† La miseria con la que muchos viven el día a día no se puede comparar con sentirte nada de vez en cuando; porque siempre van de la mano.
-Azul y gris; 17 años.
La larga jornada de este día habia terminado. Caminábamos como de costumbre a la parada de autobuses con mis compañeras, mientras tanto, hablábamos de cosas triviales.
La verdad era que el instituto ya me estaba cansando.
«¿Cuándo será el día que no te quejarás del instituto?»
¡Nunca!
Ni siquiera de niña me gustaban asistir a clases. La escuela nunca fue lo mío, probablemente ahora tampoco lo sea, pero al menos ya no es como en esa época, realmente odiaba ir a clases. Por lo que, era muy común que no fuese y si lo hacía, no llevaba mis tareas.
«Qué gran pasado oscuro»
Lo cierto era que al menos hacía el intentó y con suerte me graduaría. Mientras eso sucedía me tocaba sufrir, aún más cuando se trataba de las matemáticas, soy realmente pésima con las matemáticas. No se me dan, no como a mi hermana mayor.
Es sencillo, los números y yo no somos compatibles.
¡No somos el uno para el otro!
Con el tiempo que iba creciendo, nunca me imaginé que a los diecisiete podría llegar a tener una pizca de egoísmo, pero la verdad, en esta situación era válida. Y no me lo nieguen.
Fue algo así como: “alegraste mi tarde aburrida.”
Verlo ahí, reteniendo su cuerpo en la pared, con la pierna doblada y, con el celular en las manos, mientras esperaba el bus, fue algo que no me esperaba, no el día de hoy.
¿Acaso no se daba cuenta en lo jodidamente atractivo qué lo hacía ver solo con su postura?
«¡Díos mío, ayúdame, que cada día hay más pecado por doquier!»
Nada más y nada menos que mi reacción lo dijo todo. Me dí la vuelta mientras me cubría con la mano mi boca, ahogando mi emoción y asombro.
—¡Es él, es él!—dije al darme la vuelta y quedar enfrente a mis compañeras.
—¿Quién?—preguntaron ellas al unísono.
Aunque les explicará, no lo entenderían, pero nunca me espere esto.
—¡Es el chico que siempre veo en el autobús!
Respondí.
—¡Vamos a pedirle su Instagram!
«Alto ahí, vaquero» «¿Espera qué?»
¿Había escuchado bien? Eso no era bueno. Últimamente les había picado la abeja que a medio mundo que vieran y que fuese guapo, le pedían su Instagram. Y aunque yo también me moría por tener su Instagram, no me iba ha arriesgar a que ellas lo tuvieran.
Díganme egoísta, pero no siempre todo iba a girar a su alrededor.
«¡Stop bicht!»
Así que como pude las pare para que ya no fuesen hasta donde él—con un poco de ayuda, hay que agregar— El bus llegó, por lo que también no les dió tiempo. Subimos y él se perdió entre las personas.
Aún así, sabía que ahí, en alguna esquina, él viajaba en el mismo autobús que yo.
Ya no era de asombrarse, ya se había hecho algo bonito. Una bonita coincidencia.
Tal vez, solo tal vez, esta ocasión mi egoísmo fue por más, pero a lo mejor era lo correcto.
«¿Ah sí?»
Bueeno, no tan así, pero no permitirá que obtuvieran su Instagram, ¿Qué tal le gustaba? O viceversa. No, era mejor prevenir que lamentar. Y yo no iba a lamentar, no ahora.
«Hasta dónde podrías llegar por una simple atracción, ¿eh?»
Quizá, hasta donde ni tú ni yo nos hemos imaginado.
Siempre es de esperarse lo inesperado. Pero no soy lo suficientemente valiente como para atreverme a hablarle.
Tampoco me malinterpretes, no estoy diciendo que esté enamorada, mucho menos que me guste. Solo me atrae. Ni siquiera sé quién es él.
Lo siguiente fue bajarme del autobús.
Caminaba a paso lento y la imagen de él esta tarde venía a mi cabeza una y otra vez, convirtiéndose en un hermoso flashback, de los mejores hasta el momento. Sonreí como tonta, hace mucho que no lo hacía por un chico, hace ya un buen tiempo que no sonreía como tonta al recordar a un chico...
Creo que solo recordarlo me ponía de buen humor.
¡Genial!
Recuérdame en el futuro nunca olvidarlo.
Recuerda en el futuro nunca olvidar a las personas que inconscientemente te hacen bien. Que sin querer te levantan una sonrisa, aún en el peor momento de tu vida, aunque no lo conozcas, aunque te lo hayas encontrado en el supermercado, la plaza, por la calle o simplemente lo hayas visto en alguna esquina de por ahí, como por ejemplo: del autobús.
N/A: Hola, aquí Nick.
El capítulo de ahora sigue la trayectoria de la propia historia, si por momentos se tocan otros temas es solo para comprender mejor la vida de la protagonista.
Disculpen a Kelly, y su pequeño mundo roto. 🤠
Nos leemos en los próximos, muaaaak.
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El chico del autobús
Short Story¡Bienvenido aventurero, a un mundo de depresión y caos! ••• ¿Qué dónde lo conocí? Pues, en un autobús. ¿Qué si fue coincidencia, causalidad o destino? No lo sé. ¿Qué quién es él? Ojalá lo supiera, pero sé qu...