Mi runa favorita

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— Que tontería.

— Niégamelo con argumentos y evidencia.

— Michel, este juego tuyo es una pérdida de tiempo.

Odín piensa cobrárselas más tarde, cuando regrese de su viaje de trabajo.

Pero Nostradamus se niega a que se mueva, volcándolo de regreso al sofá y subiéndosele encima.

— Chér, mon corbeau— El rubio le acaricio la barbilla dulcemente, con una suavidad extraordinaria mientras le sonreía amorosamente.

Odín entrecerró los ojos.

Los ojos de Nostradamus, de cielo despejado y hermoso, se oscurecieron en nubes tormentosas.

— Antes que te vayas, explícame porque quieres ir a encontrarte con una mujer a solas y me dejas abandonado aquí.

Su tono es venenoso, hasta esa lengua que brota de los dientes blancos salpica acido pero Odín mantiene su mirar, firme y sin mover un musculo. No le importa confrontar a Nostradamus, sea por tonterías o cosas serias.

— Volveré.

— ¿Te parece bien dejarme esperando? — Nostradamus resoplo con sorna— ¿Qué pasa si me aburro? ¿Si te necesito?

— ¿Qué diablos? — Para empeorar, apareció Loki encontrándolos en semejante posición— Y yo pensando que te disté cuenta de lo insignificante y reemplazable que eres para irte con un poco de dignidad.

— ¿Dignidad? — Nostradamus chasqueo la lengua, mucho más fastidiado por la interrupción de Loki mientras Odín suspiraba en sus adentros, porque esto solo podía empeorar— Es "mi" dignidad luchar por lo que es mío.

— Mi padre no es tu-

— ¡Odín eligió ser mío! — Sin ningún tapujo, Nostradamus le dio una encerrona al cuello del peligro, pasando de un estado furibundo a ser altamente pegajoso— Lidia con las consecuencias, cariño, porque yo no me voy a mover de aquí.

— ¿Por qué la conmoción? — Como no hay tres sin cuatro, Thor entro a la sala con cara de circunstancias.

Como buen hermano, Loki lo puso al corriente.

— Una investigadora encontró fósiles de runas antiguas, un descubrimiento muy valioso según parece porque necesita la opinión de un experto y nuestro padre estaba por viajar para comprobarlo, solo que la condición era "extra confidencial". En otras palabras, quiere discutirlo en privado con nuestro padre.

— ¡No te dejare viajar para estar a solas con cualquiera! Especialmente una mujer inteligente, que cuando te oiga hablar seguro quedara prendada de ti. ¡Eres demasiado irresistible!

— Y yo pensando que sus visiones eran raras, jaja, resulta que tienes mala vista— pico Loki, divertido.

— No subestimes a tu padre, Loki.

Nostradamus se hizo a un lado para tomar la cara del venerable y enseñar todas sus atractivas virtudes.

— ¡Mira esos ojos! ¡Ese cabello! ¡Qué figura!

A medida que hablaba, Nostradamus jalo uno de los largos mechones de Odín, suaves como terciopelo y negros como la noche. Al mencionar su físico, el niño lo palmo por los costados, deteniéndose un momento en los anchos hombros y los fuertes brazos, que cada tanto lo sostenían como un fino cristal para luego empujarlo sobre cualquier superficie. A veces dándole vueltas, sus manos sin límite para tocarlo donde sea, esos dedos romos y gruesos eran tan precisos que una vez tocaban...

No le creas a tus hijos cuando digan que soy demasiado joven para ti (NostraDin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora