14

54 7 0
                                    

Habían pasado unas semanas. Kyle había asistido a sus clases en la universidad. Stan había ganado algo de dinero por algunos trabajos. La convivencia entre ambos era buena. No habían tenido problemas en ese tiempo.

Esa noche Stan estaba sentado en el sofá terminando de actualizar algunas aplicaciones. Debía hacerlo porque al día siguiente tenía que resolver algunas cosas con un compañero.

Kyle llegó a la sala con cara de sueño. El pelinegro elevó la ceja confundido. Normalmente Kyle dormía toda la noche sin despertarse siquiera para orinar.

—¿Qué sucede?— preguntó preocupado

Kyle bostezó y se sentó a un lado de Stan. Apoyó su cabeza en el hombro de su pareja y cerró los ojos. Suspiró pesadamente.

—En serio Kyle. ¿Qué sucede?—

—No puedo dormir sin ti— confesó.

Stan se sonrojó. Debía admitir que era tierno ver a Kyle en esa situación. Soltó una pequeña risita para dejar su laptop de lado y hacerle mimos en el cabello a su somnoliento novio.

Kyle emitió un gruñido en respuesta. No le gustaba que nadie tocaba su cabello. Aunque Stan siempre encontraba la manera de acariciar perfectamente aquellos rizos rojizos.

—Deja de gruñir. Espérame en la cama. Voy enseguida—

Volvió a tomar su laptop. Para su suerte, a las actualizaciones solo les faltaban unos minutos.

Kyle cerró sus ojos y con pereza se levantó del sofá. Volvió al cuarto. Stan sonrió por la actitud de su novio.

En los últimos días de convivencia, Kyle se quedaba a dormir mucho en su casa. Incluso estaban pensando en vender el departamento de Kyle y que este viniera a vivir con él. Aunque eso debía esperar.

Cuando todo estuvo listo volvió a la habitación. Kyle estaba sentado en la cama con los ojos cerrados.

—¿Realmente no puedes dormir?—

El pelirrojo negó.

—Hazme espacio— pidió Stan y luego se metió bajo las sábanas de la cama.

Kyle lo abrazó por la cintura y por fin pudo dormir.

Kyle lo abrazó por la cintura y por fin pudo dormir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Kyle, no creo que sea buena idea— reclamó Stan.

—Vamos, si lo será. Quiero pedir mi propia hamburguesa—

—Podemos pedir que nos lo traigan a casa. Por algo existe el servicio a domicilio. Además, ¿no viste el reporte del clima? Lloverá pronto—

—Oh, vamos— puso carita de cachorro.

Stan no pudo resistirse a esos ojitos verdes que lo miraban como si fuera la cosa más hermosa del mundo. ¿Qué estaba pasando? A Kyle se le ocurrió la brillante idea de pasar por un McDonald's en la noche.

Love is a Jersey Thing Donde viven las historias. Descúbrelo ahora