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—¡A levantarse perras calenturientas!—

Stan abrió los ojos de golpe con ese grito. ¿Cómo carajos Cartman había entrado en su casa y aún peor a su habitación?

—¡¿Cómo carajos entraste aquí gordo?!— gritó mientras se cubría más con las sábanas.

Kyle se removió a su lado. Este chico si que tenía el sueño pesado. Cartman se hizo el indignado. Él ya no era gordo...

—Veo que decidiste no hacerme caso y te metiste con el judío de mierda—

—Bueno... ¡Pero responde ni pregunta!—

—Le saqué una copia a tu llave— se encogió de hombros como si lo que acababa de decir fuera lo más normal de este mundo.

—No me lo puedo creer... bueno, si puedo— Llevó una mano a su frente. —Al menos podrías esperar afuera de mi habitación. Necesito ponerme ropa—

Cartman salió de la habitación. Stan rodó los ojos. ¿Cómo seguía siendo amigo de ese maldito psicópata? ¿Y como logró hacer la copia de todos modos? Tantas dudas y ninguna respuesta. Cartman simplemente era Cartman.

Se levantó de la cama y se dirigió a su closet. Le dolían un poco las caderas y estaba cien por ciento seguro de que aún quedaban rastros de semen en su trasero.

Tomó lo primero que encontró para vestirse y se dirigió al baño. No vio a Cartman por los pasillos, así que supuso que estaba en la sala.

Cuando estuvo listo se dirigió hacia su sofá. Ahí estaba sentado el castaño jugando en su celular. Alzó su vista para ver a Stan y luego guardó su tecnología.

—¿Me vas a decir para que viniste?—

—Solo quería invitarte a salir nuevamente. Me di cuenta de que salir con Kenny es muy divertido. Siempre termina haciendo locuras cuando está borracho— explicó Cartman.

—Pudiste haberme enviado un mensaje o llamarme— reclamó Stan.

—Aprendí que debo venir a buscarte cuando quiero algo. La última vez ignoraste todos mis mensajes—

—¡Solo fue una vez!— se excusó. —Y de todas formas, es muy temprano para salir Cartman—

—Stan, ¿tienes idea de que hora es?—

Stan miró el reloj de la pared y notó que eran las 2 de la tarde. Se sorprendió ante eso. ¿Tanto habían dormido?

—Igual, es domingo. Se supone que los domingos se pueda dormir hasta tatde—

—Ay, hippie. Debes aprovechar más tu tiempo en esta vida— advirtió Eric.

—¿Recuerdas mi fase gótica? Ahí si que no sabía apreciar la vida—

—¿Cómo olvidarla? Esos chicos te lavaron el cerebro—

Stan sonrió. En su adolescencia definitivamente tomó malas decisiones. Entre ellas la de unirse a la banda de góticos de la escuela. Estuvo a punto de perder contacto con todos los que lo rodeaban.

—Saldré a buscar a Kenny y Butters. Cuando vuelva los quiero ver a ti y a ese pelirrojo, judío de Jersey, listos para salir a comer y beber— ordenó.

—¿También llevarás a Kyle? Creí que no te agradaba—

—No confundas las cosas. No me agrada. ¿Pero es tu novio no? Supongo que puede venir. Además, es amigo del pobre— explicó.

Stan decidió ya no darle más vueltas al asunto. Cartman se levantó del sofá y se dirigió a la puerta.

—Nos vemos en una hora maldito hippie— salió de la casa.

Love is a Jersey Thing Donde viven las historias. Descúbrelo ahora