18:Charla en el auto

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El vapor del agua caliente en la ducha me llena de paz y me relaja, como cada mañana. Me quedé un tiempo extra disfrutando de la cálidez del agua caliente que recorría mi cuerpo y lo calentaba. Necesito algo de paz luego de meses tan duros, ¿cómo puedo lograr tener paz y tranquilidad en un ambiente tan estresante? O peor aún; tan perturbante y que desmembra tu mente de a poco... Apagué el agua y salí de la ducha, miré mi rostro a través del espejo empañado del baño, ¿desde cuando me veo así? Hace bastante tiempo no me miro en el espejo por estar tan pérdido en todos mis problemas. El vidrio estaba empañado pero aún así se me podía ver bien; ¿desde cuando estaba tan ojeroso? Tenía unas ojeras que me hacían ver como si estuviese meses sin dormir, y mis ojos parecían los de un drogadicto, ¿cómo acabé viendome así? En verdad necesitaba cambiar esa vista, no podía permitirme a mi mismo que Argentina me vea así.
Me dejé de rodeos y tomé una de las toallas y me sequé un poco, mi desordenado cabello rojo, empezaba a fastidiarme, me había crecido bastante y comenzaba a molestarme en la vista, pero tampoco tengo tiempo para barberia.
Salí del cuarto de baño y me dirigí a mi habitación a buscarme algo de ropa. Fuí hasta mi armario y saqué uno de los trajes de siempre y la ropa interior. Me vestí lentamente, extrañamente, aún era temprano, así que no tenía ningún apuro. Me puse la camisa, los pantalones, las medias, los zapatos y finalmente el saco, me olvidé totalmente de la corbata, ¿pero qué importa? De igual modo será lo que menos se vea y no quitará mi formalidad.

Luego de acomodarme, me dediqué a intentar acomodar un poco mi aspecto, me puse un poco de maquillaje para cubrir mis ojeras y no verme tan arruinado, ya que con mis ojos no puedo hacer nada, cubriré las ojeras. Solo me digné a ponerme unas gotas en los ojos por si acaso y con eso concluí (de todas maneras, no hay nada más que pueda hacer).
Mi amigo de cuatro patas se paró a mi lado, me hacía mimos en la pierna con la cabeza, como llamando mi atención por cariños, sonreí ligeramente, aquello me dió ternura, por lo que me agaché y le dí unas buenas caricias al canino, ya le hacian falta unas.
Luego de estar un rato con mi compañero de casa, le dejé agua y comida y luego me dediqué a solo comerme un tostado como desayuno, no tenía antojos de nada más.
Luego de mi pequeño desayuno igual de miserable que yo, agarré mi portafolios, las llaves del auto y salí de casa.
Bajé hasta llegar a la parte de abajo y salir para ir al pequeño estacionamiento en donde tenía mi auto. Lo abrí y me metí dentro, dejé mi portafólios en el asiento del copiloto y arranqué. Conducí un rato hasta que de mera casualidad pude ver a mi amado Argentina caminando en dirección al trabajo, era tan temprano que hasta pude cruzarmelo. Inmediatamente aceleré un poco hasta lograr alcanzarlo y disminuir la velocidad al estar cerca, bajé la ventanilla y le hablé desprevenidamente.

---¡Buen día, señorito!---lo saludé de total sorpresa, inclusó se asustó un poco porque aparecí de la nada---. ¿Te llevo y vamos juntos? Ya que estoy aquí y te cruzo---ofrecí sin rodeos, tampoco iba a dar muchas vueltas para ofrecerle llevarlo.

---Buen día---risas---. ¿De dónde saliste? ¡Me asustaste! Encima re de la nada saliste, chabón---se rió un poco más, amaba esa risa suya---. Ya que te ofrecés y vamos para el mismo lugar.

Al ver que accedió, me emocioné bastante, frené y saqué el portafólios de aquel asiento para dejarselo a mi amado sol, luego él se subió, sentandose a mi lado, algo tan simple pero que hacía mi corazón estallar de la emoción y felicidad.

---Gracias Yankee, te debo una.

---¿Por qué? Si de igual modo vamos al mismo lugar---respondí mientras volvía mi vista hacia adelante y seguía conduciendo---. Además... Para mí es todo un placer.

---Eso veo, porque me hacés favores seguido y nunca me los cobrás, aparte de que siempre te ofrecés solo, se me hace curioso---me mencionó aquello, recordandome varias situaciones anteriores.

---Bueno, para eso son los amigos, ¿no?---aunque por dentro me dolió tener que decirlo de ese modo, no podía arriesgarme a fallar ahora que íbamos tan bien.

---Una amistad mejor que cualquier otra anterior que haya tenido---me respondió aquello, algo que en parte podía aliviarme o solo hacerme sentir bien.

Sonreí por ello, eso sí que me alegró el día, verdaderamente sí que lo hizo, me llenó internamente de felicidad. Quedamos un rato en silencio, con las canciones de amor de Luis Miguel de fondo, no solía escuchar muy seguido a a ese artísta, incluso iba a cambiarlo pero noté que a Argie le gustaba, por lo que decidí dejarlo sonar y hasta terminé tomándole el gusto también.

---¿Te gusta ese cantante?---le pregunté mientras conducía, ahora mismo tenía mayores intereses por saber más sobre sus gustos e intereses musicales, era algo muy importante.

---Es de mis favoritos---respondió---. Lo escucho muy seguido, más cuando estoy limpiando o haciendo algo en casa---se mostró un tanto interesado al hablar de aquello.

---Ya veo, ¿y Uruguay ayuda o solo olgazanea?---pregunté aquello de pura burla, el uruguayo tal vez no me caía muy bien pero al menos podía hacerme reír un rato.

Argentina se rió un poco por mi chiste a manera de burla, risa que se volvió contagiosa y provocó la mía.

---¡Ay, sí! Obvio que ayuda, sino lo echo de la casa---contestó entre carcajadas---. Lo echo a la mierda sino.

---Me recuerdas a mi hermano, él solía decirme que si no le ayudaba con sus tareas en secundaria, se aseguraría de desaparecer mis cosas---recordé aquello nostálgicamente, Canadá y yo de jovénes solíamos ser así, una pena que ya no tengamos esa buena relación de hermanos---. Ay.., te pasas.

---¿Vos sos el hermano mayor o tenés hermanos mayores?---me preguntó después de que dije aquello, se notaba que levanté su curiosidad.

---Yo soy el mayor de todos, y a la vez el que peor está---respondí aquello con una sonrisa de burla hacia mí mismo---. Bueno, no necesariamente porque yo esté mal, sino porque hasta ahora no tengo ningún logro verdadero. Nueva Zelanda ganó un concurso de belleza, Australia logró salvar miles de vidas animales, y Canadá se casó hace poco, aunque lastimosamente, no fuí invitado a la boda.

---¿Tu propio hermano no te invitó a su casamiento? ¿Esto es posta?---la expresión que puso me hizo saber que le pareció algo bastante malo.

---Sí, es verdad. Bueno, es su boda, ¿no? Él puede decidir a quien invitar y a quien no.

---Pero.. Sos su hermano, ¿por qué no pudo siquiera invitarte?

---Tal vez... Porque estuvimos mucho tiempo sin hablar, solo tal vez.

---Me parece algo egoísta de su parte, aunque no se hayan hablado en años no le costaba nada solo mandarte una invitación, ¡hubiera sido una buena manera de que se vean otra vez!---se mostraba algo molesto, y eso que ni siquiera conocía a Canadá, algo que en parte... Se me hizo bonito.

---Tomó su decisión, no hay nada que se pueda hacer, pero en fin... ¿Y tú? ¿Tienes hermanos mayores?

---No, también soy el mayor.

---Tenemos algo en común.

---Es una coincidencia interesante.










//Continuara..












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⏰ Última actualización: Oct 31 ⏰

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