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— La fiesta de Duke

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— La fiesta de Duke. Como lo olvidé. Ojala que no se acerquen a la iglesia— Comentó Siddy mientras caminaban por el bosque y vio a todos los adolescentes que estaban allí disfrutando de la fiesta.

— Tu esperas eso. Yo no — Damon comenzó a adelantar su paso.

— Sidney, Hola —.

La presencia de Matt se interpuso en el camino de ambos. Mirando a su amiga con una sonrisa en el rostro. No tardo mucho cuando la presencia de Caroline también llegó y rápidamente agarró la mano de Donovan, haciendo entender que estaban juntos.

— Sidney, hola, ¿Donde estabas?—.

Matt bajo la mirada, un poco incrédulo e incómodo al ver la acción de Caroline. Sidney también bajo la mirada, concentrándose en las manos tomadas de ambos adolescentes. No entendía muy bien porque la intensidad de su amiga en demostrar dicha acción frente de ella, o frente a Damon.

— ¿Ustedes...?— Quiso hablar.

— A nadie le importa— Interrumpió Damon — No hay tiempo—.

— No te estaba hablando a ti — Caroline se fijo solamente en Damon Salvatore.

— Claro que si—.

— ¿Nos conocemos? soy Matt— Donovan trato de ser amable y se presentó con el Salvatore.

— Matt, no te conozco por una razón— Damon miro a la joven Loockwood— Tu y yo vamos hacia allá—.

La tomo del brazo y comenzó a guiarla hacía el lugar en donde les correspondía ir. La tumba en donde enterraron a los vampiros; Katherine.

— ¿Por que tienes que ser tan grosero? — Ella se zafo de su agarre — Solo te estaban saludando—.

— No hay tiempo, Sidney— Recalcó el — seré más amigable cuando abra la tumba—.

— Cuando abras esa maldita tumba la grosera seré yo— Declaro y lo miro molesta— Contigo.

El la quedo mirando serio y negó con su cabeza. Siguió caminando en silencio por el bosque, Siddy siguiéndolo por detrás hasta que llegaron a la preciada tumba.

— Hermano. Brujas. Elena — Saludo.

— ¿Todo en orden?— Preguntó Stefan.

— Si. Abramos la maldita tumba, ¿quieren?— Sidney parecía exhausta de esta situación, solo quería terminarla e irse a casa.

— Creo — Comento Bonnie.

— ¿Segura que estas bien?— Elena se acercó a ella preocupada.

— Lo estoy— Afirmó.

Los seis bajaron a una especie de cueva en donde se encontraban la tumba, estaba cerrada por una gran puerta de piedra que era imposible mover sin magia. La abuela Bennett hizo un circuito con antorchas en el centro, encerrándose en ella junto a Bonnie, los demás solo miraban.

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