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Al entrar primero vio a Gerlad. Shelly lo miró extrañada al ver la confianza con la que su hermano había saludado a aquel hombre.

Obviamente Stan iba a saludar correctamente a Gerald, ya que el judío sería quien lo ayudaría y era algo así como su ¿suegro? Bueno, Kyle y él aún no eran novios. Kyle ni siquiera se acordaba de que se le había confesado.

Suspiró. Este sería un día largo.

—Bueno Stan. Adentro no están esperando— habló Gerald.

Stan asintió. Debían acabar con esto lo antes posible.

Entraron a la sala. Ahí sentados ya estaban sus padres. No quiso acercarse, pues temía ser rechazado, pero su madre se levantó feliz de verlo.

—Stanley— corrió a abrazarlo.

—Mamá— la abrazó de vuelta con todo el sentimiento que se había guardado por mucho tiempo. —Te extrañé mucho—

—Y yo a ti mi pequeño— agarró los cachetes de su hijo y los apretó suavemente.

Del otro lado de la sala se encontraban Gerald y Randy, quienes no se habían visto por años.

—Randy— saludó el judío.

—Gerald, compañero. Hace mucho que no nos vemos— se dieron un apretón de manos.

—Es una pena que sea en esta situación—

—¿Por qué lo dices?—

—Lo que estás haciendo no está bien Randy. Si la herencia es para Stan, Stan debe quedársela. Nada legal te va a amparar— explicó.

El pelinegro miró hacia otro lado ligeramente molesto.

—Dime una sola razón para que odies a tu hijo de tal forma— dijo curioso.

—Es que... realmente no la hay. He estado resentido con Stan hace mucho tiempo por nada en concreto— confesó.

—¿Es porque le gustan los chicos?—

Randy se sorprendió ante esa repentina pregunta.

—¿Cómo lo sabes?—

—Stan y mi hijo...—

—¿Y no te molesta?—

—Es mi hijo Randy. No voy a odiarlo por su orientación sexual. Además, en Jersey todo es normal— explicó el judío sin una pizca de duda en su tono de voz.

—Es que yo no... no sé cómo manejar está situación—

Gerald colocó su mano en el hombro de Randy. Debía ayudar a su viejo amigo.

—Primero trata de hablar con Stan. No tienes que disculparte si no quieres, pero habla con él. Y segundo, no intentes nada para evitar que tú hijo tenga la herencia de su abuelo. Ya te dije, nada legal te ampara— aconsejó.

—Tienes razón. Acabemos con esto de una vez—

Stan se acercó a la mesa. Observó a su padre por unos segundos antes de saludarlo.

—Hola, papá—

—Hola hijo— Randy trató de abrazar a Stan pero este se apartó. —Oh, cero contacto, entiendo—

A Stan le pareció rara esa actitud de su padre mas no quiso preguntar. Solo se sentó como los demás cuando llegó el notario.

 Solo se sentó como los demás cuando llegó el notario

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Love is a Jersey Thing Donde viven las historias. Descúbrelo ahora