Stan no quería verse como un vagabundo, un chico emo o algo así frente al padre de Kyle. Claro, solo porque el señor era un abogado que podría ayudarlo a reclamar su herencia. No por otras razones.
Se puso lo primero que encontró en su armario, ropa lo suficientemente decente y presentable. En el fondo de un cajón encontró su antiguo gorro. Sonrío al recordar los viejos tiempos.
Se lo puso y sonrió al verse al espejo. ¿Qué le había pasado al Stan antiguo? Ah sí, se metió en problemas, alcohol y droga. Y sus padres lo echaron de casa. ¿Realmente esa había sido la razón de su expulsión? Ni siquiera se acordaba.
No le dió tiempo suficiente para pensar, pues ya estaban tocando la puerta principal. Corrió a abrirla ya que era tocada insistentemente.
—¿Te crees el dueño de la casa?— preguntó con molestia al ver a Kyle en la puerta.
—Es que no me abrías—
—Solo fueron unos segundos. Eres un desesperado—
Se agachó para atarse los cordones de los zapatos. Sintió que el pompón de su gorro era jalado suavemente.
—Lindo— Kyle sonrió pícaramente.
—¿Que tienes en contra de mi gorro?—
—¿En contra? Nada. Es lindo como el dueño— Mencionó haciendo sonrojar un poco a Stan. —¿Nos vamos? El camino es largo. Posiblemente lleguemos de noche—
—¿De noche?— Stan se preocupó.
—No te preocupes. Ya llamé a mi mamá para avisarle que iríamos. Podemos quedarnos allá—
Stan asintió. Kyle lo tomó de la mano y lo arrastró fuera de la casa. Después de unas cuantas quejas por parte del ojiazul y de cerrar con llave la puerta, ambos se montaron en el auto.
Empezaron a hablar de temas random. Era tan rara la sensación de poder hablar libremente con alguien que acabas de conocer. Stan no sabría explicarla.
Las cosas se fueron poniendo extrañas para el pelinegro cuando salieron de la ciudad, ahora solo había carretera y desiertos a los lados de esta.
—¿Tus padres viven fuera?— preguntó preocupado.
—No, solo te voy a secuestrar— sonrió Kyle.
Por un momento Stan se la creyó y se asustó pero luego se dió cuenta de que el pelirrojo le tomaba el pelo. Dió un golpe suave en el hombro del mayor y frunció el entrecejo.
—No hagas bromas como esa— se quejó.
Kyle rió un poco y acarició la mano del menor. Stan rápidamente la apartó.
—Mis padres viven en un pueblo lejos de la ciudad. Por eso dije que posiblemente lleguemos en la noche— explicó.
—Aun faltan unas horas para que se haga de noche. ¿Tan lejos es?—
—Bueno, no tanto. Pero pararemos varias veces. Ya sabes, por si queremos comer algo o hacer nuestras necesidades— sonrió pícaramente.
Stan estaba seguro que lo último lo había mencionado con doble sentido. ¿Es que para este chico todo era sexo?
—Vale—
El camino pronto se fue haciendo silencioso. Stan no sabía que tema de conversación sacar. Pero si no encontraba uno pronto, estaba seguro de que el silencio incómodo los devoraría.
—Y... ¿Interrumpí un polvo?— preguntó y luego se dió una cachetada mental.
Era obvio que lo había hecho. Dios, que vergüenza en estos momentos.
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Love is a Jersey Thing
RomanceEncontrar el amor en Jersey? ¿Qué es lo peor que podría pasar?