Extra! (Único)

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Los Príncipes mellizos resultaron ser igualitos a la familia de su madre, los Bridgerton: Tenían el cabello castaño y grueso, pero tenían los ojos de su madre. Eran bastante parecidos a como eran sus tíos de pequeños.

Benjamin estaba indignado porque no tenían nada de él.

–Bueno, tal vez este sea parecido a vos.–le dijo tocándose la panza de cinco meses, escuchando por centésima vez las quejas de su esposo.

–O esta.–respondió.

–Será varón, ya te lo dije muchas veces.

Benjamin se cruzó de brazos.

–¿Y cómo lo sabés?

–Lo siento. ¡Soy su mamá!

–¿Y si es nena qué nombre le pondrás?

–No va a ser.

–¿Y si sí? Deberías tener un nombre por las dudas.

Magnolia rodó los ojos y pensó un poco.

–¿Lucy?

–Me gusta.–respondió el hombre.

Como los dos niños más grandes, que ya tenían 6 años, por deseo de su padré tenían un nombre Alemán y Francés, Magnolia le dijo que a su tercer hijo le pondría un nombre Inglés, porque si no no era justo. Y Holt sin mucha opción aceptó.

–¡Mamá!–llegó corriendo Juliette y la abrazó por la cintura.–¿Cuando va a nacer Cedric?–apoyó su cabeza en la panza embarazada de su madre.

–Falta, hija.

—¿Cuanto?–la miró con sus grandes ojos grises claros.

–Cuatro meses, mí amor.–le respondió con dulzura, acariciando su cabello marrón chocolate.

Hizo puchero.

Ya quería conocer a su hermanito.

–Tal vez sea Lucy.–acotó su padre, sin darse por vencido.

Magnolia giró los ojos con fastidio.

–¿Lucy?–preguntó Juliette muy confundida.

–¡No! ¡Que sea niño!–exclamó Derek entrando al salón.–Así podré jugar a la lucha con él.

–¡Jugás conmigo a eso!–le dijo su hermana indignada, sintiéndose inexistente para su mellizo.

–Sí, pero jugás poco. ¡Enseguida me decís que te despeino!

La niña se encogió de hombros, tenía razón lo que decía Derek.

–Cedric no me dirá que lo despeino.–concluyó el pequeño Príncipe.

Su madre rió por lo bajo.

Por suerte, los mellizos se llevaban bien. Benjamin y Magnolia se sentían muy felices por ello: Sentían que estaban haciendo un buen trabajo como padres.

Habían tenido miedo a la hora de contarles que tendrían otro hermano, sobre todo Magnolia, pero para su sorpresa ambos se lo tomaron muy bien y se habían puesto feliz.

Otra cosa más que los alegró mucho.

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Abrió silenciosamente la puerta y entró: Benjamin estaba sentado en el escritorio de su despacho mientras leía, firmaba y respondía cartas y documentos. Desde que su padre se había convertido en El Rey Christian de Alemania hace unos años atrás, había recibido varios deberes y tareas por ser El Príncipe Heredero y siempre tenía que hacer diferentes cosas.

Sublime Magnolia 🌸👑 BRIDGERTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora