Rumores insidiosos

66 10 1
                                    


— Chico, dicen que te cuelgas del rabo de Asgard. ¿Es neta?

— Totalmente, me cuelgo de todo.

— ¡Como si todavía pudieras sostenerte! Mírate a ti mismo y míralo a él.

— Aah, se nota que no te fijas bien donde importa.

Frente la cara indignada de la chica, Nostradamus rodo los ojos y siguió su camino.

— Debe sentirse bien— musita una nueva voz, que pertenecía a una mujer mayor, que lo hace voltear de mala gana— Que te compre todos tus caprichos al mayor precio por saber quitarte la ropa.

— Oh, cielos, ¿Me acusas de algo que tu serias capaz de hacer si tuvieras la oportunidad? Primero consigue a un hombre forrado y luego me cuentas como le cobras.

— Entonces, si te vendes— Ella sonrió maliciosamente.

Nostradamus puso cara de pensativo, sobándose la barbilla.

— Llámalo "intercambio equivalente". Yo doy lo que también me dan.

— ¿Y qué te dan?

— De lo mejor, buen trato y conversaciones interesantísimas con momentos de pasión desbordante — Miro a la chica del principio—  ¿Tú que tienes?

— Ja, tengo dignidad.

 — Ah sí, a la "gente decente" les encantan esas palabras ideales. Orgullo, pureza, dignidad. ¿Realmente saben lo que es? ¿Lo buscan en otras personas porque no pueden ejercerlo ustedes mismos? 

Ante el tono duro de Nostradamus, la mujer de antes intervino.

— Eres demasiado joven para que-

 — Y usted es demasiado mayor para molestarse en estas cosas, no tire su tiempo en prejuicios, señora, dele vida a sus años.

— ¡Aquí estas! — Okita jalo a su amigo, lejos del veneno de las víboras— No sigas hablando que ya estoy harto.

— Estos metiches me provocaron primero.

— ¿Fue así? — Okita lo miro a través de su largo flequillo, claramente escéptico— Y les sigues el juego para presumir.

— ¿Por qué no puedo? ¡Me gusta presumir! Si se trata de Odín, no puedo contenerme.

— ¡Al fin los encuentro! — Apareció Goll, con dos bebidas frías en mano— Apúrense, que me congelo.

— Estaba a tiempo, me tarde por la gentuza que se interpone en el camino— Nostradamus hizo un despectivo gesto de manos, dándose la vuelta.

Ni siquiera tuvo que prevenir la intensión violenta de la otra persona, porque Okita levanto su katana de madera (La de acero no podía llevarla por prohibición de la policía) para bloquear cualquier acercamiento y espantarlos con su mirada de muerte.

— Se han hecho más molestos con el tiempo— suspiro Goll, entregándole una bebida a Nostradamus que para verse fresco como lechuga, se tomó la mitad del frasco para enfriarse el coraje— ¿Cómo lo llevas?

— El chisme es agua estancada y yo remo sobre un kayak de controversia.

— ¿Eso fue una referencia, colega?

Nostradamus se toco los labios con un dedo, con aire de misterio.

— Hablando de controversia, ¿Es verdad que el señor Odín dará una conferencia de prensa? — pregunto Goll, con un tono de preocupación bastante notorio. A nadie le llamo la atención, porque la chica solía ser muy dramática— Espero que no sea para aclarar los rumores y decir abiertamente que...

No le creas a tus hijos cuando digan que soy demasiado joven para ti (NostraDin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora