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Veía a Dave conducir desde el asiento trasero, me recosté poco a poco y volví a cerrar los ojos. El bajón había llegado y era un infierno experimentarlo. Solamente hacía que me dieran más y más ganas de meterme otra raya. Un par de minutos luego, el automóvil se detuvo suavemente, y la puerta que quedaba a centímetros de mi cabeza fue abierta con rapidez.

--Ay Jane... No has cambiado en nada --Dave me sostuvo en sus brazos, y me sentí amada. Abrí los ojos y recargué la cabeza contra su pecho. Rodeé su cuello con mis antebrazos débilmente y sentí el pulso de su corazón acelerarse contra mi pecho.

Dave y David comenzaron a caminar a paso acelerado, y en menos de cinco minutos ya nos encontrábamos frente a la puerta del departamento. A decir verdad, yo me encontraba bien desde que nos habíamos estacionado, pero quería sentir a Dave cerca de mí... Además de que me daba un poco de pereza subir escaleras.

--Junior, toma las llaves de mi pantalón, están en la bolsa derecha --después de una pequeña pausa ya estábamos dentro del apartamento. Dave me dejó en el sofá y abrí los ojos mientras le regalaba una sonrisa burlona--. Estuviste despierta todo el camino, ¿cierto?

--Algo así --se acercó más de la cuenta y en un abrir y cerrar de ojos, sus labios ya habían impactado los míos.

--De verdad estaba preocupado por ti, hiciste algo muy estúpido, Jane.

--Me dí cuenta de eso cuando caí contra el suelo. Joder, qué idiota.

--No digas eso, fue lo que me hacía falta para terminar de hacerlo mierda, pero no lo vuelvas a hacer, guapa --seguía cercano a mí, me incorporé de nuevo, nuestras respiraciones se mezclaban cuando de repente escuché un carraspeo.

--Bien... Yo me iré a mi apartamento --hasta lo incómodo se le notaba en la cara.

--¿De qué hablas, David? No puedes irte sin curarte esas heridas, déjame te ayudo con eso --me separé de Dave y me levanté del sofá. El pelirrojo se dejó caer en el mueble.

--No, no hace falta, estoy bien.

--Será mejor que le hagas caso, Junior. Jane puede llegar a ser muy terca --Dave cruzó los brazos detrás de su cabeza y se terminó de acomodar en el sofá.

--Ya lo has oído, anda, no muerdo.

--Está bien --antes de poder hacer cualquier otra cosa, tuve que ir corriendo a la farmacia, porque como era obvio, en el piso de Dave sólo habían alcohol, hierba y condones. Al volver hice el proceso de curación en las heridas de Junior, y una vez terminado todo eso el chico se marchó. Volví a mi lugar con Dave en el sillón y observé sus manos. Tenía los nudillos hinchados y rojos, e incluso sangraban. Lo mismo en ambas manos. Insistí lo que me pareció una eternidad y al final accedió a que le pusiera unas vendas alrededor de los nudillos.

--Bien... Supongo que es hora que vuelva a mi apartamento... Tengo que saber qué pasó con las chicas --pretendí levantarme de la silla donde estaba sentada, tenía a Dave frente a mí, me tomó fuerte de la mano y supe que no me dejaría ir.

--¿Estás loca? Son casi las dos de la madrugada. No te vas de aquí ni intentando escapar. Tus amigas estarán bien, le pedí a unos amigos que las vigilaran.

--Dave...

--Ya te alejaron una vez de mí... No dejaré que pase de nuevo. Dime que estarás conmigo por siempre.

--Lo prometo --y entonces otro beso ocurrió. Dave era quien mejor comprendía mis labios, y los besos jamás resultaban feos o insípidos cuando él me los daba.

 𝕭𝖆𝖉 𝖌𝖎𝖗𝖑 / / 𝕯𝖆𝖛𝖊  𝕸𝖚𝖘𝖙𝖆𝖎𝖓𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora