Capítulo 2

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01 de septiembre de 1995

—Es un espectáculo bastante desagradable —comenta Pansy con sorna al entrar al compartimiento y descubrir a Harry prácticamente arrinconándome contra la pared mientras compartíamos un beso.

—¿Por qué no te largas, Pansy? —Harry murmura, visiblemente molesto mientras se separa de mí a regañadientes. Esa intensidad en sus ojos cuando estamos juntos me resulta imposible de ignorar, pero Pansy, como siempre, sabe irrumpir en el momento menos oportuno.

—Lárgate tú, Potter. Yo conozco a Draco desde que usábamos pañales —responde Pansy con una sonrisa burlona, empujando a Harry para tomar su lugar y darme un abrazo efusivo. Río y le correspondo con igual entusiasmo, sintiendo el abrazo cálido de una amiga de toda la vida.

Harry se sienta en el asiento de enfrente, cruzando los brazos, sin apartar la mirada de nosotros con una expresión de ceño fruncido. Sé lo que le molesta, desde que estamos juntos, he notado lo intensamente posesivo que puede ser, aunque ya le he dicho en repetidas ocasiones que no puede prohibirme estar cerca de mis amigos. Así que, resignado, me observa en silencio, sin decir nada, aunque veo en su mirada una mezcla de celos y frustración que apenas logra disimular.

Termino el abrazo con Pansy y me siento al lado de Harry, entrelazando su mano con la mía. Aprieto su mano con suavidad, y él responde al gesto, como si su inconformidad se disipara un poco al sentirme cerca. Esta cercanía me reconforta, el tener a Harry a mi lado me llena de una tranquilidad inesperada que nunca creí poder encontrar en él.

Unos minutos después, Blaise aparece en el compartimiento, seguido de Ron y Hermione. Pero algo en el aire me indica que algo ha ocurrido entre ellos, la tensión es palpable, y tanto Ron como Hermione tienen una expresión un tanto molesta, como si acabaran de tener una discusión. Levanto una ceja y dirijo una mirada inquisitiva hacia Blaise, buscando alguna explicación, pero él simplemente niega con la cabeza, tan desconcertado como yo.

—¿Algún problema, Ron? —pregunto finalmente, intentando romper el silencio que se ha instalado en el compartimiento.

Ron se encoge de hombros, con las mejillas encendidas y una expresión a medio camino entre la frustración y la vergüenza.

—No es nada —responde Hermione rápidamente, aunque su mirada fulminante hacia Ron sugiere lo contrario. Harry suelta un suspiro y les lanza una mirada exasperada, pero no dice nada. Parece saber más de lo que dice, aunque quizás prefiera dejar que sus amigos solucionen sus propios conflictos.

El resto del viaje transcurre en relativa calma, entre conversaciones triviales y algunas risas ocasionales. Disfruto de esta normalidad, de esta paz, como si fuera un lujo que no siempre podré permitirme.  Me doy cuenta de cuánto ha cambiado mi vida, de lo diferente que me siento desde que estoy con él y desde que decidí dejar atrás los prejuicios de mi familia.

Cuando el tren comienza a desacelerar, una sombra de preocupación cruza mi mente. Pronto volveremos a Hogwarts, y sé que la llegada de Dolores Umbridge no augura nada bueno. Sus métodos represivos y su odio por los mestizos y las criaturas mágicas la convierten en una amenaza para cualquier atisbo de alegría o libertad en la escuela.

Respiro hondo y me apoyo en el hombro de Harry por un instante, preparándome mentalmente para lo que viene.

Solo espero que el sapo rosa no arruine todo. 

 

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Draco Malfoy y la Magia de los Retratos [Harco] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora