Draco Malfoy y la Magia de los Retratos [Harco] [Editando]

Capítulo 11.1 Harry

Observo hacia el lugar donde Malfoy salió corriendo, con la imagen de su rostro todavía clara en mi mente. No pensé que se pondría tan nervioso solo por sujetarle la barbilla. Verlo así, vulnerable, sin su típica actitud de arrogancia, fue algo... cautivador.

Malfoy es... lindo.

Miro mi mano, la misma con la que lo sujeté. Está sucia por el entrenamiento de Quidditch, con los dedos ásperos y llenos de callos por las tareas que los Dursley me obligan a hacer cada verano. Y, sin embargo, cuando toqué su piel, fue como si todo eso desapareciera por un instante. Como si mis manos fueran distintas, hechas solo para él. No sentí nada parecido cuando abrazaba a Hermione o a Ron, esto es... diferente.

Siento mi mano vacía, como si algo me faltara.

No suelo ser tan atrevido. Nunca había tocado a alguien de esa forma, tan intencionadamente. Pero verlo allí, con esa mezcla de inseguridad y timidez, despertó algo en mí. Un impulso repentino, irracional, de acercarme, de tocarlo... y lo hice, sin poder resistirme.

La confusión me invade.

Su piel se veía tan suave, su cabello resplandecía bajo la luz de la luna, como si fuera de plata. Había algo en él, en su expresión y en la forma en que me miraba, que me hacía pensar en un ángel, en alguien envuelto en una luz tan pura y cautivadora que sentí un deseo incontenible de hacer esa luz mía, de estar cerca de él, tan cerca como fuera posible.

Deseo tocarlo de nuevo. Sentir su piel contra la mía.

Mi mano va instintivamente a mi pecho, tratando de calmar el latido frenético de mi corazón. Nunca ha latido así, ni siquiera en la emoción de un partido de Quidditch. Es como si, con esa sola mirada, con ese roce, todo en mí hubiera cambiado.

¿Qué es este sentimiento?