Capitulo 34

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El siguiente mes pasó en un torbellino de recuperación y reconstrucción. Reda, Sara, Ilyas y yo nos dedicamos a encontrar una nueva normalidad, apreciando cada día de paz. La casa se llenó de risas y conversaciones, y poco a poco, el miedo que había teñido nuestras vidas empezó a disiparse.

Una tarde, mientras estábamos preparando la cena, recibí una llamada que me llenó de alegría. Era mi madre, diciendo que vendrían a visitarnos. No había visto a mi familia desde que toda esta pesadilla había comenzado, y la idea de reunirnos de nuevo me emocionaba.

—Mis padres y mi hermano vendrán mañana —anuncié a Reda, también pueden venir tus hermanos, mi sonrisa era tan amplia que me dolían las mejillas—. Quieren conocerlos a todos.

—Claro, les diré que vengan —dijo Reda, sonriendo—. Han sido unos tiempos difíciles, pero verás que ahora todo será mejor.

Al día siguiente, la casa estaba llena de expectación. Habíamos preparado una comida especial y arreglado la casa para recibir a mis padres y a mi  hermana Kawkaw y a mí hermano Nadir . Cuando finalmente llegaron, las emociones estallaron. Mi madre me abrazó con lágrimas en los ojos, y mi padre me apretó la mano con fuerza, transmitiendo su apoyo silencioso.

—Nos preocupamos tanto por ti, Nayla —dijo mi madre, su voz quebrada por la emoción—. Pero sabíamos que estabas en buenas manos.

—Lo estuve, mamá. Reda y todos aquí me cuidaron —respondí, presentando a Reda, Sara e Ilyas.

Cuando mi hermano  estrechó la mano de Reda, su mirada se volvió hacia Sara, que estaba ligeramente detrás de nosotros, observando la escena con una sonrisa tímida.

—Y tú debes ser Sara —dijo mi hermano, extendiendo la mano—. Es un placer conocerte.

—El placer es mío —respondió Sara, tomando su mano con una sonrisa.

La conexión entre ellos fue inmediata. Vi cómo los ojos de  se suavizaban a Nadir y Sara parecía nerviosa en su presencia. Durante la comida, no se paraban de mirar y Sara se ponía roja cada vez que miraba a mi hermano . Era una visión agradable y tranquilizadora en medio de nuestra recién encontrada calma.

Los días siguientes pasaron rápidamente con mi familia en casa. Nadir  y Sara pasaban mucho tiempo juntos, y eso lo se por que Sara me explica su versión cada dia, y Nadir me llama todo el rato para pedir mi opinión, eran monisimos,

—Parece que Sara y Khaled se llevan muy bien —comentó Reda una noche, mientras observábamos a los dos conversando en la sala.

Ilyas había vuelto a casa pero Sara decidió quedarse ya que mi madre casi le suplico que se quedara, en solo unos días, creo que la quiere mas que ami.

—Sí, es bueno ver a Sara tan feliz —respondí, apoyándome en él—. Después de todo lo que ha pasado, se merece toda la felicidad del mundo.

Finalmente, llegó el momento en que mis padres y Nadir  debían regresar a sus vidas en la ciudad. La despedida fue emotiva, pero llena de promesas de futuras visitas y reuniones.

—Cuida de Sara —dijo Nadir , abrazándome—. Volveré pronto.

Sara sonrió, aunque sus ojos reflejaban una mezcla de tristeza y esperanza.

—Te estaré esperando, Nadir.

Cuando se fueron, la casa se sintió un poco más vacía, pero también llena de recuerdos felices y la promesa de un futuro mejor.

—Volverán pronto —dijo Reda, abrazándome por la cintura—. Y nosotros también tenemos mucho por delante.

Asentí, sintiéndome agradecida por todo lo que habíamos superado y por lo que aún estaba por venir. Sara se quedó con nosotros un tiempo más, pero eventualmente, también encontró su propio camino, volvio a España según ella por trabajo pero yo sabía que era para esta cerca de mi hermanito  y empezar una nueva etapa en su vida.

Así, poco a poco, todos volvimos a nuestras vidas. Reda y yo comenzamos a reconstruir nuestro hogar y nuestra relación, más fuertes y unidos que nunca. Sabíamos que había desafíos por delante, pero estábamos listos para enfrentarlos juntos.

La experiencia nos había cambiado a todos, pero también nos había acercado de maneras que nunca habríamos imaginado. Y así, con el pasado finalmente detrás de nosotros, miramos hacia el futuro con esperanza y determinación, sabiendo que pase lo que pase, siempre tendríamos el uno al otro.

Entre dos destinos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora