Al día siguiente desperté en una habitación que no era mía, solo estaba yo. Al principio me asusté, pero me di cuenta de que era la de Reda.
Me levanté, hice mi rutina de skincare como siempre y reze . Salí de la habitación y mientras bajaba las escaleras el olor a café me invadió entera. Supuse que Reda estaba haciendo el desayuno.
-Buenos días -dije con una sonrisa.
-Buenos días, zanahoria.
-¿Zanahoria? -pregunté, acercándome.
-Mi zanahoria -dijo dándome un beso en la cabeza.
-Pareces una zanahoria con el pelo naranja.
-¿Desde cuándo llevas pensando eso?
-Desde que te vi sin hijab.
Me quedé mirándolo, sorprendida y curiosa a la vez. "¿Realmente parezco una zanahoria?" pensé, tocándome el pelo naranja. "Nunca me lo habían dicho antes."
Reda me pasó una taza de café, sonriendo.
Sonreí, sintiéndome más relajada.
-Tu pareces una pera podrida.
Reda soltó una pequeña risa.
-Perdona?
-Tus ojos verdes y el pelo negro una pera verde podrida dije sentándome en la mesa.
-Queria parecer cariñoso pero lo has arruinado.
Comenze a reírme a lo que el me siguió
Me senté a la mesa, disfrutando del aroma del café.
-Me aburro, hacemos algo hoy?
Reda se encogió de hombros.
-No lo sé, ¿Que quieres ? Podemos ir a algún lugar que no hayas visto.
Pensé por un momento, emocionada ante la idea de salir con Reda por primera vez como una pareja normal .
-Podríamos ir a la playa. Hace mucho que no veo el mar.
Reda asintió con entusiasmo.
-Perfecto, la playa será entonces después por la tarde , nos preparamos y vamos.
Mientras bebía mi café, no podía evitar sentir una sensación de gratitud. "Es bueno tener a alguien como Reda en mi vida," pense . "Alguien que me hace reír y me hace sentir especial."
Reda, por su parte, me observaba con una sonrisa, feliz de verme tan contenta.
-Y una cosa dijo el después de un silencio.
-Dime
-Coje todas tus cosas a mi habitación- dijo el giñandome un ojo.
-No habrá espacio.
-Quitaré lo que sea.
-No hace falta puedo dejar todo ahí.
-Pero no era una pregunta así que.
-Si tu lo dices.
Después del desayuno fui a llevar todo a la habitación de Reda, el me ayudó a llevar mi tocador y la ropa.
Ya eran las 1 así que estábamos preparándo la comida.
-Hacemos macarrones?
-Nooo- respondió quitándome la bolsa de las manos
-Por quee, son lo mejorr.
-hare algo mejor tú ves a hacer otra cosa .
Alfinal fui a la sala y seguí leyendo mi libro.
Reda apareció una hora después con dos platos con tapa.
-Esto no es un restaurante eh .
-Pero es una surprais -dijo feliz.
-A ver la surprais -dije haciendo comillas.
Dejo los platos arriba de la mesa y al abrirlo era una ensalada rara, con salmón y arroz.
-Hmmmm- dije mirando el plato fijamente.
-Tas quedado flipando -dijo el
-Es demasiado sano y lo sano no me gusta.
Comenzamos a comer, estaba todo buenísimo pero no lo iba a admitir.
Después de terminar de comer quise lavar los platos pero Reda dijo que no que los labaria el, alfinal los lavamos juntos Y nos preparamos para salir.
Reda de puso una chaqueta northe face negra y unos cargo marrones y yo una de cuero larga con un vestido marrón.
El camino hacia la playa fue tranquilo y agradable. Reda conducía con una mano en el volante y la otra sobre mi mano, mientras yo miraba por la ventana, disfrutando del paisaje "Esto es justo lo que necesitaba", pensé, sintiendo la calidez de la calefacción del coche.
-¿En qué piensas? -preguntó Reda, sin apartar la vista de la carretera.
-En como todo ha cambiado. -respondí, sonriendo.
Reda me devolvió la sonrisa.
Llegamos a la playa El paisaje blanco de la arena se extendía hasta el mar . Reda extendió una manta sobre la arena y nos sentamos.
-Me encanta -dije, dejando escapar un suspiro de satisfacción mientras me envolvía más en mi bufanda.
-Ya se que te encanto -respondió Reda, mirándome con una sonrisa.
Al ver que el sol se estaba llendo y eso creaba un atardecer precioso Reda se levantó.
-Donde vas ?- A por una cosa al coche-dijo el alejándose.
Mientras hacía una foto al paisaje para Nadia, me llegó un mensaje.
-Alejate de Reda .
Me quedé flipando al leer el mensaje pero decidí no responder, antes de poder pensar algo más Reda aparece detrás nii
-¿Quieres chocolate caliente? -preguntó Reda, sacando un termo de la bolsa que ha traído.
-¡Claro! -respondí, encantada con la idea. Mientras Reda vertía el chocolate caliente en dos tazas, no pude evitar sentir una sensación de gratitud por estos pequeños momentos.
-Aquí tienes -dijo, pasándome una taza humeante.
-Gracias -respondí, envolviendo mis manos alrededor de la taza para calentarme. Tomé un sorbo y sentí cómo el calor se extendía por todo mi cuerpo-. Esto es perfecto.
Nos quedamos en silencio, disfrutando de nuestro chocolate caliente y la vista del lago. El cielo comenzaba a despejarse un poco, dejando pasar algunos rayos de sol que hacían brillar la nieve y el hielo.
-¿Sabes? -dije, rompiendo el silencio-
Me haces sentir... especial.Reda me miró, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y afecto.
-Tú también, zanahoria -dijo con una sonrisa.
Nos quedamos un rato más, hablando de nuestros sueños y planes futuros, mientras el sonido de las olas nos rodeaba con su tranquilidad. Sentí que, a pesar del frío exterior, había encontrado un lugar cálido y seguro al lado de Reda.
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Entre dos destinos.
RomanceUna joven de 21 años se muda a Holanda tras ser contratada por una empresa muy conocida, donde conoce a dos hermanos en competencia por el control de la compañía. A medida que se involucra en sus vidas, se encuentra en medio de un dilema familiar, e...