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Se veía a él mismo. Sabía que debía ser un sueño y aún así le ganó la curiosidad. Esto parecía haberlo vivido antes, aunque era como un borroso recuerdo que su mente había desechado.

Su "yo" del sueño estaba saliendo de un bar, borracho, como siempre. Salía con un chico un poco más alto que él. Siguió curiosamente a ambos hasta llegar al auto del chico, supuestamente.

Allí recordó la escena por completo. En el auto, su "yo" y el chico comenzaron a besarse. Lo malo fue cuando llegó su padre. Le gritó horrores y al día siguiente, lo botó de la casa.

Los ojos azules se abrieron está vez en el mundo real. Estaba acostado en la cama de Kyle con este abrazado a su cintura. Podía sentir su respiración tranquila.

Con cuidado se sentó en la cama. Sintió una punzada en su espalda baja. Ignorando el dolor se quedó sentado un rato pensando.

Ahora que había tenido ese sueño, recordaba la verdadera razón por la que su padre lo echó de casa. Por ser gay. Bueno, gay no era. Más bien bisexual. ¿Lo admitiría? Si, ahora sí. Estaba seguro de que le gustaba Kyle, no podía evitarlo. Pero jamás le diría.

De su pantalón provino el sonido de un mensaje. Se levantó de la cama ignorando las punzadas en sus piernas y se dirigió a su pantalón. Sacó su teléfono de su bolsillo. Diablos, tenía que tener cuidado con como tiraba su pantalón.

No quería andar desnudo por la habitación así que agarró la sudadera que anteriormente Kyle le había prestado y se la puso. Ahora que la miraba bien, le tapaba un poco más abajo de la entrepierna. ¿Tan alto era ese tipo?

Se sentó en la silla del escritorio y revisó su teléfono. Era un mensaje de su hermana.

"¿Ya has conseguido algo? Los papeles se revisan el sábado"

Se limitó a responder con un "si, estoy en eso".

No volvió a recibir mensajes. Se quedó un rato sentado en la silla. No sabía que más hacer. Era bastante temprano, no quería despertar a Kyle porque seguramente tendría mal genio, así que solo se quedó ahí viendolo dormir.

—Que envidia. Hace mucho que no puedo dormir tan tranquilo— soltó.

Pensó que nadie lo escuchó, pero la risita divertida de Kyle resonó en la habitación. Stan se avergonzó un poco. Kyle ahora estaba semilevantado, apoyado en su brazo derecho. Lo estaba mirando fijamente.

—¿Desde cuándo estás despierto?— preguntó el pelinegro.

—Recién lo hice— sonrió. —Te queda bien mi sudadera, sobre todo cuando es lo único que traes puesto—

—cállate— trató de evitar su mirada.

Sintió el movimiento de la cama y luego un Kyle completamente desnudo se paró frente a él. Stan quería ignorar el pecado. Pero si se lo ponían de frente...

Pero justo antes de voltear, el pelirrojo ya había recogido sus pantalones. Stan suspiró entre aliviado y frustrado.

—Iré al baño. Y también a ver si mis padres ya llegaron— Stan asintió ante la iniciativa de Kyle.

Se quedó en la habitación solo está vez. Sintió la voz de una mujer en la planta baja. Debía ser la madre de Kyle. Dios, ahora se puso nervioso.

Tomó sus pantalones y terminó de vestirse. Trató de arreglar su pelo, pero no se acomodaba, así que solo optó por ponerse el gorro.

Kyle entró en la habitación minutos después. Su sonrisa se visualizó a través del espejo donde Stan se miraba.

—¿Arreglándonte para los suegros?— se burló.

Love is a Jersey Thing Donde viven las historias. Descúbrelo ahora