo real de mi esposa frente a mí se irguió aún más y sostuvo su rostro serio.

—Sin ti la vida de mi esposa no estaría aquí.

Afirmé. Él negó y no me miró con respeto.

—Mi trabajo era mantenerla con vida, Su Majestad. Ha sido un trabajo arduo, pero he ganado experiencia y no me arrepiento de haberlo tomado. En cambio, le agradezco por haber tenido tanta confianza en mí.

Asentí. Golpeé sus hombros varias veces y le regalé una sonrisa sincera. Hace mucho que no la daba, exceptuando a mi esposa. Me giré justo para verla hablar con el general Leandro. Ambos estaban riendo de algo, pero luego la mirada de Jennie se posó en mí y sonrió tan perfecta como siempre.

El general le dijo una última cosa antes de alejarse, hacer una reverencia y salir por la puerta del comedor. Me acerqué a mi esposa solo para ver que aún seguía buscando algo de comer.

—Este heredero pide mucho, ¿verdad?

Ella sonrió y asintió. Sus mejillas sonrojadas y adorables, mostrando las pequeñas pecas esparcidas por su nariz y mejillas.

—¿Me quieres acompañar a la habitación, princesa Jennie?

Ella asintió tomando un último pan como recurso. Reí y la tomé de la mano para llevármela. Ella antes de irnos, se despidió de Zúrich con unas simples palabras de buenas noches.

Antes de subir las escaleras nos hice detenernos a ambas, ella me miró confusa. Sonreí y la tomé en brazos, olvidando por unos segundos todo el dolor corporal que tenía gracias a mi última franquicia. Ella rió mientras subíamos las escaleras. Aún tenía el pan en su mano y lo partió para ambas.

—Me pregunto cómo tu pequeño cuerpo puede contener tanta comida.

Comenté risueña. Ella sonrió y empezó a comer sin dejar de mirarme.

—Tu primogénito es quien se alimenta aún más.

Se defendió. Sonreí y abrí la puerta de la habitación real. Era la primera vez que me encontraba en este lugar y no podía quejarme. Parecía muy amplio y la cama se veía muy cómoda. La dejé sobre la cama y me propuse a recorrer el lugar. Ella se acomodó mirándome.

—Parece muy acogedora.

Confesé mirando cada rincón, hasta el cuarto de baño.

—Ahora lo es más contigo, Lisa.

Sonreí sin verla. Podía sentir que me sonrojaría si lo hacía.

—¿Qué te parece tu reino?

Cuestioné realmente curiosa de su respuesta.

—Nuestro. Me parece encantador aunque me falta recorrer las calles con mis propios ojos. Leandro habla maravillas del lugar.

Asentí. Leandro parecía un buen tipo.

—No podía esperar menos, Jen. Cuando te conocí, pensé en encontrar un reino y para mi suerte los reyes estaban pasando por un mal momento, no fue difícil sacarlos.

Permaneció en silencio y eso llamó mi atención. Dejé de ver el cuarto de baño para sacar mi cabeza y verla mirar fijamente el suelo.

—Los pueblerinos asesinaron a su hija, Lisa. ¿Sabías eso?

Crown Jenlisa Gip Donde viven las historias. Descúbrelo ahora