Draco Malfoy y la Magia de los Retratos [Harco] [Editando]

Capítulo 13. Parte 1. Fin del cuarto año

05 de junio de 1995

El silencio se alargó entre los dos, una tensión casi palpable en el aire mientras mis pensamientos corrían a toda velocidad. Las palabras de Harry retumbaban en mi mente, mezclándose con la incredulidad que no lograba esconder. 

Él evitaba mirarme, y sus manos temblaban, apretadas con tal fuerza que sus nudillos estaban blancos. Sabía que algo no estaba bien. El Harry que conocí en mi vida pasada jamás hubiera asesinado a nadie. No era su naturaleza. Siempre recurría a desarmar, a evitar la muerte a toda costa, y de alguna manera, eso fue suficiente para derrotar a Voldemort. Eso es lo que siempre me contaron, lo que los testigos de la batalla final en Hogwarts juraban.

Pero ahora... Harry, el chico que conocía como el defensor incansable, el que sostenía una varita con la intención de proteger, había matado a alguien. No solo lo había hecho, sino que su magia se había desbordado de tal manera que ni siquiera Dumbledore pudo detenerlo.

Lo observo nuevamente, sus ojos se entrecierran, como si temiera mi juicio. La desesperación en su postura me agota, y sin decir nada más, suspiro. Me hago a un lado en la cama, un gesto silencioso que le ofrece consuelo, aunque yo mismo no estoy seguro de cómo procesar lo que acaba de contarme.

—Harry, sube —mi voz no admite discusiones. No es una petición, es una orden.

Él finalmente levanta la mirada, buscando algo en mis ojos, y lo que encuentra parece aliviarlo. Exhala con fuerza, y con torpeza, se acomoda a mi lado. Mi cuerpo actúa antes de que mi mente lo haga. Lo empujo suavemente hacia abajo, dejándolo tumbado mientras yo me acomodo sobre su pecho, nuestras manos entrelazadas y firmes. Lo siento estremecerse bajo mi peso, su respiración entrecortada mientras mi sonrisa se esboza, aunque mis pensamientos aún están desordenados.

Sé que, aunque Harry quisiera ser el próximo señor oscuro, aunque quisiera arrastrar al mundo entero a la oscuridad, lo seguiría sin dudarlo. Haría cualquier cosa por él.

—¿Qué pasó, Harry? Cuéntamelo todo —mi voz es suave, más de lo que debería, mientras acaricio su mano con ternura.

Harry traga saliva antes de hablar, sus palabras salen a trompicones, llenas de confusión y miedo.

—Cuando Moody empezó a transformarse en Barty Crouch Jr., algo cambió dentro de mí —admite, su tono quebrado—Sentí un presentimiento, algo... algo tiraba de mí hacia ti. Necesitaba protegerte. Cuando vi la forma en la que te miraba, esa rabia, ese odio, supe que eras su objetivo. Y cuando te apuntó con la varita... —Harry se detiene, y siento su mano apretar la mía con fuerza—No lo pensé. Mi magia... se descontroló. Lance un escudo alrededor de ti, sin varita, sin intención. Fue como si una parte de mí actuara por completo sin mi control, pero lo peor fue que mi magia no estaba sola. Se unió a la tuya.

Mi corazón late con fuerza al oírlo, y aunque trato de ocultar mi sorpresa, Harry lo nota. Sigue hablando, desesperado por desahogarse.

—Cuando te desmayaste, sentí como si mi corazón hubiera dejado de latir también. No podía pensar en otra cosa más que en ti, y de repente, una llamarada de fuego salió de mí. No pude detenerlo. Era como si toda mi magia se hubiera convertido en fuego, un fuego que consumió a Barty Crouch Jr. en segundos.

—¿Murió quemado? —pregunto, apenas procesando lo que me dice.

—Sí—Harry asiente con la cabeza—Dumbledore intentó apagarlo, pero no pudo. Incluso su mano quedó quemada.

Mis labios se curvan ligeramente. Por mucho que las circunstancias sean terribles, la imagen de una cabra como Dumbledore ardiendo en medio del caos me resulta involuntariamente cómica.