Nuestro mejor momento es cuando conectamos (1)

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Saludos.

Aquí el especial que prometí.

Sinopsis: Todo el mundo sabe que la biblioteca más grande del mundo esta en las tierras nórdicas y que cada libro pertenecía al venerable Odín de Asgard.

Es una impresionante colección de conocimiento que pocos pueden ojear o siquiera tocar, hasta que la curiosidad de un niño con poderes psíquicos rompe la regla. Esa prohibición se llama Michel Nostradamus, quien pasa de hurgar pergaminos de sabiduría a idear maneras de fastidiar a Odín.

El invierno en Asgard siempre es brutal, ¿pero porque siente calidez dentro de la biblioteca, con tremenda compañía a su lado?

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Después de ser declarado un genio de cuidado, Michel Nostradame, bautizado por los medios como "Nostradamus", la vida del muchacho no cambio demasiado.

Es más, lo que suponía obtener fama presuntuosa y escalar a las altas esferas sociales, para Nostradamus solo era una ventana hacia lo que realmente quería lograr.

Analizar/Entender/Controlar

Quiere conocimiento, anhela los datos, prefiere la curiosidad a cualquier otra emoción de su edad, porque para él, ser inteligente era acumular información mientras juega con todo lo conocido del mundo, simple y practico.

La mejor sensación se definía cuando rebatía a los grandes científicos y encontraba fallas en formulas mundialmente reconocidas, ¡Le encantaba ver esas caras humilladas! También, darles lecciones de un verdadero maestro, mientras ellos temblaban de rabia, superados por su intelecto.

Por supuesto, se ganó una mala reputación por su burda manera de hacer las cosas, por jugar demasiado en serio y prácticamente negar el talento de otros.

Si ser un niño genio emocionalmente inmaduro y extremadamente travieso no fuera suficiente, Nostradamus agrego otro defecto a la lista: lo quería todo, no importan las normas o la opinión pública.

— ¡Yo hare que valga la pena! Ni siquiera tienen que estar ahí, cometiendo el delito conmigo.

Sus palabras sonaban a una risa, su rostro angelical no encajaba con su mirada llena de malicia y por supuesto, sus intenciones no eran pacíficas.

Porque el ansia de conocimiento de Nostradamus era tan temible como egoísta.

— Si me dejan un rato en esa biblioteca, prometo desentrañar sus secretos y crear nuevas pócimas milagrosas.

Sus promesas desdeñosas, su palabrería persuasiva, su sonrisa llena de confianza; eran arrebatadores.

Al final, los inversionistas le tomaran la palabra y despilfarraron para otorgarle permisos de viaje, boletos costosos y un permiso exclusivo para visitar la aclamada biblioteca de Asgard.

Así fue como viajo lejos, muy lejos para adentrarse en la biblioteca más grande, diligentemente cuidada y tan vieja como el tiempo mismo, que había visto. Ya había ido al monumento del holocausto en Alemania, la Real Academia Española, la biblioteca del Congreso en Washington D.C. Por supuesto, el primero fue el museo del Louvre y la entrañable BnF (Bibliothèque nationale de France) para comparar esas maravillas.

Pero esto es nuevo, huele a páginas solemnes y se siente la historia.

Quien sea que dirige la biblioteca, mantiene un excelente mantenimiento. Ve vidrieras especiales donde la retención de aire no reseca las hojas, la humedad no alcanza las esquinas ni siquiera de la portada más endeble y el típico tono amarillento apenas se asoma a la celulosa. Esta perfectamente cuidado y Nostradamus lo agradece de la mejor manera que tiene; hurgando en los títulos más viejos e impronunciables, censurados o sin traducir a otros idiomas, y los relee con ahincó.

No le creas a tus hijos cuando digan que soy demasiado joven para ti (NostraDin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora