15:Recuerdos

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Y aquí estoy: en la casa de Argentina y con mi futuro cuñado que parece odiarme y eso que apenas me conoce, pasando uno de los momentos más incómodos de mi vida porque no despega la mirada de mí sin decir ni una sola palabra a la vez que pareciera estar criticandome o hasta ordenandome que me vaya solo con la mirada.
Que horror, sabía que Uruguay era alguien complicado pero nunca esperé que fuera así, yo creía que solo era tímido pero ahora pareciera ser un 'loco'.

Quizá ahora te preguntes:"¿Y por qué continuas ahí y no solo te vas para ahorrarte el mal rato?" Y es que realmente tenía ganas de ver a Argentina y no voy a irme solo porque Uruguay me mire así. Quizá lo estoy malinterpretando y realmente es tímido y mi presencia le perturba, no lo sé, pero debe haber alguna explicación y sea lo que sea lo aguantaré solo por quedarme con Argentina aunque sean solo unas horas de visita.

Estabamos los 3 sentados en el comedor, la cocina estaba al lado de este. Argentina estaba cocinando su llamado platillo el asado argentino en la parrilla, según él: la mejor comida de su nación para las juntadas. No sabía mucho de aquel platillo, pero tampoco iba a cuestionarle, de igual modo; lo que le gusta a Argentina, me gusta a mí.
Sonará muy obsesivo quizá, pero realmente cualquier cosa que Argentina me diga que le gusta de una forma u otra acaba gustandome a mí también.
    Luego de un rato, Argentina vino con el asado, dejó la gran bandeja en el medio de la mesa y luego se sentó.

--Sirvansen a gusto--nos dijo a ambos mientras se sentaba en la punta de la mesa.

--¡Provecho!--respondí antes de servirme un poco en mi plato--. Esto se vé delicioso.

--Buen provecho--mencionó Uruguay en un tóno bajo mientras también se servía un buen pedazo de carne en su plato.

Argentina nos miró a ambos con una sonrisa y posterior a ello se sirvió en su propio plato.

--Que disfruten.

Sin más nada, empezamos a comer en silencio únicamente con el sonido del televisor que estaba encendido. Ni Argentina ni Uruguay decían nada, algo que en parte era incómodo, pero de igual manera me producía una cierta calma que Argentina esté allí (como siempre), solo tenerlo sentado al lado me producía paz.
Para acabar con el silencio, decidí dar un cumplido.

--Hacía años que no comía carne tan bien preparada y bien condimentada, sin dudas una maravilla, Argentina. Te luciste para cocinar, está exquisito--acabé con el hielo y soltando mi opinión más honesta de la comida, realmente era una delicia total.

--Me alegra que te haya gustado, Usa, me llena de felicidad escuchar eso--me contestó con esa linda sonrisa que tiene siempre que me acaricia el alma y la relaja.

Le sonreí de igual forma, su sonrisa era contagiosa y no tardé en sonreírle también. Uruguay miró de mala manera como nos sonreíamos entre nosotros, no le estaba agradando nada, se notaba en su mirada que en ese instante me estaba odiando, pero, ¿me importaba? Claro que no, quiera o no, será mi cuñado porque me estoy empezando a ganar de a poco el amor de su hermano. De igual manera él no iba a quedarse soltero para siempre.

--Muchas miraditas y sonrisitas, ¿no creen?--mencionó con aquella mirada tan profunda y esa sonrisa forzada que hace parecer como si fuera a apuñalarte en cualquier momento.

--Quizás, ¿te incómoda?--pregunté con aquella sonrisa igual de forzada, no iba a ser maleducado pero tampoco iba a dejar que me deje sin disfrutar los momentos que debía.

Ahora en vez de dedicarle miradas a Argentina era a Uruguay, pero no miradas de amor, sino miradas de desafío. Él quería dejarme en claro que no podía acercarme a su hermano, lo acababa de notar, sí, y yo le dejaría en claro que por nada del mundo me alejaré de él y que en esta no ganará.

Obsessed With You // UsargDonde viven las historias. Descúbrelo ahora