–¿El Lord Holt te está cortejando?–le preguntó Eloise cuando la vió llegar al comedor.
–No, ¿por qué?
–Lady Whistledown dijo que el Lord Holt y el Lord Blossom te estaban cortejando.–habló su madre.
–¿En serio?–dijo Magnolia enojada.
–También llamó viejo al Lord Scheffield y dijo que lo habías descartado por eso.–continuó Colin.
–¡Yo no descarté a nadie!
–Ya hija, no te alteres. Sabemos que esa mujer inventa, no te preocupes.
–Lo que sí no sabíamos es que estabas siendo cortejada por Lord Blossom.–habló Benedict mirándola interrogante.
Su cara se puso toda colorada.–No lo está haciendo, por eso. Es mentira también.
–Pero ayer paseaste con él dice el diario; a mí me dijiste que ibas con Emily, ¿era mentira para pasear con él?–dijo Lady Bridgerton con algo de enojo.
–¡No! De verdad salí con Emily, pero en el camino nos encontramos con el Lord y luego caminamos juntos...
–Me gusta Blossom. Es buen muchacho, está muy bien para vos hermana. Todo lo contrario al otro Lord...Magnolia, por favor, no te fijes en él. No te dejes seducir.–dijo Colin, recibiendo una afirmación con la cabeza de parte de Benedict, estando de acuerdo con su hermano.
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La Reina, Lady Danbury y Lady Bridgerton miraban mientras Magnolia se ponía vestidos con ayuda de la diseñadora personal de la Reina Charlotte.
–¿Le gusta este?–le mostró un vestido amarillo.
Negó.
–¿Este?–ahora le mostraba uno color rosa viejo.
Negó otra vez.–No me gusta ese tono de rosa.
La diseñadora suspiró cansada; ya le había mostrado y se había probado muchos vestidos, y ninguno le gustaba a la Señorita Bridgerton.
Al parecer, al ser el Diamante de la Reina una de las cosas que debía hacer era ir a su Castillo a ser vestida por ella antes del baile. Magnolia estaba muy fastidiada; no le gustaba hacer todas esas cosas y se sentía muy presionada por la constante mirada de la Reina.–¿Este?–le volvió a mostrar otro vestido, blanco.
–Voy a parecer una novia con ese.
–Tiene razón.–acotó Lady Danbury.
Su Majestad dió un suspiro harta, y se dirigió hacia uno de los percheros, agarrando el último vestido de el, que era tapado casi por completo por los otros.
–¿Y este?–le mostró un vestido verde agua; con la falda bastante pomposa y la parte del corset con escote recto decorada con piedras brillantes.
Magnolia lo miró, no le convencía mucho el color pero como era la Reina quien se lo ofrecía, dijo que sí. Además, ya había rechazado muchos vestidos y hacía bastante tiempo estaba ahí, quería terminar de una vez por todas.
Su Majestad aplaudió contenta y le dió el vestido a su diseñadora para que ayudara a la Señorita a ponérselo: Una vez cambiada, la Reina le dió unos zapatos altos plateados y comenzaron a peinarla; le hicieron un tocado recogido en una colita de altura media y adornado con pequeñas flores blancas. Lady Danbury se acercó por atrás y le colocó en el cuello un collar con un jade, y unos aros con la misma piedra preciosa.
Demasiado verde.
Pensó Magnolia, pero se mantuvo callada.
–Mire su Alteza, ¿le gustan estos accesorios?–le preguntó Lady Danbury mostrándole a la chica.
–¡Me encantan! Excelente elección, Lady Danbury. Está espléndida Señorita.
–Muchas gracias, su Majestad.–hizo una pequeña reverencia con la cabeza la más joven de todas.
–¿Qué hizo para tener todos hijos lindos, Lady Bridgerton?–preguntó la Reina.
Todas rieron.
Pasaron un par de horas y las personas empezaron a llegar; el baile comenzó y la Reina y la Señorita Bridgerton bajaron juntas, en una especie de entrada triunfal. Llamando la atención de todos.
–No le mostré el diario de Lady Whistledown de hoy a la Reina, evité también que nadie del Castillo lo haga.–se acercó Lady Danbury para susurrarle aquello.–Le dije que no se acercara al Duque Benjamin.–le dijo en tono serio.
–Y no lo hice, él pasó por mí casa y me vió caminando. Él se acercó y me habló.
–¿Y por qué le siguió la charla? Lo tendría que haber alejado como le dije.
–Lo hice. Nuestro diálogo duró unos pocos minutos, después me fui y lo dejé ahí solo.
–Bien.–decidió creerle con algo de duda.–Que sepa ahora a dónde vive es un problema...–dijo pensativa, más diciéndolo para ella misma que otra cosa.–El niño Benjamin está aquí, no se acerque. Ignórelo si lo hace él. No sé por cuánto tiempo voy a poder mantener ajena de esta situación a la Reina. Evítenos el problema a todos, incluso a usted.–con esto, se dió media vuelta.
–¡Espere!–la paró.–¿Cómo que "niño"? ¿Cuántos años tiene?–aquella palabra pronunciada por la mujer había captado mucho su atención.
–Un año y medio menos que usted. Por eso dije: "niño". Recuerde que está mal visto que la mujer sea mayor, aunque sea por muy poco. Otra razón para no acercarse a él.–ahora sí, se fue.
Magnolia abrió sus ojos grises grandemente: Aquel chico parecía de su misma edad, o hasta podría ser que de uno o dos años más, ¡no menor!
–Buenas noches, Señorita Magnolia. Quería hablar con usted sobre lo que publicó Lady Whistledown-...
–Perdóneme Lord Scheffield, necesito que la Señorita venga conmigo.–la tomó de la mano y se la llevó caminando muy rápidamente, casi corriendo. Se detuvo en una esquina del salón, donde eran tapados por las decoraciones. Recién ahí, al haber parado, Magnolia pudo ver quién era.
–¡Benjamin!
–¿Me extrañaste?–dijo con una sonrisa altanera.
–Al contrario. ¿Qué hacés? ¿Estás loco?–le preguntó enojada.
–Uy, la chica tan protocolaria me está tuteando.
Magnolia apretó los dientes.
–Usted empezó. ¡Y no cambie de tema!–del enojo le había salido tutearlo.
–No cambio de tema.–se acercó a ella y la agarró de la cintura, acercándola un poco a su cuerpo.
–¡¿Qué hace?!–gritó en susurros.
–Nada. No le estoy haciendo nada.–le respondió aún sonriendo.
–No me toque.–le quitó las manos y se alejó.–¿Cómo me va a llevar así cuando el Lord Scheffield quería hablar conmigo?
–La salvé. ¿O quería darle explicaciones sobre lo de Whistledown? Sé que no quiere estar con él.
–¡Usted no sabe nada de mí! Aparte, ¿quiere que Lady Whistledown vuelva a escribir de nosotros si nos ve acá? Escondidos en el baile de la Reina.–le dijo con molestía.
–No me importaría si me relacionan con usted otra vez, es una chica muy linda.
–Mire–lo empujó contra la pared.–. No se acerque más a mí, yo sí que no quiero que me relacionen con usted. No quiero problemas ni escándalos, Lord Holt. Aléjese.
Búsquese otra mujer para revolcarse o jugar, yo no soy esa.Benjamin se acercó a su rostro.
–¿Y qué le hace creer que quiero eso de usted?
–Porque es lo que hace. ¿Por qué sería distinto conmigo? No le voy a creer el papel de "enamorado" o interesado en algo no carnal.–lo empujó del pecho con menos fuerza que la primera, y se fue.
Benjamin la observó irse y se mordió la lengua frustrado.
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Sublime Magnolia 🌸👑 BRIDGERTON
Romance¿Pensaste que los hermanos Bridgerton eran ocho? Te equivocaste. Es hora de presentar por fin en sociedad a la antepenúltima de los Bridgerton: La intriga y la emoción de la gente al pronto conocerla se escucha y se ve por todas las calles y casas d...