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Las mariposas revolotearon en la barriga de Stan cuando Kyle tomó su mano suavemente. El pelirrojo la alzó para besarla y luego besar la mejilla derecha de Stan.

—¿Vas a ser así de dulce siempre?—

—A menos que me pidas otra cosa— sonrió sin vergüenza.

—¿No dijiste que te gusta quitarme mi gorro?—

Kyle sintió la gran necesidad de morder los labios de Stan luego de que este mismo lo hiciera. Por fin estaban ahí, solos, como pareja, a punto de tener relaciones.

—¿Me permite besarlo caballero?—

Stan miró incrédulo a Kyle. ¿Quería hacer algún tipo de Rol o algo? Asintió suavemente y Kyle tomó sus mejillas.

Posó sus labios en los de Stan, suave, lento, sin querer llevarlo a otro lado. Solo eran ellos, demostrando el amor que se tenían. Se separaron y volvieron a besarse, esta vez más profundo. Este beso demostraba sus deseos por el otro.

Stan llevó sus manos al cuello de Kyle, acarició suavemente los rizos pegados a este. Jugó con ellos mientras disfrutaba el beso.

Kyle pegó más a Stan a sí mismo luego de sujetarle la cintura. Sus labios se movían en perfectas armonía. ¿Serían estos besos, los besos que te llegan al alma? Tan delicados pero cargados de sentimientos y deseo.

La temperatura de la habitación subió. Aún sin separarse, se acercaron a la cama. Stan cayó sentado en esta después de que sus piernas la tocaran. Kyle quedó de pie frente a este. Ambos estaban respirando un poco agitados.

—Amo que tu respiración se coordine con la mía. Pero amaría más ser yo quién te dejara sin aliento—

Stan se quedó procesando las palabras dichas por el pelirrojo. Un sonrojo tomó control de su rostro. Miró hacia abajo, cerró los ojos, los abrió y luego volvió su vista hacia Kyle.

—Pues hazlo. ¿Qué es lo que te detiene? ¿No decías que me besarías para que sintiera que la ropa estorba?—  dijo coqueto.

Kyle quedó sorprendido. ¿Dónde está el Stan tímido que dice no gustarle los chicos? Rápidamente quitó su camisa y la lanzó al suelo. Subió su rodilla derecha al colchón y se inclinó para estar cara a cara con Stan.

El pelinegro acarició los pectorales de Kyle, suavemente. Un solo roce de las yemas de sus dedos provocó un escalofrío en el pelirrojo. Rió ante esta reacción.

La mano derecha de Kyle quedó sosteniendo su cuerpo mientras que la izquierda se encargó de sujetar la cabeza de Stan. Sus dedos apretaron la delicada textura del gorro, evitando que Stan escapara.

Se volvieron a besar. El jugueteo entre sus lenguas empezó en el momento en que Stan abrió su boca. Kyle no dejaría pasar ninguna oportunidad de saborear a Stan.

El gorro cayó al colchón en el instante en que Kyle lo soltó. Acarició los mechones negros y sedosos. Se separó del beso dejando a su pareja agitado. Recorrió un camino desde los labios hasta el cuello de Stan, causando sensaciones indescriptibles para este.

Lamer, besar y chupar su cuello era un deleite, más si Stan soltaba esos lindos gemidos reprimidos. La simple sensación de probar su piel era increíble.

Cayeron acostados en la cama. Stan aprovechó esa situación para meter su mano entre los pantalones de Kyle. El pelirrojo jadeó al sentir el contacto con su propia piel. Miró divertido a Stan. No hacían falta palabras, esto era la guerra.

La ropa sobraba, es más, molestaba. Kyle desabotonó la camisa de Stan con su boca. Eso provocó estremecimientos en el pelinegro. Sentir el aliento caliente que iba descendiendo hacia la mitad de su cuerpo. Sentía que quería que siguiera bajando, hacia esa peligrosa zona que, casualmente, ya estaba activada.

Love is a Jersey Thing Donde viven las historias. Descúbrelo ahora