𝕭𝖆𝖉 𝖌𝖎𝖗𝖑 / / 𝕯𝖆𝖛𝖊 𝕸𝖚𝖘𝖙𝖆𝖎𝖓𝖊

14

Volvimos todos juntos a nuestro departamento luego del entierro, conversando como si nada importante acabase de suceder. Compramos un par de cervezas y así pasamos la mayor parte de la tarde. Telefoneé a Lucy mientras Dave y Junior conversaban con las chicas en la sala, le conté todo y ella prometió que iría. Luego de unos quince minutos llegó.

--¡La puta madre, Jane! ¿¡Qué carajos te pasó en la cara!? ¿¡Acaso fue el maldito bastardo de Dave!? --al verme inmediatamente se escandalizó por los golpes que yo traía en la cara y en el cuello también.

--No, él jamás haría algo así, tranquila --la invité a pasar y comencé a explicarle la situación de la noche pasada. Pude notar como se disgustaba con el hecho de que yo me había peleado por celos y se disgustó aún más porque todo se trataba de Dave, pero ¿qué se le iba a hacer? De cualquier forma procedió a abrazarme con fuerza, como yo lo había hecho con ella hace apenas unos días atrás, cuando ocurrió toda la locura de Violet, pero no era necesario ya que yo no me sentía triste en lo absoluto. Deshice el abrazo poco a poco y de ahí le indiqué que me siguiera hasta donde estaban todos los demás--. Hey, chicos, ella es Lucy, una vieja amiga --todos voltearon en dirección nuestra, Dave no se mostró interesado como era de esperarse, aunque pude notar una chispa brillar en los ojos de Junior, a pesar de que nos encontrábamos a una distancia considerable. Las miradas de Junior y Lucy chocaron y en menos de dos segundos noté lo que estaba pasando. Química instantánea. Joder.

Le ofrecí una cerveza a Lucy la cuál tomó de una manera muy torpe con las mejillas bastante rosadas. Sentí un poco de nostalgia la recordar que prácticamente esa era yo hace un año, en aquel bar cuando vi a Dave por primera vez. Sonreí al ver cómo Lucy y Junior se lanzaban ciertas miraditas mientras Dave hablaba de Metallica con Angie. La vieja historia del "no me echaron, yo renuncié" se repitió por quizás la centésima vez, pero no podía culparlo... Debe ser difícil que te nieguen la oportunidad de cumplir tus sueños cuando estás prácticamente a pasos de llegar a ellos.

Sea como fuere, Dave estaba allí conmigo finalmente, sin mentiras, sin un plan malévolo escondido entre los pensamientos... Él estaba ahí conmigo porque me amaba, y eso era lo importante.

Después de ver tres episodios seguidos de "Dynasty" y burlarnos de la ridiculez de cada uno de ellos, Dave decidió que estaba harto de esa serie llena de personajes pretenciosos, así que decidí sacar un paquete de cartas que había encontrado en uno de los cajones de mi cuarto cuando recién me había mudado. Comenzamos a jugar póquer mientras fumábamos algo de hierba y bebíamos más cerveza, apostando dinero que realmente no teníamos. Vi que Dave sacaba cartas de debajo de su manga, me reí y acusé sus fechorías, todos quisieron matarlo al principio, pero de cualquier forma lo único que apostamos fue dinero imaginario.

Después de terminar un último juego y darnos cuenta de que nuestros estómagos hinchados reclamaban comida y más cerveza, Junior y Lucy se ofrecieron para ir a comprar más cervezas y algo para cenar, juntos.

--De seguro ya quieren escaparse para irse a follar, ¿eh? --Lucy rodó los ojos y Junior se sonrojó como nunca luego de que Dave los molestara con lo típico, inmediatamente nosotras comenzamos a seguirle la corriente y decir cosas similares.

--Pero usen protección, que no quiero un mini Junior corriendo y gritando por todo mi piso --advertí con un tono burlón, Dave me abrazó por la cintura y ahora ambos estaban más rojos que un semáforo.

--Ya cállense el hocico, chingado --exhaló Lucy con notorios nervios en la voz y cara pero, antes de poder decir algo más, salieron por la puerta, escapando de nuestras bromas.

--Se ven lindos juntos, ¿no crees? --me puse frente a Dave, coloqué mis antebrazos en sus hombros y él sonrió instantáneamente.

--Creo que nos vemos más lindos nosotros juntos --contestó con una voz seria y grave para después esbozar una de esas sonrisas seductoras que eran tan propias de él, las chicas corrieron a diferentes puntos del apartamento, intentando no interrumpir accidentalmente nuestro "momento".