4

832 69 12
                                    

Sinners iba ganando algo de fama en la escena underground lentamente como alguna vez pasó con Metallica. Cada tocada que hacíamos nos acercaba más y más al comienzo de la cima, y yo podía detectar el aroma del éxito con cada paso que dábamos. Me era más fácil comprender cómo debió haberse sentido Dave al ser echado justamente cuando Metallica comenzaba su despegue como banda.

Yo estaba tan centrada en la banda, las canciones y las tocadas que lo único que me interesaba era mejorar cada día más, y no podía hacerlo pensando y extrañando a Dave cada minuto de mi día. Así que fui olvidándolo paulatinamente. Conocí más chicos y de repente, Dave era solamente un recuerdo más junto con Metallica.

--Adivinen qué trajo mamá, perras --dije apenas entré a la sala. Llevaba toda la tarde fuera del apartamento.

--¿Comida decente? --Angie cambiaba las cuerdas de su guitarra con máximo cuidado.

--Es algo mucho mejor... He estado buscando durante bastante tiempo un buen promotor y digamos que lo he encontrado.

--¿A qué te refieres, ricitos? --Jodie ojeaba mis discos sentada en el suelo de la sala.

--Echen un vistazo, mejor --saqué cuatro paquetitos de aluminio de mi sostén y los dejé en la mesita de madera que había frente al televisor.

--Guarra, ¿por qué mierdas te los guardas en las tetas? --Angie hizo una cara rara y Jodie sonrió.

--Lo importante viene dentro, Angie. Abre uno --ella me hizo caso y desdobló con cuidado el pedazo de aluminio, revelando un polvo blanco dentro como contenido.

--¿Qué perras es esto? --preguntó mientras observaba el polvo de cerca.

--Polvo de hadas --contesté sarcástica--. Se llama cocaína, imbécil.

--No lo sé, Jane, no me inspira mucha confianza.

--Estos días pasados no hemos estado durmiendo bien, estamos jodidas y tú misma lo has dicho. Anda, yo lo he hecho antes y no hay nada malo. Sólo es cuestión de no emocionarse más de la cuenta. El puñetero Red Bull me tiene hasta las pelotas.

--Vamos, no seas una maricona, Angie --Jodie sonrió burlonamente y supe que era de las mías.

Saqué un billete de mi bolsillo y con una navaja que había traido del baño separé el polvo de un paquete en tres líneas.

--Bon appetit, zorras --enrollé el billete y acerqué un extremo a mi fosa nasal izquierda, con la mano derecha tapé el otro orificio nasal y pasé el billete sobre la línea mientras aspiraba sin dejarme nada detrás. Jodie hizo lo mismo después de mí y Angie tenía una puta cara de susto que te cagabas.

Apoyé la espalda contra la pared más cercana, mientras cerraba los ojos la energía dominaba mi sistema. Jodie se acercó con un par de cervezas Corona entre las manos.

--Carajo, es de la buena --Jodie se pasaba el torso de la mano repetidamente por la nariz y yo bebía rápidamente.

--Jamás traería mierda barata --unos minutos luego de estarnos observando, Angie repitió nuestras acciones y luego gateó hasta nosotras. Me dí cuenta fácilmente que era una novata, a diferencia de Jodie.

--¿Para mí no hay nada, trío de drogadictas?

--Todo está en la mesa, rubia hueca --una vez que las cuatro estabamos jodidamente puestas, comenzamos a beber y beber. El álbum Creatures of the Night retumbaba por todo el apartamento y cantábamos todas como pendejas. Me quedé viendo un rato la ventana, y me di cuenta de que ya estaba anocheciendo.

 𝕭𝖆𝖉 𝖌𝖎𝖗𝖑 / / 𝕯𝖆𝖛𝖊  𝕸𝖚𝖘𝖙𝖆𝖎𝖓𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora