Cada día que pasaba sin noticias de Nayla se sentía como una eternidad. La desesperación me estaba consumiendo. Mi casa, que antes estaba llena de su risa y su calidez, ahora se sentía fría y vacía. La presencia de su familia solo servía para intensificar el vacío; sus ojos estaban llenos de lágrimas y sus voces, de preocupación.
Cada mañana me levantaba temprano y me dirigía a la policía para obtener actualizaciones. Pero cada día era lo mismo: "Lo sentimos, señor. Aún no tenemos noticias." La frustración y la ira crecían dentro de mí. ¿Cómo era posible que con toda la tecnología y los recursos disponibles no pudieran encontrar a una persona?
Me senté en el sofá, mirando el móvil de Nayla, releyendo el mensaje del número desconocido una y otra vez, tratando de encontrar alguna pista que pudiera haber pasado por alto. La voz de Ilyas me sacó de mis pensamientos.
-Reda, tenemos que seguir buscando por nuestra cuenta. No podemos esperar más.
Asentí, sabiendo que tenía razón. La policía parecía ineficaz, y cada minuto que pasaba era un minuto más que Nayla estaba en peligro.
-¿Por dónde empezamos? -pregunté, mi voz quebrándose por la desesperación.
-Volvamos a la empresa. Quizás haya alguna cámara de seguridad en los alrededores que podamos revisar.
Nos dirigimos a la empresa, y al llegar, comenzamos a buscar cualquier cámara de seguridad que pudiera haber captado algo. Después de hablar con varios dueños de tiendas cercanas y revisar horas de grabaciones, finalmente encontramos algo. En una cámara de una tienda de conveniencia cercana, vimos una furgoneta negra que se acercaba al edificio poco después de que Nayla debía haber llegado.
-Ahí está -dije, señalando la pantalla con el corazón acelerado.
-Es la misma furgoneta -confirmó Ilyas, con la voz tensa.
Tomamos nota de la matrícula y fuimos directamente a la policía con esta nueva información. Nos atendió un oficial diferente, uno que parecía más dispuesto a ayudar.
-Esto es algo -dijo el oficial mientras anotaba la información. -Veremos qué podemos hacer con esto.
Esperamos ansiosamente mientras el oficial hacía unas llamadas y revisaba su sistema. Después de lo que parecieron horas, regresó con una expresión grave.
-La furgoneta está registrada a nombre de una empresa de alquiler. Vamos a contactar con ellos para obtener más información sobre quién la alquiló.
Días pasaron sin que recibiéramos noticias. La angustia era insoportable, pero al menos ahora sentíamos que estábamos haciendo algo, que había un rayo de esperanza. Cada noche, me sentaba con la familia de Nayla, intentando ofrecerles algún consuelo, aunque yo mismo estaba al borde del colapso.
-Vamos a encontrarla -les decía, tratando de creer en mis propias palabras. -No podemos perder la esperanza.
3 días se convirtieron en 5, luego en una semana.
La policía finalmente nos informó que la empresa de alquiler había cooperado y les había proporcionado un nombre y una dirección. Pero cuando llegaron al lugar, estaba vacío.
Me sentía derrotado, pero no podía rendirme. No cuando Nayla seguía desaparecida o peor aún.
Cada día salíamos a buscar, pegando carteles, hablando con cualquier persona que pudiera haber visto algo, tratando de no pensar en lo peor.
Una noche, mientras estaba solo en la sala, recibí una llamada del oficial que había tomado nuestro caso. Su voz era urgente.
-Reda, hemos encontrado algo. Necesitas venir a la estación de inmediato.
Mi corazón latía con fuerza mientras corría hacia la comisaría, esperando que finalmente tuviéramos una pista real, algo que nos llevara a Nayla. La esperanza y el miedo se entrelazaban en mi mente mientras me dirigía hacia lo que esperaba fuera el principio del fin de esta pesadilla.
Chicas en el último capitulo he borrado las 3 ultimas frases para así poder seguir con esto💕
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Entre dos destinos.
عاطفيةUna joven de 21 años se muda a Holanda tras ser contratada por una empresa muy conocida, donde conoce a dos hermanos en competencia por el control de la compañía. A medida que se involucra en sus vidas, se encuentra en medio de un dilema familiar, e...