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Estuvieron toda la noche hablando y haciendo bromas. Pasar tiempo nuevamente con Eric fue divertido. Y esos chicos, Kenny y Butters, sin duda son geniales.

Aunque en toda la cena tuvo que ignorar el hecho de que la chica, llamada Bebé, se le estuviera insinuando constantemente a Kyle. No dejaba de tocarlo, le brindaba comida y le decía apodos cariñosos.

Stan no quería saber sobre eso. Le daba celos. Pero no podía decir nada. Kyle y él no eran nada. No tenía derecho a enfadarse por las tetas de Bebé rozando el brazo de Kyle.

Saliendo del restaurante Kenny y Butters se despidieron. Irían a casa del primero para.... hacer cosas de pareja. ¿Quién sabrá?

—¿Te llevo?— preguntó Eric a su lado.

Stan iba a aceptar pero vio a Kyle frente a ellos. Quiso llorar en el momento justo en que vio a Bebé besar a Kyle, y este no la apartó.

Eric se fijó en como la mirada de su amigo se fue apagando. Rápidamente despeinó a Stan para distraerlo.

—¿¡Gordo que te pasa!?—

—Me dió la gana maldito Hippie. ¡Y no estoy gordo!— reclamó —Vamonos ya—

Tomó el brazo de Stan y lo arrastró a su auto. Kyle se quedó mirando fijamente en esa dirección. ¿Qué era Eric de Stan?

Camino a casa de Stan, ninguno tenía de que hablar. Osea, si habían millones de temas de conversación como el tiempo en que no se vieron y eso. Pero ninguno quería hablar.

El pelinegro se quedó analizando un poco la situación. ¿Eric lo había distraído del beso? ¿Lo hizo por él? ¿Eric Cartman?

—Oye gordo...— llamó bajito.

—¿Si?—

—Cuando resolviste mi pelo... ¿lo hiciste para que no me concentrara en el beso?—

Cartman miró a Stan por el espejo. Stan hizo lo mismo. Sus miradas hablaban.

—Bebé es una puta y Kyle un rompecorazones sin escrúpulos— dijo como si fuera lo más normal del mundo.

—Gracias—

—No me agradezcas. Kyle no me cae bien a veces, y sé que te gusta. Mientras no juegue contigo todo está bien—

—¡Espera! ¡No me gusta Kyle!— replicó.

—Si claro. Yo sé cosas—

No dijeron más nada. Solo rieron después de unos segundos de silencio. Aunque luego Stan calló. Posiblemente Kyle si estaba jugando con él.

Llegaron a la casa de Stan después de unos minutos de viaje. Se despidió de Eric luego de prometer que se mantendrían en contacto.

Entró a su casa y se tiró al suelo. Estaba agotado física y mentalmente. Recibió una llamada de su hermana. Le contestó.

—¿Ahora que necesitas? No hablabas tanto conmigo ni en mi infancia— se quejó

—Y no te acostumbres. Solo iba a decirte que la reunión será en la tarde, a las 3— y colgó.

Stan suspiró y dejó su teléfono de lado. La reunión, debía avisar al padre de Kyle. Mierda, Kyle.

Agarró su cabello y lo apretó un poco. Tenía que hablar con Kyle. No quería llamarlo, pero si no lo hacía ahora no podría hacerlo luego.

Volvió a tomar su celular y lo desbloqueó. Antes de siquiera buscar el contacto, su puerta estaba siendo tocada. No paraba. Se levantó rápidamente y abrió la puerta. Suspiró con molestia al ver a Kyle.

—Molestarás a los vecinos— regañó.

El pelirrojo se tiró a sus brazos. Stan se tambaleó un poco pero logró estabilizarse. Kyle se aferró fuertemente a él.

—¿Qué carajos te pasa?— cuestionó el pelinegro.

—Perdon— dijo casi en un susurro.

—¿Por qué?—

Kyle se separó un poco, dejando escasos centímetros entre sus cuerpos. Observó fijamente a su contrario y luego tomó suavemente su rostro.

—Por el beso. Se que no fue agradable verlo. Pero Bebé me besó. Normalmente lo hace, es algo común entre nosostros ya que estamos solteros. Pensé que no te molestaría porque con tus acciones me dejas en claro que no te intereso de forma romántica— explicó rápidamente.

Stan apenas pudo entender de lo que Kyle hablaba pues estaba borracho. Seguramente había ido a beber después de cenar.

—¿Y por qué me pedías perdón?—

—Porque ví tu cara. Tu expresión seria se volvió una triste. Pude verlo bien. Ya no quiero que vuelvas a poner una cara así—

Acarició suavemente la mejilla de Stan y acercó sus rostros para robarle un tierno beso. Stan se dejó hacer, pero luego cayó en cuenta de lo que Kyle había dicho al principio. Él y Bebé se daban esas muestras de afecto constantemente.

Apartó a Kyle y se limpió los labios con su brazo, bajo la mirada rota del pelirrojo. La distancia entre ambos estaba marcada por el otro brazo de Stan.

—No juegues conmigo. Si ya dijiste lo que querías decir puedes irte— no se atrevió a mirarlo.

—¿Jugar contigo? ¿Cuándo he jugado contigo?—

La voz de Kyle se escuchaba dolida. Ya ni se le notaban los efectos del alcohol.

—¡Siempre lo haces!— estalló Stan. —Esa noche en el bar solo querías acostarte conmigo. Como no lo conseguiste me seguiste insistiendo. Lo hicimos en tu casa, pensé que sería especial. No quería hacerme ilusiones, pero me hiciste sentir tan bien que no pude evitarlo. De camino hacia aquí no mencionaste nada. Eso me quitó toda esperanza, pero luego agarraste mi brazo y yo... yo pensé que dirías algo, Pero me equivoqué—

Stan ya sentía las densas lágrimas caer por sus mejillas. Kyle solo calló, para dejar a Stan desahogarse. Todo lo que dijo... le dolía en cierto modo. Si, había sido un idiota.

—Y aquí estoy yo, sintiéndome un tremendo estúpido por pensar que podrías llegar a quererme de forma romántica. Y me siento patético por tener celos de una chica que se ve comparte más cosas en la cama contigo que en la vida cotidiana— escupía las palabras como dolorosas espinas.

—¡No es así!— gritó Kyle. —No lo es. Bebé y yo solo nos encontramos a veces. ¿Te molesta eso? Ya no lo haré. De hecho, no planeaba hacerlo más desde que fuimos a casa de mis padres. No eres un estúpido por pensar eso. El estúpido soy yo por no saberte dejar las cosas en claro. Solo bromeaba al principio, tal vez por eso no me creías. Pero ahora creeme cuando te digo esto Stan Marsh, me gustas mucho, me enamoré de ti. Y perdón por todo el daño que te causé en estos días—

Agarró a Stan por los brazos, apretándolo en un abrazo. Stan solo ahogo su llanto en el cuello de Kyle.

—Tengo miedo— dijo Stan

—Dame la oportunidad y te prometo que jamás sentirás miedo de nuevo—

—lo voy a pensar—

Luego Stan sintió el cuerpo de Kyle más pesado. Se había dormido, ¿o desmayado? Como sea, lo llevó a su habitación a descansar y se quedó un rato pensando en lo dicho por el pelirrojo. ¿Debería aceptarlo?

 ¿Debería aceptarlo?

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Love is a Jersey Thing Donde viven las historias. Descúbrelo ahora