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—Y dime Kenny. ¿Qué te trae por aquí?— preguntó la rubia al ver a su no amigo en la puerta de su casa.

—Necesito hablar con alguien—

—Entonces pasa— Bebé comprendió sus intenciones.

Ambos rubios entraron a la casa de la chica. Se sentaron en el sofá. Kenny estaba un poco incómodo por la cercanía de Bebé, quién no desaprovechó la oportunidad de tocar al rubio.

—Puedes contarme. Guardaré tu secreto—

Kenny fingió un suspiro de molestia. Miró a la chica y se acercó peligrosamente a su rostro.

—Estás muy linda hoy— sonrió coquetamente.

Bebé se sonrojó. Apartó un poco a Kenny.

—La verdad es que quiero terminar con Leo. Las cosas no van como pensaba. Él es tan... Aburrido— explicó el blondo.

—Wow, no pensé oirte decir eso— se sorprendió la chica.

—Es que... También me di cuenta que las chicas son mucho mejores—

—Eso mismo le dije yo a Kyle. Pero no me quiso hacer caso— sonrió ella.

—Si. Que idiota ¿no? Mira que perderse a esta belleza— señaló a la chica el rubio.

—Cierto. Yo soy mucho mejor que ese emo de mierda— mencionó enojada.

—Y tienes razón. Creo que terminaron. No sé, dejé de hablarle hace semanas— soltó Kenny.

—¡¿En serio?! Eso quiere decir que mi plan funcionó— celebró ella.

—¿Plan? ¿Que plan ideaste ahora linda?—

—Nada relevante. Solo quería a Kyle y voy por buen camino—

—Pero cuéntame. Seguramente puedo ayudarte— El rubio colocó su mano sobre los muslos de su compañera y empezó a acariciarlos.

—Ay, no sé si contarte—

Se miraron a los ojos unos segundos y la rubia no pudo más.

—Está bien, te diré—

Kenny sonrió victorioso. No había nadie capaz de resistirse a sus ojos.

—Bueno, llamé a Kyle por la madrugada hace días. La excusa es que había tenido una pelea fuerte con mi mamá y que necesitaba ayuda. Cuando llegó le ofrecí un trago. Una amiga me ayudó a preparar las bebidas para meterle droga— Relató como si nada.

—¿¡Le pusiste droga!? ¡Niña, tu si le sabes!— Halagó Kenny.

—Si. Luego me encargué de llenar su cuerpo de marcas. Lamentablemente no funcionó el sexo y cayó rendido. Pero las marcas fueron suficientes. Mi amiga tomó la foto y se la mandó a Stan— terminó de contar.

—Ese si es un buen plan. Realmente te luciste—

Ambos rubios iban acercando poco a poco sus rostros. Estaban a escasos centímetros de besarse. Bebé quería a Kyle, pero no le importaría pasar una noche con Kenny. Y este, bueno, solo rió justo antes de que sus labios se tocaran, impidiendo el beso.

—¿Qué sucede?— preguntó ella.

—Eres una maldita idiota— respondió él con un tono enojado pero riendo.

Se levantó rápidamente del sofá y se dirigió a la puerta.

—¿Kenny?— Bebé se acomodó en el sofá.

La puerta se abrió dejando ver a Cartman quién sonreía con satisfacción. Detrás a Wendy un poco apenada.

—¿¡Qué demonios significa esto!?— gritó enojada la rubia.

Love is a Jersey Thing Donde viven las historias. Descúbrelo ahora