Veo un fenómeno

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Buenas.

Esta vez, un oneshot sorpresa.

Espero les guste.

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Por una vez, Hogwarts no necesito contratar a un nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras para este año.

En todo caso, contrataron al arisco profesor de Runas Antiguas, el extremadamente sabio Odín Asgard, para impartir clases de Astronomía en reemplazo del docente que cayó enfermo de quien sabe qué.

— Uno pensaría que los profesores no son novatos.

— ¿Qué paso?

— Cometió un error. Comió el menú del jueves, el especial de la elfina esa que vino del extranjero.

— ¡No puede ser! — Los chismosos no sabían si reírse o mortificarse ante la noticia.

— Entonces, ¿el profesor Asgard realmente va a mandar la clase de Astronomía ahora?

— Como si la materia no fuera lo bastante densa...

— ¡Justo esta semana, que mal! Este noviembre es ideal para la lluvia de Leónidas.

— ¿Qué dices del fortachón ese? Ni siquiera toma las clases teóricas, se la pasa en su hamaca.

— No ese "Leónidas", la lluvia de meteoritos se llama "Leónidas".

— Tremendo dato que no necesitaba, pero ahora sé.

— Todos, suban a la torre.

Los cuchicheos se silenciaron ante el comando de esa voz.

El profesor Asgard ya se encontraba en el pasillo, su indumentaria oscura e imponente figura generaba escalofríos incluso en el día más caluroso del verano. Era un tipo diferente de Severus Snape, porque su cabello largo y lustroso era vistosamente elegante, su torso amplio y hombros rígidos al punto de verse duros sumándole su gran porte muscular lo hacían identificable como alguien con quien no quieres meterte en una pelea.

Era profesor, sí, pero actuaba más como un guardiacárcel que, en vez del sonido de llaves resonando en su cintura, llevaba dos cuervos parlanchines en los hombros. Por raro que parezca, ambos pájaros no hacían nada por cambiar el hecho que Odín Asgard era un hombre para nada simpático.

— Ahora— El rugido de su demanda fue portentoso, a pesar que nunca abrió la boca.

Sin perder un segundo, el grupo de estudiantes hizo fila para subir a la Torre de Astronomía, un paso a la vez, temerosos y obedientes ante la idea de perder puntos incluso si la mirada dorada del nuevo profesor no se fijaba en ellos.

Ya dentro de la gran sala, no fue una sorpresa que el profesor conocido por dictar sobre runas antiguas empezara con un prólogo de lo que el guía anterior dejo inconcluso y lo abordo según su criterio. Aunque nunca menciono sus propias mecánicas de clase, los estudiantes no dudaron en tomar nota. A los Ravenclaw más destacados les complació el entendimiento de Odín sobre los cosmos y su afinidad con los poderes mágicos, bastante acertado y surtido, mientras el resto de la clase no se atrevía a verse distraída por miedo a ser reprendidos.

Daba miedo hasta respirar de más. Por Merlín, ¿Cómo lograrían sobrevivir a la materia con esta presión de iceberg?

— ¡Profesor Odín!

Oh, esto es malo. ¡¿Como pudieron olvidarse de el?!

El cabello dorado envuelto en un dedo travieso fue lo primero que notaron antes que la boca de un quinceañero se abriera descaradamente para hacerse oír.

No le creas a tus hijos cuando digan que soy demasiado joven para ti (NostraDin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora