Capitulo 6

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A la mañana siguiente, justo cuando estaba por salir de casa, recibí una llamada de Ilyas.

-Nayla, necesito que prepares tus cosas. Nos vamos a Dubái por unos asuntos de la empresa. El vuelo sale esta noche.

-¿A Dubái? ¿Así de repente? -pregunté sorprendida.

-Sí, es importante. Te explicaré más en el aeropuerto. Asegúrate de traer todo lo que necesites para unos días.

Colgué y rápidamente empecé a empacar. No podía evitar sentir una mezcla de nerviosismo. Nunca había estado en Dubái y la idea de un viaje de trabajo tan repentino me ponía a prueba. Sin embargo, estaba decidida a demostrar lo mejor de mi.

El vuelo a Dubái fue tranquilo. Ilyas y yo conversamos poco, ambos inmersos en nuestros pensamientos. Al llegar, el calor y la modernidad de la ciudad nos recibieron con los brazos abiertos. Nos dirigimos directamente al hotel, un lujoso rascacielos con vistas impresionantes.

-Nos reuniremos con los clientes mañana por la mañana -dijo Ilyas mientras recogíamos nuestras llaves en la recepción-. Esta noche, descansa bien.

Subí a mi habitación y me asomé al balcón, maravillada por la vista de la ciudad iluminada. Después de una ducha rápida, me acosté, pero el sueño no llegab, lo que vendría al día siguiente me mantenían despierta.

A la mañana siguiente, nos encontramos en el vestíbulo del hotel. Ilyas estaba serio, concentrado. Durante el desayuno, noté que apenas hablaba, una actitud muy diferente a la habitual.

-¿Todo bien, Ilyas? -pregunté, intentando romper el hielo.

-Sí, solo estoy pensando en la reunión de hoy -respondió de manera cortante.

La reunión con los clientes fue intensa pero productiva. Mientras Ilyas y yo trabajábamos juntos, sentí una tensión en el aire, una frialdad que no había sentido antes. Cuando terminamos, los clientes nos invitaron a una cena para celebrar los avances.

Esa noche, mientras nos preparábamos para la cena, Ilyas me llamó a su habitación a lo que yo lo espere fuera, ya que no quería entrar.

-Nayla, tenemos que hablar -dijo con seriedad.

-¿Qué ocurre? -pregunté, un poco preocupada.

-He notado que últimamente estás muy cerca de Reda. No sé qué está pasando, pero no me gusta.

-¿Qué quieres decir con eso? -respondí, sorprendida por su tono.

-Sé que algo pasa entre vosotros. Y no puedo permitir que eso interfiera con el trabajo.

-No hay nada entre Reda y yo. Solo somos compañeros de trabajo. Además, no entiendo por qué esto es un problema para ti.

Ilyas se levantó y comenzó a caminar de un lado a otro de la habitación

-Es un problema porque el tiene que concentrarse y tú solo lo distraes.

Me quedé en silencio, procesando sus palabras.

-Ilyas, no hay nada entre Reda y yo. Y aunque lo hubiera, no significa que lo esté distrallendo.

Él se detuvo y me miró fijamente.

-Es que no quiero perderte, Nayla. Me importas más de lo que debería.

Me quedé callada sorprendida por sus palabras pero no me afectaban en nada, yo y Reda no éramos nada y nunca lo seríamos, a parte de que perdería mi trabajo, no me interesa nada que tenga que ver con el.

La cena con los clientes fue una mezcla de formalidades y negocios. Ilyas intentó mantener la compostura, pero noté que estaba más distante de lo habitual. Por mi parte, intenté enfocarme en la conversación y en hacer bien mi trabajo, pero lo que dijo Ilyas no dejaba de rondar mi mente.

Entre dos destinos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora