REDA
Salí del baño después de una larga ducha, el vapor aún flotando en el aire. Me sentía renovado, pero al salir, noté que Nayla no estaba en la habitación. Supuse que estaría abajo, así que me puse un pantalón de chándal y bajé a buscarla. Sin embargo, la casa estaba desierta.
-Nayla -llamé varias veces, pero no hubo respuesta. La preocupación comenzó a asentarse en mi pecho.
Le llamé, y su móvil comenzó a sonar desde la planta de arriba. Subí rápidamente y lo encontré sobre la cama. Lo cogí y bajé a esperarla, pensando que habría salido a comprar algo.
Pasó una hora y aún no volvía. La preocupación se transformó en ansiedad. Decidí revisar su móvil, algo que sabía que estaba mal, pero la situación lo justificaba. El primer chat que vi era de un número desconocido.
Después de leer el chat, me levanté de un salto y fui directo a la empresa donde se suponía que había quedado. A esa hora dudaba que estuviera abierta, pero necesitaba comprobarlo.
Al llegar, no había nadie. El lugar estaba vacío. Llamé a Ilyas.
-¿Dónde estás? -dije tan pronto como respondió.
-Hola a ti también.
-No me vaciles, ¿dónde estás?
-En casa, ¿por qué?
-Nayla ha quedado contigo aquí hace una hora por unos papeles, ¿por qué no está y tú estás en tu casa?
-¿Qué?
-¡Que me digas dónde coño está Nayla!
-No sé, no sé de qué me hablas. No he hablado con Nayla, y menos he quedado con ella.
-¿Y por qué ella ha salido de casa sin decir nada y sigue sin volver?
-Ahora voy -dijo, y colgó.
Comencé a caminar por ahí, buscando alguna señal de Nayla, pero no había nada. ¿A quién se le ocurre salir a estas horas a por unos papeles?
Veinte minutos después, el coche de Ilyas aparcó al lado mío.
-¿No aparece? -preguntó él acercándose.
-¿Tú la ves? -respondí con sarcasmo.
-Cálmate, yo no tengo la culpa.
-Un tal Ilyas, diciendo ser mi hermano, le ha dicho que venga aquí. ¿Cómo quieres que me calme?
No respondió, solo se quedó mirando el suelo.
-Ha pasado una furgoneta por aquí -dijo de repente.
-¿Cómo lo sabes? -me acerqué, mis manos comenzaban a temblar.
-Mira el suelo. Esas marcas no son de nuestros coches, y antes no estaban. Las hubiésemos borrado.
Caminé hacia las marcas, sintiendo cómo me transportaba a años atrás, a la furgoneta, los hombres, mi hermana.
-No puede ser -dije, pasándome las manos por el pelo.
-¿Qué pasa?
-Es lo mismo. -Pateé el coche, dejando un agujero.
-¿El qué es lo mismo?
-Nuestra hermana.
Sentí como todo se me caía encima. No podía ser, no podía estar volviendo a pasar. Pero esta vez, yo podía haberlo evitado. Si le pasaba algo a Nayla, no me lo perdonaría jamás.
-Vamos a la policía.
-¿Y qué coño van a hacer ellos? Llevamos más de diez años esperando cualquier cosa sobre nuestra hermana y no han hecho nada. -Dije metiendo otra patada al coche de nuevo, la rabia me estaba comiendo en mi interior.
-Yo mismo haré que la busquen.
Nos metimos cada uno en nuestro coche y fuimos directos a la policía.
.......
-Lo sentimos, tienen que pasar 24 horas para que podamos dar una orden de búsqueda. Sin eso, no podemos hacer nada. Vuelvan a casa y esperen a que vuelva -dijo el oficial.
-¿Cómo cojones quereis que me quedé aquí esperando cuando a mi mujer se la han llevado ?
-Eso nadie lo sabe, señor. Lo mejor es esperar.
-No, lo mejor es que os pongais a buscarla de una puta vez. Estamos en la misma situación que la última vez.
Y ella no ha aparecido en años.
Esto me estaba matando. Mi hermano me obligó a salir del centro de policía. Quise contactar a su familia, pero no quería preocuparlos, no mientras todo esto podía ser solo paranoia mía.
Llegué a casa e intenté dormir, pero no podía. No si ella no estaba a mi lado.
Al día siguiente, Nayla no apareció.
Al siguiente tampoco, y ahí es cuando la policía comenzó a actuar, o eso decían.
Llamé a su familia y les conté lo que había pasado. Escuchar sus llantos me rompió el corazón. Les dije que podían alojarse en mi casa hasta que la encontraran, y aceptaron.
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Entre dos destinos.
عاطفيةUna joven de 21 años se muda a Holanda tras ser contratada por una empresa muy conocida, donde conoce a dos hermanos en competencia por el control de la compañía. A medida que se involucra en sus vidas, se encuentra en medio de un dilema familiar, e...