Capítulo 15

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Harry se acerca a nosotros luciendo demasiado molesto, no puedo evitar que un escalofrío recorra mi espalda. Solo una vez lo he visto tan enojado, cuando fue secuestrado y llevado a la mansión Malfoy, al vernos a los ojos, estos estaban llenos de furia no controlada.

—Suéltenlo—ordena a los gemelos cuando está a menos de un metro de distancia.

Los gemelos se miran a los ojos, teniendo una conversación silenciosa entre ellos.

—¿Y si no deseamos soltar al pequeño rubio? —dice uno.

—¿Qué harás al respecto, hermanito? —dice el otro. Aun no logro diferenciarlos.

—Si no lo sueltan, le escribiré a su madre sobre que están creando dulces peligrosos y experimentando con los niños de primero—amenaza Harry cruzando sus brazos sobre su pecho.

—¡No te atreverías!—gritan al unísono los pelirrojos. 

—Pruebenme—responde el pelinegro. 

Los gemelos tienen una discusión silenciosa antes de soltarme completamente. Masajeo mis mejillas que me duelen, las apretujaron con poca fuerza, pero mi piel es muy pálida y sensible que con un poco de presión me duele o aparece un moretón.

—Nos vemos pequeña serpiente, te buscaremos cuando estes solo—dicen los gemelos Weasley al unísono, se dan la vuelta y desaparecen detrás de un pasillo poco concurrido.

Harry frunce el ceño al oír las palabras de los hermanos, pero la furia que tenía  desapareció  al quedarnos solos.

—¿Estás bien—pregunta el pelinegro acercándose a mí.

—Si, no te preocupes—respondo dejando de masajear mis mejillas.

—¿Enserio? —vuelve a preguntar.

Coloca sus palmas en mis mejillas, dándole suaves caricias. 

—E-Estoy b-bien—doy un paso hacia atrás, para alejarme de él. Mi cara me arde tanto que debo estar rojo. 

—Lo siento—dice mientras baja sus brazos que quedaron en el aire.

—¿A dónde ibas? —cambio de tema, tratando de calmar mi sonrojo. Harry no aparta la mirada de mi rostro, impidiendome reunir la tranquilidad para recuperar la compostura.

Harry es demasiado cariñoso con sus amigos. Si sigue así, me va hacer pensar que le gusto. 

—A las cocinas a buscar algo para comer—responde el pelinegro.

Encontrando la oportunidad perfecta para evitar mirarlo a los ojos, camino hacia la enfermería. Y el pelinegro me sigue en silencio. 

Todas las camas están vacías a excepción de una que está llena de regalos, entre ellos ranas de chocolate, una canasta de frutas, y lo más extraño de todo un inodoro.

—Fue un regalo de los gemelos—comenta al ver que no apartó la mirada del maldito inodoro, como fue que ese par de demonios lo metieron a la enfermería sin que Madame Pomfrey los descubriera. Son hábiles, pienso.

—Son un poco geniales—comentó mientras le señalo a Harry que se siente en la cama, y uniéndome a lado de él.

—Supongo—susurra frunciendo levemente el ceño.

—¿Estas molesto conmigo? —pregunto al notar su enojo.

—¿Qué? ¡No! —responde rápidamente. Pasando sus manos por su cabello ya desordenado. Verde y plateado chocan—Solo estoy molesto porque el equipo perdió por mi culpa.

Draco Malfoy y la Magia de los Retratos [Harco] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora