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Tal vez no fue la mejor idea ir ahí. Aún no se acostumbraba al estilo libre de Jersey. A todos le llamaba la atención un chico de unos 20 años, vestido totalmente de negro al estilo gótico, con un gorro de pompón. Porque sí, conservaba su típico gorro, aunque negro.

Estaba sentado en una de las mesas bebiendo un trago. La música sonaba muy alta para su gusto, pero no iba a quejarse. Se suponía que estaba allí para despejar su mente con el alcohol.

Miró a su alrededor y logró visualizar a un muchacho que le llamó la atención. Parecía de su edad, tenía el cabello rojo, rapado a los lados y tirado para atrás. Se veía que era pelirrojo natural. Estaba en la barra con unas chicas. De repente volteó y dejó ver sus llamativos ojos verdes. Stan se sonrojó.

—No de nuevo—

Cerró los ojos tratando de olvidar ese sentimiento. Desde niño lo ha estado sintiendo. Lo mismo que sentía con Wendy, a veces lo sentía con chicos. Recuerda a un chico, Gary, iba a su clase. Stan se enamoró de él, Pero no quería admitirlo.

Trató de despejar su mente bebiendo un gran trago. Mientras tanto, desde la barra, el pelirrojo fue atraído por el chico de negro.

—¿Y bien? ¿Cuál de las dos?— preguntó una de las chicas a su lado.

El pelirrojo volvió a mirarlas. Si que estaban buenas, pero Sta noche tenía otros planes.

—Lo siento bellezas, pero esta noche me llamó la atención un chico—

Luego se levantó y se dirigió a la mesa donde estaba Stan. Las chicas se sorprendieron pero no dijeron nada. De todas formas, era Kyle-B de quién estábamos hablando.

Stan vio al chico acercarse a su mesa y empezó a ponerse nervioso. ¿Por qué venía hacia él? Tomó otro gran trago, con el cuál se acabó su bebida. Justo en ese momento llegó el pelirrojo y se sentó a su lado.

—¿Estás solo?— preguntó el ojiverde.

Stan no quiso responder. Kyle solo sonrió.

—¿Eres tímido? No tienes por qué serlo. ¿O no te van los chicos?—

Stan se sonrojó un poco. Debía admitir que la presencia del chico le causaba escalofríos.

—Acabaste tu bebida. ¿Quieres otra?—

Stan asintió. Al ver la sonrisa del pelirrojo supo que ya no había vuelta atrás. Cavó su propia tumba.

Kyle se levantó con el vaso de Stan y se dirigió a la barra. Ahí todavía estaban las chicas de antes.

—Señoritas— saludó.

—Entonces... ¿Él es el chico?— preguntó la rubia señalando a Stan.

—Así es—

—No parece que le tire a los chicos— mencionó la otra.

—Bueno, eso toca averiguarlo. No me rechazó la bebida—

Kyle pidió otro vaso para Stan. Cuando estuvo listo se despidió de las chicas nuevamente y se dirigió hacia Stan. Este parecía que ya estaba siendo consumido por los efectos del alcohol.

—Aquí tienes— dijo dejando el vaso frente al pelinegro y sentándose.

—Gracias—

—Así que hablas. Pensé que eras mudo— se burló un poco.

—Solo no me gusta hablar mucho—

—Lo noté—

Kyle extendió su mano hacia Stan. Este sin entender solo hizo un gesto de confusión.

—Soy Kyle Broflovski, aunque aquí me llaman Kyle-B— sonrió mostrando sus perfectos dientes.

Definitivamente Stan sentía mariposas en el estómago al verlo. Aún así, quería negar cualquier gusto por el chico pelirrojo. Son los efectos del alcohol, se dijo.

—Stan Marsh— tomó la mano de Kyle y la estrechó.

Sentir el roce de las pieles, aunque sea solo en esa zona, le hizo tener un escalofrío que recorrió toda su columna vertebral.

—Bueno, y dime Stan, lindo nombre por cierto, ¿que te trae por aquí?— pasó su brazo por los hombros del pelinegro.

Kyle no sabía si Stan estaba rojo por el alcohol o por los roces. Quiso creer que por las dos.

—Terminé con mi novia—

—oh, corazón roto. Tengo medicina para eso ¿Sabes?—

Por un momento Stan se vio interesado, pero no dijo nada.

Estuvieron un rato hablando de cosas random, como sus edades, lugares donde viven y cosas así. Hubo un momento donde Kyle notó que Stan estaba lo suficientemente borracho como para perder la timidez.

—Oye y... ¿si nos vamos a otro lugar?—

Stan lo miró confundido pero igual aceptó. ¿Qué es lo peor que podría pasar?

Kyle lo tomó de la muñeca y ambos comenzaron a caminar hacia la puerta del bar. Antes de salir el guardia de seguridad le dijo algo a Kyle que Stan no alcanzó a escuchar. Estaba que ya no sentía nada.

Se subieron al auto de Kyle y este condujo hacia su departamento. Cuando se estacionaron, ambos caminaron hacia la puerta del departamento. Al entrar Kyle tomó a Stan del cuello y lo atrajo hacia él uniendo sus labios en un beso profundo. Cerró la puerta tras él y se adentraron caminando mientras se besaban.

—Espero no te incomode— Dijo el pelirrojo lamiendo el cuello de Stan.

Este no dijo nada, solo tomó los hombros de Kyle y se dejó hacer. Su gorro cayó de su cabeza, así como luego cayó la camisa de Kyle.

Se dirigieron a la habitación del más alto mientras se besaban. Stan debía admitir que Kyle era un gran besador.

El pelinegro cayó sentado en la cama mientras el ojiverde se acomodaba entre sus piernas.

—Tus ojos son muy bonitos— Dijo Kyle acariciando el rostro de Stan.

Volvió a besar su cuello y lo mordió suavemente, sacando un gemido de Stan. Ambos cayeron acostados en la cama mientras se besaban. Kyle metía su mano por debajo de la ropa de Stan, provocando que el ojiazul se estremeciera. Stan subió sus manos y abrazó a Kyle de los hombros.

—Definitivamente me encantas Stan— mencionó Kyle quitando por completo la sudadera del pelinegro, para luego proceder a besar su pecho.

Le extrañó un poco que Stan no emitiera ningún sonido o que su respiración estuviera entrecortada. Las manos que habían estado enredadas por detrás de sus hombros ahora se encontraban en el colchón.

Alzó la vista para ver a Stan durmiendo tranquilamente. Kyle se sorprendió y se rió de si mismo. Era obvio, con la borrachera que se cargaba Stan.

Se acostó a su lado, mirando la ligera erección que se había formado en sus pantalones. Suspiró y llevó su mano a esta.

—Tenía que haberme quedado con las chicas—

Se masturbó por unos minutos para después correrse. Se limpió con un papel que estaba sobre su mesa y observó a Stan. Se veía tan lindo durmiendo.

—Bueno, no fue mala idea después de todo— sonrió y abrazó a Stan por detrás para luego dormir.

—Bueno, no fue mala idea después de todo— sonrió y abrazó a Stan por detrás para luego dormir

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Love is a Jersey Thing Donde viven las historias. Descúbrelo ahora